Arquitectura y urbanismo del siglo XX

En los primeros años del siglo XX aparece un fenómeno que tenía como objetivo romper y superar el arte tradicional, las vanguardias. Los problemas del hombre moderno no tienen antecedentes que sirvan de referencia para satisfacer sus nuevas necesidades por eso se debía desarrollar una arquitectura que tuviera afinidad con el avance industrial de este siglo.

La arquitectura moderna se origina a partir de varias circunstancias, como la economía en expansión, el veloz crecimiento de las ciudades, sistemas constructivos rápidos y económicos, etc. Había que dar solución a la vivienda y al crecimiento urbanístico, es por esto por lo que se empieza a plantear una estética que no dependa del pasado, ya que los estilos tradicionales resultaban inadecuados para la construcción de nuevas tipologías de edificios como aeropuertos, rascacielos, fabricas, estaciones de ferrocarril, etc.

La arquitectura se convierte en espacio interno, se pone por delante la funcionalidad a la belleza. El edificio se transforma completamente, predomina la sencillez y geometrización de las formas, se deja a un lado el exceso ornamental de los estilos históricos, se utilizan nuevos materiales como el cristal, hierro, hormigón, etc. Y esto da paso a que surjan nuevos sistemas estructurales.

En las primera dos décadas del siglo XX se desarrolla en Europa un movimiento artístico llamado cubismo, constituyendo una de las primeras vanguardias artísticas. Llega como respuesta a lo clásico y surge por tratar de plasmar en una obra todos los ángulos posibles de un objeto, construir imágenes mediante una estructura geométrica o formal y descomponer formas naturales y orgánicas para convertirlas en figuras o formas ortogonales. Este movimiento fue cobrando popularidad por toda Europa y se extendió a otras bellas artes como la arquitectura.

La arquitectura cubista se acentúa más que todo en la Republica Checa. Praga fue quizás el centro más importante para el cubismo antes del comienzo de la primera guerra Mundial. Josef Gočár, Josef Chochol, Emil Králíček, Pavel Janák Otakar Novotný y otros arquitectos crean la arquitectura cubista en este territorio aplicando los principios de la pintura cubista de Picasso y Braque. La forma fundamental de la materia es el cubo por lo tanto todo objeto artístico compuesto en formas geométricas que se pueda reducir a el cubo es artísticamente más intenso y rico.

Figuras geométricas básicas, mono cromatismo neutro, plantas libres, simplicidad, son algunas características de la arquitectura cubista, diversos elementos podrían superponerse, penetrar unos a otros o hacerse transparentes sin perder sus relaciones espaciales. Los arquitectos del cubismo checo estaban en contra de la arquitectura demasiado utilitaria y materialista, aquella que no es lo suficientemente retórica, con ornamentos y decoraciones adicionales, y que no era capaz de transmitir "belleza espiritual", trataban de hacer una arquitectura más poética y expresiva, obteniendo así una arquitectura más dramática y artística.

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