Consecuencias por exceso de azúcar
Enviado por hdolores.lara • 9 de Diciembre de 2018 • Apuntes • 1.722 Palabras (7 Páginas) • 126 Visitas
Antecedentes
Galleta.- Pasta dulce o salada hecha con una masa de harina, manteca, huevos y otros ingredientes, que se cuece al horno hasta que resulta crujiente; hay una gran variedad de sabores, formas y tamaños. (Oxford, 2018)
Golosina.- es un manjar siempre dulce, cuyo único valor nutritivo es el azúcar (u otros carbohidratos) o grasa, escaso o nulo en proteínas, vitaminas y minerales, y está destinado a satisfacer un gusto o antojo. (Wikimedia, 2018)
Galletas comerciales
La mayor parte de las galletas comerciales, aun las opciones consideradas muchas veces "saludables" o las versiones "ricas en fibra", pueden tener nutrientes de mala calidad para el organismo y esta rodeadas de azúcar, sodio o grasas trans en su composición. Y es que las galletas industriales pertenecen a la familia de los ultra procesados, siendo por ello alimentos altamente apetecibles y lucrativos que en su interior esconden altas proporciones de azúcares añadidos, aditivos, sal y grasas de mala calidad tales como aceites hidrogenados o grasas trans o bien, grasa de palma.
La combinación de grasas y azúcar no es el único componente adictivo de galletas y bollos, sino que en las primeras encontramos una textura crujiente que nos resulta especialmente agradable al paladar y por ello, también nos incentiva a comer más, mientras que en los segundos es muy frecuente encontrar chocolates con teobromina, una de las muchas sustancias adictivas presentes en los alimentos.
Si evaluamos las galletas infantiles como las Dinosaurus, nos daremos cuenta que el panorama no cambia mucho y al igual que muchos otros alimentos infantiles, concentran altas proporciones de azúcar (21%) y grasas (19%), muchas de ellas de mala calidad, sin embargo en las galletas y bollos que elaboramos con nuestras propias manos no empleamos la gran diversidad de aditivos que sí emplean las opciones comerciales e industriales. (GOTTAU, 2017)
Consecuencias por exceso de azúcar
Además de las caries dentales, el exceso de peso es una de las consecuencias de consumir mucho azúcar. Lo que ocurre es que, si nuestro cuerpo no utiliza las calorías provenientes de los alimentos antes mencionados, el azúcar es metabolizado como grasa en nuestro cuerpo. Es así que la grasa se empieza a acumular, y uno sube de peso. Como consecuencia, el sobrepeso y obesidad aumentan el riesgo de sufrir diversas enfermedades, tales como las cardiovasculares, diabetes, cáncer, entre otras.
El exceso de azúcar también es perjudicial para el corazón, pues eleva los triglicéridos en el organismo, los cuales a su vez aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas. Asimismo, ciertos estudios han demostrado que el consumo excesivo de azúcar deprime el sistema inmunológico, con lo cual uno se vuelve más susceptible a enfermarse.
Ciertas investigaciones también sugieren que ingerir demasiada azúcar interfiere con el correcto funcionamiento de las hormonas que regulan el apetito, lo cual causa que uno coma en exceso y tenga antojos constantemente. (Garmendia, 2018)
Datos del consumo nacional de dulces 2010. (Duldi, 2012)[pic 1]
¿El azúcar es el nuevo tabaco?
Como resultado de la obesidad, la generación de padres en la actualidad puede ser la primera en vivir más que sus niños, debido al azúcar añadido en lo que ingieren. Investigadores de Oxford han estimado que una reducción del 15% en el consumo de azúcar a través de tal impuesto, evitaría que 180.000 personas solo en el Reino Unido se volvieran obesas al cabo de un año y un mayor número adquiriesen sobrepeso. Por cada 150 calorías de azúcar adicionales disponibles para consumo, hubo un incremento de 11% en la prevalencia de diabetes de tipo 2 en la población. Esto se compara con 150 calorías de otra fuente, como la grasa o la proteína, y es independiente de los niveles de índice de masa corporal (IMC) y actividad física. Un estudio prospectivo de cohortes de gran calidad reveló una influencia en la mortalidad cardiovascular en adultos estadounidenses que consumían más de 25% de calorías de azúcar añadido, frente a los que consumían menos de 10%, y los hallazgos fueron congruentes para los diferentes niveles de actividad física e IMC. Los efectos positivos de reducir la ingesta de azúcar sobre la salud al parecer son muy rápidos. En un estudio de 43 niños hispanoamericanos y afroestadounidenses con síndrome metabólico, manteniendo idénticas las calorías totales y las calorías a partir de hidratos de carbono, una reducción de una media de 28% de las calorías derivadas de azúcar añadido a 10%, disminuyó en grado significativo los triglicéridos, el colesterol de las LDL, la presión arterial y la insulina en ayunas al cabo de sólo 10 días. ¿Cuánta azúcar necesitamos? Para fines de salud, el consumo óptimo es cero. El azúcar añadido no tiene ninguna necesidad biológica y, por tanto, por definición, no es un “nutriente”. Es el componente de fructosa (la sacarosa contiene 50% de glucosa y 50% de fructosa) el que cumple cuatro criterios que justifican su regulación: toxicidad, inevitabilidad, el potencial de abuso y su repercusión negativa en la sociedad. El consumo diario de sólo unas pequeñas cantidades de azúcar libre, lo cual incluye todo azúcar añadido y azúcar presente en jugos de frutas, jarabes y miel, tiene una repercusión perjudicial en la enfermedad no transmisible más frecuente a nivel mundial: la caries dental. El tratamiento de la caries dental contribuye con 5% – 10% a los gastos de salud en los países industrializados. La Organización Mundial de la Salud recomienda un límite máximo de consumo de azúcar que constituye no más de 3% de las calorías diarias (aproximadamente tres cucharaditas). Como referencia, una lata de refresco de cola regular contiene nueve cucharaditas de azúcar añadido, que es el triple del límite superior de la ingesta recomendada. Las similitudes entre la industria del tabaco y la industria del azúcar son perturbadoras. Como lo demostró una publicación reciente en JAMA Internal Medicine, la industria del azúcar pagó a tres científicos de Harvard influyentes para minimizar el rol del azúcar en las cardiopatías y cambiar la culpa a las grasas. El año pasado, el New York Times expuso que la compañía Coca Cola pagó millones de dólares para financiar investigación que restaba importancia al rol de las bebidas azucaradas en la obesidad y atribuía como factor principal la falta de ejercicio. Las exhortaciones recientes de la Organización Mundial de la Salud para gravar las bebidas azucaradas – con impuestos como al tabaco – son noticias muy bienvenidas para quienes hacen campaña a favor de la salud. Sin embargo, los mensajes de salud pública tienen que ser más claros. No hay nada de malo con el refrigerio esporádico, pero el azúcar no tiene lugar como parte de una “dieta equilibrada saludable”. (Azzollini, 2018)
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