CONCIENCIA CIUDADANA LA SOCIEDAD DE LOS SUPERHEROES

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FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES

LICENCIATURA EN GESTIÓN PÚBLICA

Ensayo

CONCIENCIA CIUDADANA

LA SOCIEDAD DE LOS SUPERHEROES

Asignatura: Escritura Argumentativa

Docente: Paula Daniela Reinoso – María Mercedes Ferrero 

Alumno: Guillermo Ricardo Buora Terenzani

2018

Palabras Clave

Subsidiariedad – Compromiso – Ciudadanía – Bien Común – Conciencia

Subsidiariedad

El principio de subsidiariedad 1, en su definición aplicada a la función pública, dispone que un asunto debe ser resuelto por la autoridad (normativa, política o económica) más próxima al objeto del problema, en las instancias más cercanas a los interesados.

El principio marca una división teórica entre responsabilidad principal y responsabilidad subsidiaria, en la cual el subsidiario suplirá en el deber al principal si éste no lo cumple, no lo puede cumplir, o, sencillamente, no existe.

Por este principio, la ciudadanía no queda ajena a un problema, ni se deposita toda la carga de la solución en el gobierno.

El fundamento del principio de subsidiariedad se encuentra en la centralidad del hombre en la sociedad. Cada persona tiene el derecho y el deber de ser el autor principal de su propio desarrollo, pero necesita de la ayuda de los demás para llevarlo a cabo. La autoridad ha de procurar establecer condiciones de vida que permitan a cada individuo un desarrollo integral, estimular las iniciativas personales respetuosas del Bien Común (coordinando y ordenando esas iniciativas) y suplirlas o completarlas cuando las necesidades comunes superen las posibilidades de los individuos y de las sociedades intermedias, sin impedir o suplantar la iniciativa y la responsabilidad de sus miembros (Palma, s.f.).

El disenso a este principio es afirmar que la responsabilidad siempre recae en los gobernantes, dado que para eso fueron electos. Es una concepción limitada que debe ser cambiada por una visión de participación, compromiso y solidaridad. La responsabilidad de los individuos en la construcción de una sociedad no concluye con el acto eleccionario. Si bien la democracia es la forma de organización social en la cual las decisiones colectivas vinculantes están legitimadas pues proceden del consenso verificado en elecciones periódicas y libres, los titulares del poder (los ciudadanos) ceden su ejercicio en representantes (los gobernantes) que ejecutan las decisiones legislativas y ejecutivas. Y esto abre la puerta a dos posibilidades adversas al sistema: que la mayoría se equivoque en su opción electoral (votando por un candidato carente de idoneidad) o que el representante escogido traicione a su electorado ejecutando acciones contrarias a sus propuestas previas. La respuesta se encuentra en una permanente injerencia de la ciudadanía en la vida colectiva.

Sociedad, Ciudadano y Ciudadanía

La sociabilidad es un aspecto permanente del fenómeno general de la vida; allí donde hay vida se desarrollan diversas formas de asociaciones entre los individuos vivientes.

El Hombre, salvo excepcionales minorías, por naturaleza es un ser gregario. Esa característica forjó la vida en comunidades, que evolucionaron desde los pequeños grupos de cazadores-recolectores, nómadas, con una organización social centrada en las familias, hasta las complejas sociedades posindustriales tecnificadas de la actualidad, orientadas a la economía de la producción en escala y de servicios, utilización de tecnologías (especialmente de información y comunicación), urbanas y constituidas por millones de individuos.

Las relaciones interhumanas que asimila el individuo en el proceso de socialización, conducen a la adaptación a distintas situaciones y circunstancias que condicionan su comportamiento. Para la realización plena del ser humano es imprescindible la vida social, puesto que la sociedad permite al hombre alcanzar el máximo de sus posibilidades en los distintos ámbitos, como el arte, la ciencia, la moral y la cultura, entre otros. La sociedad es un contructo colectivo que requiere de todos los integrantes para un armónico y efectivo funcionamiento. Aquí entra en juego el concepto central de este ensayo.

La noción de ciudadano (superando la primitiva definición de considerarse así a la persona que es habitante u oriunda de una ciudad) es la de miembro de una comunidad organizada; es parte de un Estado y, por lo tanto, titular de derechos y deberes y sujeto a sus leyes. Es, básicamente, el individuo que coexiste en una sociedad (Significados, 2018). Implica la convivencia en comunidad con otros ciudadanos, los cuales en conjunto conforman un determinado tipo de entidad que, para organizarse, debe estar ordenada jurídica y políticamente.

Ciudadanía significa pertenencia a una determinada comunidad política; es el conjunto de condiciones por las cuales el individuo (o ciudadano) está sujeto en su relación con la sociedad en que vive, el vínculo que relaciona al individuo con el Estado al que pertenece. Por lo tanto, ciudadanía es la condición que se otorga al ciudadano por ser miembro de una comunidad organizada.

Construcción ciudadana

Con la caída del Antiguo Régimen (s. XVIII), el ciudadano toma conciencia de su valor como tal. Comprende, amplía y exige sus derechos, y a la par, la construcción social democrática le impone responsabilidades y deberes cuyo cumplimiento posibilitan la convivencia en comunidades organizadas.

La construcción de la ciudadanía alude al proceso por el cual una persona va formando su personalidad individual y social en base a los valores que la comunidad que integra considera positivos, para el desarrollo en orden, en paz y con miras al progreso ético, material, tecnológico y científico.

La familia y la escuela son los agentes más cercanos, dentro del Estado, de moldear en los niños y jóvenes una conciencia solidaria, reflexiva y crítica, para formar ciudadanos libres, autónomos y responsables.

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