CAPITALISMO Y MODERNIDAD

Introducción: ¿Qué es la modernidad? ¿Qué es el capitalismo?

La modernidad cambió la manera en la que se percibe al ser humano así como su manera de relacionarse con el mundo que lo rodea, se buscaba que las personas tuvieran una completa libertad de pensamiento y de acción. "La modernidad (fue) sinónimo de industrialización, e implicó la desaparición tanto de las estructuras feudales como de las teológicas y metafísicas; esto es, la superación de las formas económicas y sociales antiguas así como la religión" (Márquez y Sánchez, 2019, p. 23). La crisis de la modernidad no solo es una crisis de individuos, de gobiernos o de instituciones sociales, sino también un periodo transitorio de dimensiones universales, dándose un profundo desequilibrio que se halla en la base misma de nuestra crisis cultural; un desequilibrio entre el pensamiento y el sentimiento, entre los valores y el comportamiento y entre las estructuras sociales y políticas. El resultado combinado de estos desequilibrios es una crisis global.

El capitalismo, por su parte, constituye un modelo más efectivo para llevar la producción a niveles semejantes en criterios de sobreexplotación del trabajo de otros y su competencia del mercado. Así, se crearon formas de organización social en donde se establecen talleres de producción independientes, suficientes y que contratan a trabajadores quienes reciben un salario por su trabajo. La paga de los trabajadores, su horario de producción y seguridad laboral eran temas concernientes de los dueños de los talleres quienes a su vez acumulan gracias al mercadeo grandes proporciones de capital. Esta libertad se afina como el principio de acción desde el punto de vista económico y el capital es la piedra angular sobre el cual se mueve todo el modelo con individuos dueños de “ventajas” fundamentales como la posesión de talleres, máquinas, procedimientos, técnicas que justifican acciones paralelas a la modernidad. Sin embargo, está hoy atravesando un momento de turbulencias estructurales. Para unos se trata de una crisis económica, para otros de una crisis financiera y, aún para algún otro autor, más bien debería hablarse de una crisis global de la sociedad.

Entender el capitalismo como un sistema social remite a comprender la economía como una faceta que evoluciona formando parte del desarrollo de las sociedades. La economía está incrustada en las relaciones sociales, no puede estudiarse de manera aislada. Por ello, para analizar los problemas que padece hoy el capitalismo también comprende entender las transformaciones sociales y políticas, que se han producido en los dos últimos siglos.

Desarrollo: ¿Cuáles son las consecuencias del capitalismo y la modernidad en la sociedad?

Ahora bien, ¿cuáles son los efectos negativos de esta operación modernidad-capitalismo? Pensamos que la humanidad, casi por naturaleza, está condenada a buscar a toda costa inclinarse hacia su propio progreso. Dentro de esa base está fundada la concepción filosófica del concepto de “evolución”. De este modo, muchas de las políticas implementadas por los gobiernos han estado encaminadas a renovar constantemente las dinámicas sociales y las relaciones de los gobernados con las nuevas tecnologías. Esta agenda pública moderna es, en comprensión práctica, lo que dio pie al surgimiento y desarrollo del sistema económico capitalista. Algunos autores encuentran los inicios de los principios de la modernidad en la conquista de América: “la modernidad/colonialidad luego de producir la noción y el concepto de raza, ahora podía pasar a clasificar a los seres humanos así como racialmente se le clasifica a los animales” (Bautista, J. 2018, p.78). Con esta afirmación, entendemos que este mismo discurso ha envuelto de manera consistente la idea de que lo moderno es una oposición absoluta a la “otredad”, a lo no-hegemónico: la implementación del “progreso” como objetivo universal es la base del rechazo sistémico a las disidencias sexuales, políticas y culturales que además, son abordadas mayoritariamente por grupos y comunidades históricamente oprimidas.

Este rechazo es el origen de dogmas e ideologías (como el colonialismo) que a su vez son la raíz de problemáticas sociales vigentes y cada vez más evidentes que en cualquier otro momento de la historia previo a este: la homofobia, el racismo y la violencia de género. Sobre esta premisa podemos explicar el hecho de que la desigualdad social (consecuencia de la intención económica capitalista) está íntimamente relacionada con las problemáticas raciales. La discriminación étnica, racial y de género es, en términos concretos, la reproducción sistemática de sus condiciones de desventaja política y, a última instancia, el pilar fundamental de la existencia de la desigualdad social.

...