Ciudadanía E Identidad Global
Enviado por aurelio17 • 5 de Septiembre de 2013 • 618 Palabras (3 Páginas) • 1.793 Visitas
CIUDADANIA E IDENTIDAD GLOBAL
La ciudadanía ha asumido históricamente varias formas en función de los diferentes contextos Culturales. El concepto de ciudadanía, como derecho a tener derechos, se ha prestado a diversas Interpretaciones. Entre ellas, se ha hecho clásica la concepción de T.H. Marshall (1967), que Analizando el caso inglés, sin pretensiones de universalidad, generalizó la noción de ciudadanía y de sus elementos constitutivos.
La ciudadanía estaría compuesta por los derechos cívicos y políticos - derechos de primera generación - y por los derechos sociales - derechos de segunda generación. Los derechos civiles, conquistados en el siglo XVIII, corresponden a los derechos individuales de libertad, igualdad, propiedad, de libre desplazamiento, derecho a la vida, a la seguridad, etc. Son los derechos que sustentan la concepción liberal clásica. Ya los derechos políticos alcanzados en el siglo XIX, tienen que ver con la libertad de asociación y de reunión, de organización política y sindical, la participación política y electoral, el sufragio universal, etc. Son también llamados derechos individuales ejercidos colectivamente, y terminaron incorporándose a la tradición liberal.
El final del siglo XX se ha descrito como la <<era de la migración>> porque cantidades ingentes de personas atraviesan las fronteras, haciendo que prácticamente todos los países sean más o menos poliétnicos. También se ha descrito como la <<era del nacionalismo>>, ya que en todo el mundo es cada vez mayor el número de grupos que se movilizan y afirman su identidad.
A consecuencia de todo ello, en muchos países las normas establecidas de la vida política se ven cuestionadas por una nueva <<política de la diferencia cultural>>. De hecho, con el final de la guerra fría, las reivindicaciones de los grupos étnicos y nacionales han pasado al primer plano de la vida política, tanto en el ámbito interno como en el ámbito internacional.
Para muchas personas esta nueva <<política de la diferencia>> representa una amenaza a la democracia liberal. En este libro he presentado una perspectiva más optimista y he intentado demostrar que muchas (aunque no todas) las reivindicaciones de los grupos étnicos y nacionales son consistentes con los principios liberales de libertad individual y justicia social. No quiero decir con ello que estas cuestiones se puedan <<resolver>> de una manera definitiva; lo que está en juego es demasiado complicado para ello. Pero se pueden <<gestionar>>, de manera pacífica y justa, si damos por supuesto que existe un cierto grado de buena voluntad.
Naturalmente, en varias partes del mundo los grupos no están motivados por la justicia, sino por el odio y la intolerancia y por intereses propios, por lo que no tienen ningún interés en tratar a los demás con buena voluntad. En
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