Contra el enemigo común

Análisis del capítulo V. Contra el enemigo común

(Eric Hobsbawm Historia del Siglo XX)

Contra el Enemigo Común, nos relata sobre el gran peligro que representaban los países de regímenes fascistas tal como lo eran Alemania, Italia y Japón. Las ahora desplazadas potencias que habían resultado como ganadoras después de la primera guerra mundial, veían como una gran amenaza a la Alemania Fascista, que a pesar de haber sido derrotada, no se vio tan afectada como el Imperio Austro-Húngaro y el Imperio Turco-Otomano, los cuales durante el periodo que hubo entre guerra y guerra trataron de conseguir una mejor estabilidad. También a las naciones vencedoras se le hizo difícil este periodo ya que la primera guerra mundial tuvo un costo económico, político y demográfico muy alto. Por lo tanto alguna de las naciones vencedoras estaban concientes sobre su debilidad, pero también sabían que ya no se podía seguir con ese orden que se había establecido en 1919 para sus propios beneficios y que este era imposible de mantenerse, por lo que la opción de ir a la guerra siempre estuvo como última alternativa.

En 1935 Alemania renunció a los tratados de paz y volvió a mostrarse como una potencia militar y naval de primer orden y abandonó desdeñosamente la Sociedad de Naciones. Mussolini, mostrando el mismo desprecio hacia la opinión internacional, invadió ese mismo año Etiopía, que conquistó y ocupó como colonia en 1936-1937, y a continuación abandonó también la Sociedad de Naciones

De manera, que las disputas de los demócratas y comunistas contra los gobiernos fascistas adquirieron mayor importancia con el inicio de la Guerra Civil en España 1936-1939, que después de haber gozado de una Democracia Constitucional, sufre un golpe de estado por grupos fascistas liderados por Francisco Franco. Durante este enfrentamiento Alemania e Italia deciden apoyar con recursos a los fascistas del país, mientras que la URSS apoya a los grupos demócratas, siendo esto un hecho sin preceden

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