Ciudadanía Y Corporalidad
Enviado por marbellang • 25 de Marzo de 2012 • 1.196 Palabras (5 Páginas) • 444 Visitas
Región y Religión , Nuevos Contenidos de un Viejo Discurso sobre Ciudadanía y Corporalidad
“Una autoridad ha osado convertir Arequipa católica en la capital del aborto en el Perú. Arequipa es tradicionalmente católica y ahora se convierte en la capital de muertes a niños inocentes. ¿vamos a permitir eso? ¿vamos a aplaudirlo? "No nos vamos a quedar callados. ¡no lo vamos a permitir!. El aborto terapéutico es una gran mentira. (Arzobispo Javier del Río Alba )
La pretendida y fallida protocolización del aborto terapéutico en nuestra región, re-politizó el tema “aborto” en medio de un clima de extremada virulencia y confrontación entre sectores radicales de la Iglesia y representantes de la sociedad civil. Creemos, que trascendiendo la frustrada crónica de dicha pretensión, y el lado del que individualmente podamos colocarnos en esta polémica, más allá de lo coyuntural; el debate en torno, simbolizó un proceso de replanteamiento o reposicionamiento desde el terreno local (regional)- de los actores sociales y los factores que a través de sus discursos y acciones deciden las políticas públicas.
Ese es el tema del presente ensayo, al intentar acercarnos a la comprensión de los discursos que en dicho contexto de debate (pro choice o pro-vida) se confrontaron, asumiendo - más allá del saldo en contra- que lo valioso fue la posibilidad de discutir abiertamente el tema y ello, consideramos, era una deuda del proceso de democratización.
Esta vieja discusión, se ha encontrado enmarcada y reeditada en el contexto de la globalización, proceso que ha caracterizado el decurso de los últimos veinte años; donde la democracia se ha erigido en un ideario común a las naciones y donde la eclosión tecnológica, ha provisto a los ciudadanos de mecanismos cada vez más seguros y accesibles, que permiten separar lo sexual de lo reproductivo; perfilándose así un proceso signado por la democratización de la vida privada, expresado en la emergencia de nuevos derechos incardinados en la corporalidad y la redefinición, por ende, del concepto de ciudadanía .
En un precario, pero urgente intento, requerimos ilustrar los términos en los cuales el debate ha sido replanteado, pues como expresión de un proceso de readaptación de sus discursos y estrategias, aquellos grupos -otrora denominados “conservadores” y “fundamentalistas”- han podido reinventarse y reinsertarse en el juego político y social de la democracia, reivindicado una agenda con nuevos argumentos que han recrudecido el tema hasta puntos de inflexión que quienes nos consideramos “pro choice”, los pensábamos ya superados.
Suscribimos la hipótesis de que aquellos grupos que denominábamos conservadores, en la discusión de si las personas tenemos o no, la capacidad de discernir sobre nuestra propia corporalidad y las consecuencias que la sexualidad y la reproducción le imprimen, han dejado de ser un grupo de fanáticos obsoletos; pues junto a sus argumentaciones religiosas, se esgrimen cada vez más, justificaciones legales que ilustran modelos de acción y estrategias complejas post-modernas, de una Iglesia que se ha globalizado en su estructura y prácticas políticas.
Son varios los símbolos sobre los cuales se articula el discurso de los denominados grupos pro vida; primeramente está ese, el tema vida como un asunto medular y punto máximo de inflexión en el manejo simbólico, una vida que desde la ciencia ha sido redefinida y que por su valor absoluto se reivindica en todas sus instancias colocando todo lo que pareciera atentar contra ella en el ámbito de lo rechazado, descartado y perseguido. Esta postura de vida construye una categoría “natural” y biologizada
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