Breve análisis de Noticia de un secuestro y Relato de un náufrago

‘Ensayo personal sobre lecturas propuestas’

Los libros elegidos para la realización de este trabajo han sido las dos obras de Gabriel García Márquez que se proponen en la lista de lecturas. Ambas pertenecen al género del periodismo narrativo, tratándose de dos relatos de no ficción en los cuales el trabajo de documentación obtiene un peso fundamental para el desarrollo de la narración, donde la fidelidad a la realidad de lo ocurrido prima por encima del resto de recursos y aspectos narrativos.

‘Noticia de un secuestro’

En este relato se cuenta la historia real de una serie de secuestros por causas políticas que tuvieron lugar en Colombia a principios de la década de los noventa. La obra arranca con el secuestro de Beatriz Villamizar y Maruja Pachón, ambas grandes profesionales del mundo de la comunicación, y que cronológicamente son las últimas secuestradas y las protagonistas de entre todos los personajes que aparecen y que fueron víctimas de la racha de secuestros que se relata en esta historia.

Tras la lectura de este libro, lo que más destacaría es el rigor informativo de Márquez y la fidelidad a la verdad de lo sucedido en aquel momento. En la densidad de esta obra, abundan los nombres de personalidades colombianas, desde políticos a periodistas, pasando por varios comandantes militares y paramilitares. La finalidad del autor parece ser la de contextualizar la situación por la que pasaba el país latinoamericano, sumido en una guerra contra el narcotráfico de Pablo Escobar y la guerrilla de los grupos paramilitares, como las FARC. Márquez relata la desaparición y asesinato de políticos y empresarios más allá de los protagonistas del relato, dando cuenta de la tensión en que vivían y la escalada de violencia en según qué momento.

En mi opinión, es una obra que todo periodista debe leer si el periodismo narrativo es objeto de su interés. Una parte del ya mencionado proceso de documentación queda reflejado en detalles que da de la vivencia de los y las secuestradas, que los extrae de las propias notas que escribieron durante su cautiverio. Como por ejemplo el diario de Diana, que con dedicación y con el beneplácito de sus captores, pudo escribir, y de donde se extrae por ejemplo su deterioro físico y emocional, sus momentos de pesimismo y apatía o la sospecha de embarazo que tuvo su compañera Azucena. También, por supuesto, y como cuenta en las “Gratitudes”, el trabajo cercano con la propia Maruja Pachón y su marido Alberto Villamizar, que fueron su principal fuente de información y guías en la construcción del relato. Información de primera mano, por supuesto.

Un aspecto sorprendente y en sobre el que Márquez da detalle, son las condiciones de Diana y su equipo. Divididos en dos grupos, y habiendo sufrido varios traslados, gozaban de ciertos privilegios respecto del resto: todo lo que pedían se lo llevaban, Diana y Azucena jugaban a juegos de mesa con los captores y les ayudaban a hacer la lista de la compra, comían sentados en una mesa como una familia, les llegaron a regalar ropa de lujo que había en unos armarios. Es por esta razón, que se plantea el hecho de que las condiciones tan míseras de Maruja, Beatriz y Marina, fuese una venganza política.

Como lector, a veces es difícil seguir un hilo conductor, pues el manejo del tiempo no es lineal. Es decir, no es una sucesión de acontecimientos ordenada en el tiempo. Empieza por el secuestro de Maruja y Beatriz, para seguidamente volver meses atrás y relatar el de Diana y sus compañeros, el de Marina y el de Francisco Santos. También, mezcla el relato en sí con lo que se podrían denominar crónicas de la actividad política y social del momento. Al ser una “no ficción” pura, donde todo lo que se relata son sucesos realmente ocurridos, entiéndase, la estricta realidad, se percibe en Márquez la necesidad de incluir y contar las informaciones que daban los noticieros. Por ejemplo, los especiales de televisión y radio acerca de los secuestros, que servían a los familiares de canal para comunicarse con los secuestrados. No hay un marcado cambio entre escenas: así como puede dedicar varias páginas seguidas a una situación concreta, puede también cambiar el ritmo y, en un mismo párrafo, hablar de todos los protagonistas a la vez o de algo que les sucede.

Por último, otra característica llamativa de este relato, que relata en las “Gratitudes” al principio del libro, es saber que dos de las secuestradas, Marina Montoya y Diana Turbay, fueron asesinadas. Con lo cual, dichos asesinatos sucederán en algún momento del relato. Esto podría, en parte, “matar el suspense”, pues sabemos a priori cuál es el final de éstas. Pero de alguna manera consigue no perderlo del todo ya que, aunque sabemos su destino, no conocemos, hasta que llega el momento en que sucede, cuándo ni cómo ocurrirá. Y en el plano de lo emocional, consigue también despertar cierta tristeza en el lector. Por ejemplo, con las notas de Diana y los planes futuros que tiene para su revista, cuando durante el cautiverio sufre una “crisis profesional” y quiere dar un giro a su actividad periodística dejando a un lado la superficialidad. También, algunos momentos de esperanza y aliento en Marina y sus compañeras de cautiverio, imaginándose a sí mismas fumando y tomando café una vez sean libres, recordando entre risas lo vivido.

‘Relato de un náufrago’

En esta obra, Gabriel García Márquez relata la historia de Luis Alejandro Velasco, un marinero colombiano que tras el naufragio del “Caldas”, destructor de la marina de Colombia, sobrevivió diez días a la deriva en una balsa.

Un aspecto para tener en cuenta tras la lectura de este libro es que, a diferencia de ‘Noticia de un secuestro’, este está escrito en primera persona, donde el narrador de la historia es el propio Luis Alejandro. El trabajo de documentación en este caso se resume en las conversaciones que Márquez tuvo con el propio ‘náufrago’. Por el tipo de relato,

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