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DE DONDE VIENEN LOS MASONES?.


Enviado por   •  25 de Febrero de 2019  •  Documentos de Investigación  •  1.195 Palabras (5 Páginas)  •  282 Visitas

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DE DONDE VIENEN LOS MASONES?.
Es innegable que la Masonería, en su acepción más pura, proviene del momento en que el hombre decidió hacer su primera construcción, con objetivos más allá de la habitabilidad técnica. Aunado a ello, son los herederos de los primeros Arquitectos, considerando que el vocablo Arquitectura, proviene del vocablo Arkeidos, que significa literalmente del latín al español: "Los primeros mandatos de Dios, en la construcción de un Templo".
Los primeros constructores de seguro probaron con infinidad de materiales, bien para lograr utilidad, bien para que la construcción perdurara en el tiempo, o para crear belleza además de funcionalidad. Así el hombre va convirtiendo la habilidad en oficio, creando métodos y técnicas, desarrollando herramientas y expresando su creatividad artista, en pocas palabras, el hombre hace una emulación de lo divino, al crear a partir de la aparente nada (mundo ideico), objetos materiales en el mundo manifestado.
La capacidad de crear a partir de ideas, es un proceso que va trabajando progresivamente en la mente humana y requiere de la adquisición de conocimientos y la práctica del oficio, que con el devenir del tiempo, va permitiendo al hombre, alcanzar logros más complejos; más aún, cuando la creación que se busca es de grandes proporciones, donde se necesita el concurso de varios. El hombre se ve impulsado a hacer valer sus ideas y liderar a otros, en el deseo y la necesidad de lograr sus objetivos. Lo anterior implica, diversas capacidades, pero en principio es necesario el orden y la priorización de tareas. Este orden y priorización de las ideas y tareas, necesariamente lleva al grupo a ordenarse también y a establecer jerarquías y normas, en función del trabajo que cada uno aporta a la concreción de la idea que se pretende materializar. Así inicialmente hay un orden interno, referido a las ideas y un orden externo, dirigido a las acciones e implicado en la asignación de tareas y aprovechamiento de habilidades de cada uno de los miembros del grupo que ejecuta la obra.
El proceso antes descrito, requiere de esfuerzos coordinados que implican, en sí mismos, la aplicación de un orden necesario y de un tiempo que puede ser dividido en tiempo de trabajo interno, referente a la resolución de problemas a través de la generación de ideas y tiempo de trabajo externo, en el que se da la puesta en práctica de las soluciones propuestas, en esas ideas. Así entonces, la masonería, en sus inicios es una habilidad muy particular, que reúne, en ciertos individuos de las comunidades, las capacidades de crear, en su mente, obras de gran envergadura, útiles por demás; para los grupos en general, poniéndolas en el mundo manifestado a través de habilidades propias y el aprovechamiento de las capacidades de otros. En palabras muy generales, el masón operativo inicial, debía ser un hombre capaz de transformar, una idea generada en su mente, en una obra puesta en el mundo manifestado, ejerciendo además el liderazgo sobre otros, necesario para ir tras una idea común, durante periodos de tiempo considerable, poniendo a todos tras un objetivo común, con la conciencia de que, se hace necesaria, la transmisión de esos conocimientos y habilidades a otros, a fin de que se perpetúe el oficio y se alimente del conocimiento común.
Estas habilidades, necesariamente hicieron del Masón un hombre particular que seguramente en el ámbito de las civilizaciones antiguas, podía ser considerado un “Mago”, pues era capaz de pasar de una idea plasmada en un papel o soporte planimétrico, a una obra tangible. De ahí, que a los Tres Reyes. A esos QQ:.HH:. de la antigüedad, que llevaron las primicias al unigénito, eran llamados "Reyes Magos", cuando en realidad eran Masones, en misión de bienvenida a este mundo, al hijo del Gran Arquitecto del Universo. El creador de todo cuanto existe, se ve y de lo que sabemos que existe y no se ve.
El Masón, con toda seguridad, debía conocer temas diversos, pues era necesario que hiciera construcciones perdurables y funcionales, que cumplieran de forma eficiente, las funciones para las que eran creadas; más allá incluso de la propia vida.
Masones como esos, de seguro necesitaban del secreto en el oficio y más allá de eso, el secreto del oficio les garantizaba un Estatus en la comunidad en que habitaban, además de que, con seguridad creaba, a su alrededor, fama y prestigio, entre las comunidades vecinas que veían maravillados, las obras, como se levantaban poco a poco con el paso del tiempo. En ese ámbito, el Masón necesitó sin duda transmitir sus conocimientos a otros que los sucedieran en la labor, ya sea porque estos otros, habían sido manifiestamente hábiles en el ejercicio de las labores que le había sido asignados o porque el mismo ejercicio de la ejecución de la obra, les obligaba disponer de obreros calificados y especiales para poder cumplir con los trabajos que les eran asignados.
Hasta este tiempo histórico, los constructores, tenían entonces que ser hábiles en el manejo de la madera, los metales, la piedra y en general los materiales con los que se construía entonces, lo que es lo mismo que decir que el Masón manejaba los cuatro elementos y los hacía obedecer su voluntad, además de que debían manejar, las matemáticas, la geometría y otras artes relacionadas con el mundo de las ideas, que iban develando sus secretos a aquellos que eran suficientemente perspicaces y constantes como para formularse las preguntas adecuadas y encontrar las respuestas para los problemas planteados. Adicionalmente tenían también que ser hábiles observadores de la “ciencia natural” que hoy llamamos física y comprender como la naturaleza funcionaba, a fin de que sus obras perduraran en el tiempo, mucho más allá de su propia existencia.
Así vemos que, ya en las primaras construcciones que el hombre lleva a cabo, hay una clara separación entre obreros calificados: obreros que trabajan el material bruto y maestros de obra que dirigen he indican cómo deben hacerse las cosas. De todas, todas, aún hoy, la ciencia se maravilla y se intriga con las pirámides y no extraña que trate de explicarse como los antiguos fueron capaces de llevar a término estas monumentales obras. Innegable es el conocimiento que debieron tener los constructores de las magnificas obras griegas, en cuanto a proporciones, y armonía y así, hasta nuestros días.
Es un factor común a todos los tiempos, una separación claramente establecida entre los gremios que intervienen en la obra, donde se observa un primer grupo de hombres dedicados a la obtención de las piedras adecuadas y necesarias, que podríamos darles el nombre genérico de canteros de la piedra bruta, que en la obra tenían la misión de seleccionar, de todas las piedras, las más adecuadas para el trabajo y darles una forma básica y tamaño adecuado para su posterior uso; un segundo grupo de hombres, que teniendo ya experiencia se dedican a tomar esas piedras estandarizadas en un comienzo y darles formas especificas y mas cuidadas; finalmente un grupo de hombres llamados maestros de obra, que conocen el secreto y tienen los planos de lo que será la obra final, que toman entonces las piezas, que hasta ese momento parecen ser individuales y las unen para dar forma a lo que se construye.

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