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Crisis 1929. La postura de Keynes ante la depresión


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2018  •  Trabajo  •  1.202 Palabras (5 Páginas)  •  701 Visitas

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PRÁCTICA 6. LA CRISIS DE 1929

  1. Explique quién fue el autor del texto 1 y en qué contexto histórico hay que entender este fragmento de su artículo en la revista Listener.
  2. ¿Qué estrategia para hacer frente a la depresión defiende Keynes en este texto?
  3. Explique quién es el autor del texto 2, quién es Ben Bernanke y qué es la Reserva Federal.
  4. Resuma las principales ideas que expone el texto 2.
  5. Según el texto, ¿en qué se parecía la situación del mercado financiero antes de la crisis de 1929 y antes de la de 2007?
  6. Explique las principales causas que llevaron a la crisis de 2007.
  7. ¿Como actuó el gobierno norteamericano cuando estalló la crisis de 1929? ¿Cree que su comportamiento fue similar en la crisis de 2007?
  8. Observe los gráficos 1, 2 y 3. ¿Qué crisis tuvo un impacto mayor a corto plazo (en los 10 primeros meses)? ¿En que crisis la recuperación se inició antes y fue más rápida?
  9. Observe el gráfico 4, ¿la actitud de los gobiernos para frenar el crack bursátil fue la misma tras la crisis de 1929 que tras la de 2007? ¿Considera que esa distinta actitud fue determinante en la recuperación posterior? Explique por qué.

Texto 1. La postura de Keynes ante la depresión 

El descenso de precios provocado por una mayor eficiencia y especialización de la producción es, efectivamente, un beneficio. Pero el descenso de precios que implica la ruina del productor es uno de los mayores desastres económicos que posiblemente puedan ocurrir (…) Lo que ahora necesitamos no es apretarnos el cinturón, sino mantener una actividad expansiva, de actividad: hacer cosas, comprar cosas, fabricar cosas (…) Supongamos que todos dejamos de gastar nuestros ingresos y que lo ahorramos todo. ¿Y bien? Todos dejaríamos de trabajar. Y no tardaríamos en no tener ingresos para gastar. Nadie se enriquecería lo más mínimo y al final moriríamos todos de  hambre. Sería nuestra recompensa por no querer comprarnos mutuamente bienes y servicios, ya que es así como vivimos. Lo mismo, incluso más, es verdad cuando se aplica en un ente local. Es hora de que los ayuntamientos se dediquen a poner en marcha mejoras que tengan sentido. Y también me gustaría ver llevados a la práctica planes nacionales concebidos con grandeza y magnificencia.

J. M. Keynes: “Ahorro y gasto”, Listener, 14 de enero de 1931.

Texto 2. De fiesta como en 1929 Por Paul Krugman (The New York Times, 21 de marzo de 2008)

Si Ben Bernanke gestiona la salvación de sistema financiero, evitando su colapso, será, con toda razón, premiado por sus heroicos esfuerzos. Pero lo que debemos preguntarnos es: ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Por qué el sistema financiero necesita ser salvado? (...) La respuesta, a nivel fundamental, es que estamos pagando el precio de una deliberada amnesia. Hemos elegido olvidar qué ocurrió en los años treinta, y habiendo rechazado aprender de la historia, estamos repitiéndola.

En contra de la creencia popular, el crack bursátil de 1929 no fue el momento definitivo de la Gran Depresión. Lo que convirtió una recesión ordinaria en una depresión que amenazó la civilización fue la oleada de crisis bancarias que ocurrió en América en 1930 y 1931.

Esta crisis bancaria de los años treinta mostró que un mercado financiero sin regular y sin supervisar puede, demasiado fácilmente, sufrir fracasos catastróficos. Con el paso de las décadas, sin embargo, esta lección se olvidó, y ahora la estamos volviendo a aprender, por la vía dura. Para comprender el problema es necesario entender qué hacen los bancos.

Los bancos existen porque ayudan a reconciliar el conflicto de intereses entre quienes ahorran y quienes prestan. Los ahorradores quieren libre acceso a su dinero a corto plazo. Los prestatarios quieren compromiso: no quieren el riesgo de tener que hacer frente a repentinas demandas para devolver el dinero.

Normalmente, los bancos satisfacen ambos deseos: los depositantes tienen acceso a sus fondos cuando quieren, pero la mayoría del dinero en manos del banco se utiliza en préstamos a largo plazo. La razón por la que esto funciona es que las retiradas de dinero coinciden más o menos con los nuevos depósitos, así que un banco sólo necesita una modesta reserva de efectivo para cumplir sus compromisos.

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