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Conflicto Islas Senkaku / Diaoyu


Enviado por   •  11 de Abril de 2021  •  Monografía  •  1.813 Palabras (8 Páginas)  •  153 Visitas

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Universidad de Chile

Instituto de Estudios Internacionales

Curso: Análisis Política Exterior

Profesor: Roberto Duran S.

Estudiante: Paolo Costa P.

Fecha: 01-oct. 2020

Ensayo Nº 1

Tema: Conflicto Islas Senkaku / Diaoyu

¿Existe algún país o líder que desee el conflicto y la guerra antes que la paz? ¿Es acaso la guerra entre China y Japón más beneficiosa que la armonía entre ambas naciones?, ¿Es provechoso para estas naciones mantener el clima de tensión con las consecuencias que conllevan? La respuesta a todas estas preguntas es NO, incluso los líderes más bélicos, los locos más aguerridos, esos quienes con discursos acalorados llaman a la guerra o tientan al destino con acciones no buscan el conflicto. Lo sí buscan estos personajes es el triunfo; la “posibilidad” de haber ganado el conflicto y haciendo un cálculo racional establecen si una confrontación es mas beneficiosa que la paz, así sacan cuentas si los costos materiales, humanos, legales, sanciones internacionales y la mirada de la comunidad internacional sobre el conflicto le son más dadivosas que negativas.  Y el conflicto de las Islas Senkaku/Diaoyu no escapa a esta realidad.

Este fenómeno esta muy bien tratado en el texto de Allison Graham “La esencia de la decisión” donde se analiza a lo largo del documento como las partes en un conflicto planifican su actuar pensando en cómo el adversario usaría sus recursos para obtener la victoria. Por ello, buscando el propio interés, los enemigos usaran todas sus fuerzas con el fin de destruir las ventajas de su adversario, dando como resultado una escalada de acciones basadas en el cálculo racional de cómo eliminar al contendiente.

Todas las partes en un conflicto tendrán como meta final la eliminación del otro, y en este caso particular, China y Japón, tienen fuerzas militares, industriales, tecnológicas, humanas y aliados con obligaciones e intereses tal, que de desatarse un enfrentamiento podría llevar a la ruina a ambos países y a sus aliados con repercusiones a escala global, dañando a terceros en el conflicto en ámbitos económicos, diplomáticos, humanos y ambientales.

Concluyendo este primer punto: Por muy feo que suene, ambos países tienen garrotes suficientemente igual de dañinos para ambas partes, que de recibir un golpe del otro la aniquilación de ambos sería el único resultado esperable. Por lo mismo les es mucho más racional sentarse a negociar que tener un enfrentamiento. Para ello es necesario definir las condiciones de mutua confianza e iniciar una negociación. (PREGUNTA 1)

Primero, se hace una distinción entre los temas candentes y los no-candentes, se requiere buscar puntos comunes. En el peor de los casos se apela a los mínimos que cualquier pueblo civilizado espera; salud y bienestar de su población, intercambios comerciales, reducción de la pobreza, etc. encontrando aquello que los une. Segundo, se organizan estos temas por orden cronológico y relevancia. Los Estados no son entelequias que aparecen de la nada, al igual que los conflictos, hay una historia que los vincula, momentos de mayor o menor tensión y decidir sobre los puntos que más beneficien a ambas partes. En tercer lugar, por el bien de las partes, el profesionalismo diplomático se debe hacer presente generando concesiones mutuas viables para encontrar una solución. Hay que suponer que la contra parte no es ni malo ni tonto, que también son seres humanos y en consecuencia están buscando obtener algún beneficio al igual que la otra parte. El punto de vista del otro tiene algo de razón y es conveniente considerarlo. Finalmente, no ser cándido. Aceptar que las negociaciones son un conflicto y de no llegar a buen puerto se pueden ejecutar sanciones militares, económicas, legales, y provocar la presión de la comunidad internacional. Por tanto, la clave de la negociación es buscar acuerdos que permitan a las partes llegar a un punto de encuentro. Para tener en consideración, el poder militar de los aliados de Japón, en especial el poder nuclear y despliegue naval de EEUU. no tiene comparación con el ejército chino y sus aliados. Aun así, el daño que recibirían el bando japonés, entendemos sería devastador.

 

Revisando el caso de las islas en detalle, de estar en los zapatos de quién dirige esa negociación, como asesor diplomático, propondría dejar las islas como terreno neutral; prohibir su ocupación y sacrificar los recursos de esa zona por el bien de la población de cada país. En años posteriores con una madurez en las relaciones entre ambos países se podrán establecer zonas comunes de explotación beneficiando a ambos. De forma paralela, apelando al valor práctico de la paz, crearía una agenda de intercambio cultural para lograr una armonía entre las poblaciones bajando los niveles de odiosidad cultural.

Para lograr esta solución son necesarias concesiones previas (PREGUNTA 2) que permitan establecer una agenda común y evitar un conflicto armado. Como ya hemos advertido y argumentado, no tiene ventaja alguna para las partes. Por eso mismo al comenzar una negociación se requieren mínimos que permitan articular acciones con resultados.  Sin desconocer la historia y cultura de cada país. Pero este nivel de conflicto hay que ser radical.

¿Qué tan radical? Lo que sea necesario. Ambos países tendrían que desestimar su interés por las islas. Japón sede su soberanía y las islas quedan en aguas internacionales y por su parte China elimina su deseo de control de la zona.  El conflicto que tiene China y Japón no es por las islas en sí y sus recursos, es por su valor simbólico y estratégico. representa la posibilidad de cambiar el status quo del control del mar de China.

En forma paralela hay que generar diálogo social con el fin de activar el rol de la sociedad civil, generando por ejemplo mesas participativas entre los conciudadanos y de la otra potencia. Estas mesas tendrían como objeto ser una instancia de trabajo y encuentro entre las personas, generando cultura entorno a este conflicto, aumentando valores como la colaboración, empatía, etc. Todo lo anterior tendría como finalidad lograr salir de la negociación con un plan de largo (50 años), madurando el tema y estrechando lazos entre las partes. Esto seria posible por elementos culturales compartidos entre China y Japón; la planificación económica como procesos de larga data y la expertis en ingeniería social. Con lo anterior se podría planificar una zona común de explotación e investigación científica beneficiando a largo plazo a ambas sociedades.  Este cambio cultural puede ser tomado desde la necesidad de una conservación ambiental, la realización de ejercicios comunes de salvataje a naufragios, acercamientos bilateral entre gremios industriales, intercambios de estudiantes, realización de investigación y ponencias en seminarios, etc. Todo lo anterior como estimulantes de ánimos para la paz por sobre los de la guerra.

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