Comunicacion Popular

Mientras llegamos al desenlace de un principio poco común y hasta avallasante de lo que podríamos denominar cultura popular, intentamos buscarle un sentido condicionante a los distintos casos prácticos analizados. Algo tan exacto en su discontinuidad que requiera de lógica patronímica y formal pero bajo ningún efecto cauterizador. Desde la exaltación extrema en innumerables cuestiones típicas del fenómeno popular es imposible evadir al indemne concepto, pues como un espejo turbulento las funciones de la cultura popular pueden generar disociaciones bajo las mismas posturas teóricas que se ocupan de prohijar un apellido propiamente humano orientado a bautizar ciertas prácticas impregnadas de valores poco comunes.

En primer lugar lo que interesa aquí es describir cuales son las diferentes influencias que una construcción ideológica puede generar en el imaginario ritual mas apropiado a lo social. Allí donde lo popular en la salteñidad se acrecienta aglutinando practicas representativas (carnaval, el punta corral) lo inusual del hecho permite abarcar sintéticamente situaciones de subordinación y dar vida al conjunto de elementos identitarios muchas veces intervenidas por nuevas distancias huecas que hace concreta una realidad popular.

Decía Morandini en su texto:

“el carnaval es una ceremonia

que ayuda a hacer catarsis

para comenzar bien el año”

La distancia provoca un efecto leitmotiv en el espejo que solidariza lo primitivo frente al argot generado por las sociedades modernas, pues lo popular frente a lo convencional justifica las tradiciones no como resultado sino como una realidad condensada a la que se ejecuta maniobras poco visibles en términos de dominación.

Analizar una noción surgida de estilos concretos en el marco social como el episodio de la maestra como el revés del caso Menocchio nos lleva a reconocer la con- fusión estrechamente vinculada al carácter analógico de lo que se muestra como cultura popular y lo que se enfoca enmarcado bajo un fenómeno social parafraseado por la necesidad reproductiva y contra hegemónico.

Actualmente y según nuestras conclusiones respecto a los diferentes casos analizados durante las clases destacamos una fuerte influencia que poseen los medios tecnológicos para diseminar una disfunción informacional cuya labor mas bien perturba su anclaje simbólico e invierte una lógica de polisemia cultural desgastando la línea imaginaria que divide lo sustantivo a lo no sustancioso. Al reconocer que el campo de la cultura popular no se limita a lo manual, lo tradicional y las relaciones intimas de pequeñas estructuras sociales (comunidades) se justifica una suerte de metonimia capaz de formar el efecto (lo popular) por la causa (oficialismo popular). Un cuestionamiento, ni modo que se expresa en términos de representaciones de pueblos subalternos donde surgen expresiones transformadas en función a las censuras y normas frecuentemente formales propias de cada campo institucional .

Desde la perspectiva de Ana Maria Zubieta se piensa un plano más impresionable cuyo ritmo visual hace innovación en las operaciones culturales de lo normalmente solapado. La problemática reside en la animadversión eufemista que tienen ciertos sectores colectivos frente al cristalizante auge que compensan patrones culturales dominantes. Justamente cuando por antonomasia abreviamos la dinámica popular en historias de vanguardia (como en el caso de la cultura letrada que se excedió en un sentido opuesto al de la maestra desviándose de lo saberes y las expectativas que su clase social le había deparado: la causa se atomiza gestando un ignoto modo de abordar la cultura fecundando canones de lectura emergentes capaces de priorizar elementos de significación que apuntan

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