“DISFORIA DE GÉNERO: UNA REVISIÓN POLÉMICA A ESTE CONCEPTO DESDE LA PERSPECTIVA BIOLÓGICA, DEONTOLÓGICA Y ÉTICA”
Enviado por Erick Orlando • 17 de Junio de 2022 • Ensayo • 4.181 Palabras (17 Páginas) • 136 Visitas
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INSTITUTO DE MEDICINA FORENSE
MAESTRÍA EN MEDICINA FORENSE
MATERIA: DEONTOLOGÍA FORENSE Y BIOÉTICA
PROFRA: DRA. IPSA GUADALUPE
ENSAYO “DISFORIA DE GÉNERO: UNA REVISIÓN POLÉMICA A ESTE CONCEPTO DESDE LA PERSPECTIVA BIOLÓGICA, DEONTOLÓGICA Y ÉTICA”.
ALUMNO: ERICK ORLANDO BASURTO LÓPEZ
Disforia de Género: Una revisión polémica a este concepto desde la perspectiva biológica, deontológica y ética.
Introducción
El término Disforia de género, fue acuñado al Manual Estadístico y Diagnóstico de los Trastornos Mentales edición 5 (DSM-V), en el año 2013; y más recientemente, la OMS, lo incluyó en la edición número 11 de su Clasificación Internacional de Enfermedades. Entendiéndose por disforia de género a un sentimiento de incongruencia entre el sexo asignado y el sexo con el que uno se siente identificado[1].
Dicho término ha sufrido varias adecuaciones conceptuales, desde su primera mención en el DSM en 1980, hasta hoy en día; la principal causa de ello ha sido la búsqueda de la no patologización de este nuevo concepto ya que la palabra “transexual” ha sido connotada como una locución que alude a morbilidad desde su aparición en las clasificaciones internacionales de trastornos mentales. Según lo mencionado por Matte, Devor y Vladicka[2], un movimiento impulsado por The World Association for Transgender Health, asociación creada en 1979 que buscaba ofrecer beneficios en materia de derechos sociales y sanitarios a personas Transexuales en Estados Unidos, marcando la pauta para que algunos países europeos, mediante sus sistemas de salud pública, asumieran el presupuesto de la terapia de “cambio de sexo”, basada en tratamientos hormonales y cirugías de reasignación sexual. Sin embargo; se han cuestionado ¿cuáles han sido las consecuencias psicosociales, deontológicas y morales derivadas de la morbilidad con la que se introdujo este término en la sociedad contemporánea?, es justo aquí en donde subyace el objetivo de este análisis a la literatura que aborda el verdadero significado del patologizar o no el transexualismo, ahora nombrado en nuestra políticamente correcta sociedad como: disforia de género.
Desarrollo
La sociedad actual lucha por que toda persona tenga acceso al ejercicio de sus derechos humanos, incluyendo a las aún señaladas como personas “trans”, los cuales al ser considerados como una nueva categoría humana, que según el nominalismo dinámico, concepto mencionado por primera vez por Hacking[3], el surgimiento de otra categoría tendrá un efecto polarizado en la sociedad, pudiendo aceptarla, al considerarle como una posibilidad de ser, o rechazarla, por la forma en la que se les categorice, tal fue la situación de la homosexualidad, posteriormente la transexualidad, y hoy lo es en el caso de la disforia de género. Pero, para lograr un análisis más minucioso, se abordará este controvertido tema desde una perspectiva biológica primeramente.
Desde la perspectiva biologicista, la disforia de género es un diagnóstico clínico que alude a un trastorno mental en el cual la persona no relaciona su sexo de asignación con el género que busca expresar socialmente, provocando sentimientos de inadecuación física y psicológica; sin embargo, se han buscado redefiniciones al concepto mismo de sexo, clasificándole ahora en sexo cromosomático y sexo anatómico[4]. El sexo anatómico hace alusión a las características externas; genitales. El sexo cromosómico se refiere a la diferencia en los cromosomas sexuales entre mujeres hombres y determinan el sexo anatómico. Esto tiene relevancia tomando si se toma en consideración la inclusión de personas que no se sienten identificados con su sexo de asignación, y pueda visibilizarse y por ende darle la relevancia a su causa como una nueva necesidad social que originalmente inició de una necesidad individual.
Habitualmente también se identifican los conceptos disforia de género y cirugía de reasignación sexual (CRS), tratamiento médico-quirúrgico del que se vale la persona con diagnóstico de disforia de género, para adecuar el sexo anatómico o biológico que le ha dado la naturaleza al que realmente vive y siente o, en otras palabras, a su sexo psicosocial. Por tanto, desde el punto de vista biomédico la cirugía de reasignación sexual consistiría en procesos quirúrgicos que las mujeres y los hombres antes llamados transexuales, llevan a cabo para armonizar su sexo anatómico con su identidad sexual. Puede centrarse en los genitales, denominada cirugía de reconstrucción o reasignación genital- y en la que se pueden distinguir operaciones como la vaginoplastia, la metadoioplastia o la faloplastia. Asimismo, existen operaciones femenizantes o masculinizantes de caracteres sexuales no genitales, como puede ser una mastectomía o cirugía facial[5].
No obstante, es imperante considerar el plano psicológico dentro del aspecto biológico, ya que al hablar de disforia de género, estamos hablando de sexualidad, y al ser este un fenómeno biopsicosocial, el aspecto psicológico determina en gran medida la sexualidad de los individuos, específicamente lo que se relaciona con la salud mental. En el campo biomédico la relación entre sexualidad y salud mental suele ser abordados desde la perspectiva de la American PsychiatrichAssociation, en el DSM en cuestión[6]. La APA establece tipologías que cuadran en el concepto de categorías, anteriormente mencionado, estas al influir en las personas que pudieran ser diagnosticadas, debido a la relevancia y al carácter científico del manual, con esto las personas llegan a interiorizar que su condición es patológica.
El empleo de estas categorías llega a ser significativo al revelar una compleja interacción entre instituciones políticas, organismos médicos y sanitarios, centros académicos y organizaciones trans, con la que se negocian constantemente significados sobre el género, la sexualidad y, por extensión, la realidad. Hay que resaltar la importancia e interesar por analizar la reacción que ha tenido históricamente la APA ante las presiones para desclasificar la transexualidad, como en su momento lo hiciera con a homosexualidad. Y es que este organismo siempre ha mostrado grandes reticencias a la hora de eliminar un diagnóstico de sus clasificaciones, por lo que antes tiende a realizar concienzudos esfuerzos de reconceptualización, lo que Nieto (2008) denomina “camouflage o travestissement semántico”, con el objetivo de ofrecer una versión eufemística de la patología –a menudo, recurriendo a tecnicismos– sin modificar con ello su esencia patologizante.[7]
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