Argentina

Argentina hacia 1880 se definía como una república liberal, la cual dividía su poder en tres secciones: poder legislativo, ejecutivo y judicial. A su vez, promueve mayor libertad para el mercado, lucha contra la inflación y está a favor de una separación de estado-sociedad civil para alcanzar la estabilidad económica.

Nuestro país comenzó a experimentar un rápido crecimiento con respecto a sus materias primas provenientes del sector ganadero. La burguesía, en este período, estaba representada por los terratenientes, dueños de las tierras y los medios de producción para exportación. Por ende, las materias primas llegaban a países con alto desarrollo económico, por ejemplo Inglaterra, para ser procesados por la burguesía industrial y, de esta manera, obtener manufacturas que volverían a la Argentina para su posterior venta.

Entre 1914 y 1918, se vieron involucradas todas las grandes potencias industriales y militares de la época en lo que conocemos como “Primera Guerra Mundial”. Esta “Gran Guerra” fue desatada por causas como el creciente poderío alemán que provocaba el recelo de Francia y Reino Unido, las tenciones provocadas por el reparto de África, las aspiraciones nacionalistas de pueblos de la zona de los Balcanes y de Europa Central.

Al calor de esta guerra también se fraguó la Revolución Rusa, que concluyó con la creación del primer Estado autodenominado socialista de la historia, la Unión Soviética. Se fundó la Sociedad de Naciones, con el objetivo de evitar que un conflicto de tal magnitud no se volviera a repetir. Sin embargo, en 1939, estalló la Segunda Guerra Mundial. Entre sus razones se pueden señalar: el alza de los nacionalismos, una cierta debilidad de los Estados democráticos, la humillación sentida por Alemania tras su derrota, las grandes crisis económicas y, sobre todo, el auge del fascismo.

Durante 1930 y hasta 1945, se produce la famosa caída de la bolsa de Wall Street, en donde se desmoronaron todas las economías del mundo. Esto dio lugar a un proceso denominado I.S.I (Industrialización por Sustitución de Importaciones) que en Argentina se extendió por más de una década y consistió básicamente en producir internamente aquellos bienes, generalmente industriales, que antes se importaban de otros países. Como resultado, se generaron grandes transformaciones territoriales, económicas y sociales. Además, se produjo una creciente industrialización de la economía nacional que marcó el agotamiento del modelo económico agroexportador. Ante esto, los grandes terratenientes orientaron sus inversiones hacia la industria local.

Al caer las economías, nuestro país implementa la I.S.I y el Estado pasó a tener un papel claramente protagonista en todos los ámbitos, interviniendo en la economía a través de políticas monetarias y fiscales, fijando aranceles a las importaciones e impulsando activamente la demanda interna. El único freno a este proceso de industrialización era la necesidad de generar divisas para la adquisición de bienes de capital en el exterior (en esa época EE.UU se presenta como la principal potencia distribuidora de divisas).

Dentro del grupo de militares que lleva a cabo el golpe de estado de 1943, se destaca la figura de Juan Domingo Perón, que desde su papel

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