Cumbre Del Milenio
Enviado por luisrs94 • 6 de Octubre de 2014 • 3.220 Palabras (13 Páginas) • 283 Visitas
Cumbre del milenio de las naciones unidas
La creciente globalización que nos ha tocado vivir posee, como la mayoría de los fenómenos económicos y sociales, consecuencias positivas por un lado y negativas por otro. En este contexto se sitúa la actuación de las instituciones multilaterales de desarrollo quienes están adquiriendo mayor protagonismo en nuestros días.
De las múltiples iniciativas emprendidas por estas instituciones, teniendo como germen la Cumbre del Milenio y la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible, destacan los Objetivos de Desarrollo del Milenio que constituyen una ambiciosa agenda para la resolución de los principales y más graves problemas de la humanidad.
El objetivo de la presente ponencia consiste en revisar y analizar la evolución de estos Objetivos y cuáles son las principales carencias o necesidades de cara a su consecución en el plazo previsto del año 2015. La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible celebrada en septiembre de 2002 en la ciudad sudafricana de Johannesburgo, auspiciada por las Naciones Unidas (NN.UU), fue concebida como continuación de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro de 1992. Su objetivo principal era el de dar respuesta de forma más realista a las cuestiones planteadas (pero no solucionadas) de la década anterior, que se habían manifestado por primera vez en la Conferencia sobre Medio Ambiente Humano de Estocolmo de la década de los setenta.
Diferentes reuniones multilaterales, tanto de las NNUU como de otros organismos tales como la Organización Mundial del Comercio (OMC) o el Banco Mundial (BM), incidieron en el hecho de que, a pesar de las buenas intenciones de la Cumbre de Río, su planteamiento adolecía de una serie de errores que la hacían prácticamente inviable. En concreto, la Declaración del Milenio de las NNUU (septiembre 2000) así como la Agenda 21 (1992) expresan de forma suficientemente explícita la necesidad de reconducir o reformular los principios que guiaron la Cumbre de la Tierra.
El desarrollo sostenible es definido por el Brundland Report (1987) como “el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de generaciones futuras para satisfacer las suyas propias.” De forma específica se recoge la necesidad de plantear el aspecto social del desarrollo económico y, a su vez, éste hacerlo compatible con los objetivos medioambientales. Es decir, tal y como establece J.D. Worfenson (1992): “las políticas de desarrollo tendrán que estar orientadas a proteger nuestros bosques, nuestros mares y nuestra fauna, así como a mejorar su productividad si queremos que los pobres puedan cerrar la brecha de desigualdad abierta en los últimos cincuenta años”.
Así pues, el foco de atención pasa a ser también la sociedad y no sólo la naturaleza, de modo que el eje “persona–entorno” adquiere prioridad en el planteamiento económico. De esta forma se da respuesta a lo que muchos analistas achacaban de que la preocupación por el medioambiente descuidaba en cierto modo al individuo como agente social, ya que si bien es cierto que desacertadas políticas y deficientes gestiones públicas contribuyeron a desastres ambientales, también es verdad que éstas fueron causa de la creciente desigualdad de ingresos e, incluso, de revueltas sociales.
En la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas celebrada en Nueva York en el año 2000 , los Estados miembros de las Naciones Unidas reafirmaron su compromiso de luchar por un mundo en el que el desarrollo sostenible y la eliminación de la pobreza tuvieran máxima prioridad. Fue esta una oportunidad histórica de convenir en un proceso para la revisión fundamental del papel de esta institución y de los desafíos a los que enfrenta en el nuevo siglo y en este sentido, como consecuencia principal la Cumbre se encuentra la conocida como Declaración del Milenio en el que se plasman los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Éstos surgen como derivación de acuerdos e iniciativas emprendidas por diferentes conferencias mundiales organizadas por las Naciones Unidas en los últimos años. Los Objetivos han sido aceptados, con carácter global, como marco para la medición de los progresos en materia de desarrollo y para ello centran la labor de la comunidad mundial en la introducción de mejoras importantes y mensurables en la vida de las personas. De ellos, cabe destacar el establecimiento de criterios para cuantificar los resultados, ya no sólo de los países en desarrollo, sino también de los países desarrollados que contribuyen a financiar programas de cooperación, así como de las instituciones multilaterales que ayudan a los países destinatarios a aplicarlos
LA CUMBRE MUNDIAL SOBRE DESARROLLO SOSTENIBLE
La Cumbre de Johannesburgo nace ya desde el mismo momento de su partida con un doble desafío: en primer lugar mejorar las condiciones de vida de todo ser humano y, por otro lado, proteger el medioambiente. Es el primero de estos retos el que supone una novedad en el planteamiento interno de las NNUU y al que se le presta atención en este apartado, sin olvidar que todo este movimiento tiene su origen en el constante y creciente deterioro medioambiental.
Todo el proceso preparatorio de la Cumbre, así como otras conferencias relacionadas tales como la Conferencia Ministerial de Doha (noviembre de 2001) y la Conferencia Internacional sobre Financiamiento al Desarrollo de Monterrey (marzo de 2002) tienen como objetivo la búsqueda de un balance entre el desarrollo económico – social y medioambiental. Más aún, estos tres aspectos interdependientes se plantean como los componentes principales del denominado “desarrollo sostenible”, expresión que da nombre a la Cumbre y que pretende recoger los aspectos comentados anteriormente.
De forma específica dentro de los objetivos y requisitos necesarios de esta nueva concepción del desarrollo socioeconómico planteado en Johannesburgo aparece junto a la protección del medio natural aspectos tales como la erradicación de la pobreza o el cambio en los patrones de consumo y de producción. Se muestra de esta manera la preocupación internacional por la prosperidad, la seguridad y la estabilidad del mundo y se hace hincapié en la necesidad de reducir las diferencias. Echando la vista atrás frente a los planteamientos exclusivamente ecológicos de la Cumbre de Estocolmo, puede llamar la atención el hecho de que, por ejemplo, la protección de la biodiversidad se sitúe de modo paralelo a la disminución de las diferencias entre los pobres y no pobres de la Tierra. Junto a ello destaca la circunstancia de que “por primera vez en la historia de la humanidad, la sociedad tiene la capacidad, el conocimiento y los recursos para erradicar la pobreza y el subdesarrollo” (Mbeki, 2002).
En cuanto a los objetivos propios establecidos
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