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Cazador de los microbios


Enviado por   •  29 de Enero de 2012  •  Ensayo  •  1.426 Palabras (6 Páginas)  •  517 Visitas

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Los cazadores de microbios; Paul de Kruif

Microbiología. Microorganismos. Evolución de los descubrimientos. Investigaciones científicas. Científicos. Leewenhoek. Spallanzani. Pasteur. Teobaldo Smith. Metchnikoff. Ehrlich

Biología, Botánica, Genética y Zoología

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Los cazadores de microbios; Paul de Kruif

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Los cazadores de microbios; Paul de Kruif

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Los cazadores de microbios; Paul de Kruif

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CAZADOR DE LOS MICROBIOS

Dr. Paul de Kruif

Leewenhoek fue el primero en asomarse a un mundo nuevo, poblado de millares de especies de seres pequeñísimos. Cuando nació Leewenhoek no existían microscopios sino simples lupas o cristales de aumento, a través de los cuales podía haber estado mirando el holandés hasta hacerse viejo, sin lograr descubrir un ser más pequeño que el acaro de queso, más ésta su extravagancia aparente se reveló más tarde como preparación para aquel día imprevisto en que observó a través de su lente de juguete montada en oro, una pequeña gota de límpida agua de lluvia - Mira a través de su lente y murmura entre dientes unas palabras... y de pronto se oye la excitada voz de Leewenhoek: ¡ven aquí! ¡Date prisa! ¡En el agua de lluvia unos bichitos!... ¡nadan! ¡Dan vueltas! ¡Son mil veces más pequeños que cualquiera de los bichos que podemos ver a simple vista!... ¡mira lo que he descubierto! Había llegado el gran día para Leewenhoek. Aquellos animalitos eran enormemente pequeños y demasiado extraños para tener existencia real, y por esta razón volvió a observarlos, de nuevo vio a aquellos seres, no solo una sola especie, sino otra más grande que la primera, “moviéndose con gran agilidad, porque tenía varios pies increíblemente sutiles”. Descubrió una tercera especie y una cuarta, tan pecunia que no acertó a discernir su forma. Pero está viva. ¡Se mueve, recorre grandes distancias en este mundo de una gota de agua! ¡Qué seres más listos!, así los describió Leeuwenhoek.

El joven Spallanzazani estaba tan decidido a arrancar sus secretos a la naturaleza como lo estuvo Leeuwenhoek. Spallanzazani se lanzó con ardor a la tarea de recoger los conocimientos más diversos, a poner a prueba toda clase de teorías, a descartar todas las autoridades por famosas que fuesen. Spallanzazani tenía ya la certeza de que todos los animales, aun los más pequeños proceden de otros que, a su vez, han tenido existencia anteriormente; también tenía la convicción de que un diminuto microbio seguía perteneciendo siempre a la misma especie de sus progenitores del mismo modo que una cebra no se transforma en una jirafa o procrea bueyes almizcleros, sino que siempre es una cebra y engendra cebras pequeñas, en resumidas cuentas - decía Spallanzazani -. Needham estaba equivocado y yo he demostrado que en la ciencia de los animales lo mismo que en las orbitas de las estrellas, rige una ley y un orden.

Pasteur se aprestaba a hacer su primer descubrimiento en el dominio de la química. Después de mucho examinar montones de diminutos cristales, descubrió

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