CRISIS UNIVERSITARIA ACTUAL COMO REFLEJO DE "REBELIÓN EN LA GRANJA"

Como lo dijo el político e intelectual español Enrique Tierno Galván “el poder es como un explosivo: o se maneja con cuidado, o estalla”; ciertamente éste es un elemento que representa un arma de doble filo ante el cual el ser humano por naturaleza parece sucumbir junto con sus ideales en la mayoría de las veces por cuestiones de ambición. Este es el caso tal de la historia narrada a través de las páginas de “Rebelión en la granja”, obra de George Orwell que se comporta como un ejemplo universal de lo que puede causar el poder en el ser vivo en la que se muestra como inicialmente se instruye una revolución que es utilizada para establecer un nuevo orden que beneficiaría a todos los animales por igual y en el que no parecen existir injusticias a las que estaban acostumbrados en el régimen anterior constituido por humanos, orden que con el pasar del tiempo empieza a mostrar debilidades e intereses propios del único sector gobernante que llevan a que se pierda el verdadero sentido y a que se cree descontento general entre los animales quienes se hallan tan influenciados por cuestiones dogmáticas que terminan por olvidar sus creencias y recuerdos propios de la inicial revolución y por acostumbrarse a la toma abusiva del poder por parte de los cerdos que crearon una irreparable desigualdad entre los miembros de la granja.

La situación que plantea “Rebelión en la granja” es más cotidiana de lo que se puede llegar a creer puesto que se puede observar en planos tan complejos como un país hasta lo más simple en cuanto a instituciones como lo es una junta de condominio. Actualmente, dentro de los tantos escenarios donde se pueden ejemplificar la obra estudiada se puede destacar la crisis universitaria en la que se encuentran afectadas más de diez universidades y miles de estudiantes en Venezuela en la cual se exige, en términos generales, la mejoría en condiciones económicas para las partes que conforman dichas casas de estudio así como el llamado a preservar y respetar la autonomía propia de ellas.

En estos últimos años nos hemos convertido en los animales de la granja que esperan ansiosamente eso que tanto promete el discurso de los gobernantes: igualdad, presupuesto justo, respeto de derechos, entre otros puntos señalados en los incansables pronunciamientos públicos por parte de las autoridades que, como es de notar en la actualidad, se han quedado en simples palabras. Ante esta situación no han faltado las personas que actúan como Boxer, creyendo que su trabajo y estudio hará que la situación del país, en este caso la universitaria, no les afecte, actuando de manera dogmática y, a decir verdad, indiferente a lo que nos compete a todos como conjunto que integramos las universidades; asimismo, han existido masas que han tratado de defender sus derechos y lo que por principio de “igualdad” les corresponde pero que se han visto silenciadas de una u otra forma por personajes que actúan como los perros de la obra cuya única finalidad es desviar la atención del problema

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