Barreras Arquitectónicas

Discapacitados: ¿Los adaptamos a nuestra normalidad o creamos un ambiente de acceso universal para todos?

Para responder a la pregunta planteada necesitamos conocer conceptos claves que nos ayudaran a comprender desde donde nos posicionamos al observar la realidad en chile en cuanto a construcciones destinadas al uso público, disposición de las calles, transporte público y privado. Al caminar por la calle, nos encontramos con una múltiple variedad de barreras físicas que limitan la participación óptima de las personas en la comunidad y que de cierta forma coartan sus expectativas de vida y formas de interactuar con el entorno. En este ensayo nos remitiremos solo a estas las barreras arquitectónicas de tipo físicas y las consecuencias que estas producen en la salud mental y emocional de las personas con discapacidad en Chile.

“¿Que son las barreras arquitectónicas? Son aquellas trabas, impedimentos u obstáculos físicos que limitan o impiden la libertad y autonomía de las personas”. (2004, Rovira-Beleta).

Según la Comisión de Cultura del Colegio de Arquitectos de España, 1976, ‘’Barrera arquitectónica es entendida como todo obstáculo que entorpezca, impida o simplemente dificulte a las personas con discapacidad (o de la tercera edad) su libre desplazamiento en lugares de uso público, sean éstos espacios exteriores o interiores, o bien, que obstaculicen el uso de servicios comunitarios’’.

Sumado a estas definiciones de barreras arquitectónicas, existe una clasificación universal de las mismas en las que mencionamos las barreras arquitectónicas urbanísticas, en la edificación publica o privada, en el transporte y en la comunicación.

Estas barreras se presentan como obstáculos permanentes para las personas con movilidad reducida que es aquella que tiene limitada temporal o permanentemente la posibilidad desplazarse (Hemiplejia, amputación entre otras) y limitaciones sensoriales que se definen las personas que tienen limitación en la capacidad de utilizar el medio o de relacionarse con él.

En conocimiento de lo anterior, observamos que las construcciones arquitectónicas en la mayor parte del país se consideran como barreras que imposibilitan el acceso parcial o total a edificios, transporte y comunicación de personas que poseen características y capacidades diferentes.

Para analizar la problemática de las barreras arquitectónicas en chile nos debemos situar desde un punto de vista político, económico e ideológico, asumiendo que cuando nos situamos desde un punto de vista político nos referimos a “Las formas en que se organizan las colectividades, la sociedad civil y el gobierno”. Bajo esta perspectiva la accesibilidad universal se ve contrastada con las barreras arquitectónicas que observamos en la realidad de nuestro país, a pesar de existir leyes y/o artículos que legislan y apuntan al acceso universal, en la actualidad estas se transforman solo en un ideal de país accesible y no discriminatorio para los ciudadanos con capacidades diferentes. Cuando nos referimos a discriminación hablamos, de hacer la diferencia entre una persona “normal” y una “anormal”, la persona con movilidad reducida se enfrenta a una barrera arquitectónica al momento de no poder acceder por ejemplo a la educación y es encasillada como “anormal” por no superar la barrera como una persona “normal” lo haría y se ve limitada su participación.

En concreto lo que observamos hoy en día es un país con graves carencias para observar al otro como un ser capaz e igual, podemos fundamentar estos dichos bajo una palabra que es la que gobierna en la actualidad las relaciones sociales, políticas e interpersonales: El poder. Como menciona Montero (2003) ‘’Las expresiones asimétricas del uso del poder, aquellas en las cuales un polo de la relación de poder concentra la mayoría o la totalidad de los recursos deseados, generan situaciones cuyo desequilibrio puede producir efectos patológicos sobre las personas’’ (p. 31).

La sociedad chilena cree tener el poder sobre las oportunidades de las personas y nos consideramos superiores, la raza aria y eso nos da las aparentes facultades para separar un grupo social del otro por medio de barreras arquitectónicas físicas, que finalmente terminan siendo constructos sociales que categorizan y separan a las personas según su grado de productividad, cuando en realidad todos venimos de la misma parte y vamos a llegar al mismo lugar sin importar status económico, cuanto produjimos para el país o si contábamos con todas las estructuras corporales y mentales para participar, competir y ejercer por ejemplo, roles gerenciales dentro de una institución privada, a esto le llamamos también barreras arquitectónicas pero, que en el fondo no son más que barreras sociales disfrazadas con estructuras de cemento.

Por otro lado, desde un punto de vista económico,

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