Cafe L A Blanca

UN PEQUEÑO LUGAR NOSTÁLGICO

En aquella calle del centro histórico de nuestra ciudad de México con el nombre en honor a la batalla contra el ejército francés, donde uno puede encontrar la versatilidad de la arquitectura de nuestra ciudad, y en donde puedes encontrar múltiples atractivos para el ocio y/o el entretenimiento; es aquí entre la ajetreada y frecuentada calle, encontrar una cafetería tradicional por costumbre con olor a añoranza, ya que desde su fachada te remonta a los tiempos mozos de la ciudad; es decir lugar donde el tiempo se congelo; ya que al entrar la impresión de vivir en la caótica cd. de México cambia repentinamente, pues las sillas de vinil naranja, el uniforme del personal, las fotografías de la época de la Revolución y hasta el artista que vende pequeños cuadros taurinos a la entrada del lugar nos transportan hasta los años cincuenta, década en la que debió haberse realizado la más reciente remodelación de este encantador local, y con el paso de los años y la constante transformación del centro, en cuanto a sus locales originales, y su atmosfera de cotidianeidad aquedado atrás. Dando pie al triste y paulatino decaimiento, de esta famosa cafetería; aunque no todo es malo, ya que como su leyenda lo dice, recordar es vivir, no me tocó vivir su auge, pero si puedo vivir su ambiente a donde los de mayor experiencia suelen ir a compartir sus historias con los amigos, desde pasado el mediodía es lugar común de concurrencia, en donde encuentras a los fieles clientes que solo van por su café y su pan, hasta los que sus canas delatan ya son viejos conocidos de ahí; y ya entrada la noche, con uno de sus dueños vestido como un mesero más del lugar, dando de sí que es un buen anfitrión trata de regresarle ese encanto de lo que fue, que con la poca o gran afluencia que se pueda dar al cerrar el día, sabe que su negocio huele a tradición.

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