Dactiloscopia

Dactiloscopia

Dactiloscopia (vocablo compuesto de dos términos griegos: dáktylos, dedo y skopé o skopía, observación, examen) es la técnica de identificación de las personas basada en sus huellas dactilares o impresiones digitales. Su individualidad (que resulta de la diversidad de las líneas papilares de individuo a individuo), su inmutabilidad (o falta de modificación, pues ante quemaduras hasta de segundo grado o descamaciones de los tejidos, al regenerarse éstos, la epidermis tendrá los mismos caracteres anteriores) y su perennidad (que va desde el sexto mes de vida intrauterina del ser en gestación hasta después de la muerte de la persona –las huellas dactilares subsisten en el cadáver hasta su putrefacción-) hacen que la dactiloscopia se constituya en un medio seguro de inapreciable valor para descubrir a los autores de ciertos delitos.

Las huellas se necesitan, principalmente, por estas razones:

1) Eliminar de la investigación cualquier huella dejada en la escena del crimen por la victima.

2) Ayudar a la identificación por comparación con huellas latentes dejadas por la victima cuando estaba viva.

3) Probar o refutar cualquier opinión que lleve a descubrir la causa de la muerte.

4) Formación de grandes archivos para determinar la verdadera personalidad de todo el que es reseñado por infracción penal.

5) Descubrir a los reincidentes y conocer los antecedentes policiales de los delincuentes.

6) Identificar a los que se encuentren incapacitados de hacerlo por si mismos.

Se denomina dactilograma al conjunto de crestas papilares correspondientes a cada dedo.

Se llama dactilograma natural al que existe en las yemas de los dedos; artificial, al dibujo que cada dedo imprime –después de entintado-, como si fuera un sello, y latente al producido por simple contacto de un dedo con cualquier objeto de superficie lisa, tersa y pulimentada. Los dactilogramas latentes son generalmente conocidos con el nombre de huellas digitales.

La mejor demostración de la inmutabilidad de las huellas dactilares se encuentra al comparar las que se toman a la misma persona en diferentes edades. Así, la más antigua comparación la practico el antropólogo Welter en Giessen (Alemania). A la edad de 34 años, en 1856, registro una impresión de la palma de una de sus propias manos y, en 1897, a los 75 años de edad, hizo una impresión similar, encontrando una identidad absoluta entre ambas.

Recientes intentos de delincuentes para alterar o destruir la piel de dedos por medio de la cirugía plástica no dio resultado. Al respecto, F. Smyth refiere que se hicieron algunos esfuerzos concretos para eliminar la yema de los dedos, principalmente por gángsters estadounidenses; el primero de estos casos fue el de Klutas, que salio a la luz en enero de 1934, cuando tres agentes del FBI buscaban un gángster de Chicago, llamado Jack Pretty Klutas. Cuando trataron de tomarle las huellas para la identificación, descubrieron que la yema de los dedos había sido limada. J. Edgar Hoover fue informado del alarmante descubrimiento y solicito de especialistas de la piel examinasen las manos del muerto y se descubrió que Klutas había sufrido una operación para eliminar las capas superiores de la piel de sus dedos, pero las antiguas líneas papilares ya estaban empezando a aparecer en la nueva piel.

La utilización de las huellas digitales debe ser encarada en dos aspectos:

• La filiación decadactilar. Se trata de identificar a un individuo con la ayuda de diez decados por intermedio del fichero “decadactilar”, colección de huellas asociadas de toda persona registrada, cualesquiera que sean el motivo o la índole de la infracción o sus resultados judiciales. Existen unos cuarenta métodos de clasificación decadactilar, la mayoría de los cuales se inspiran en el de Galton-Henry o en el de Vucetich. El que fue adoptado por todas las naciones es el primero.

• La identificación monodactilar. En este caso, se debe identificar al autor de una infracción (crimen, efraccion) con ayuda de un rastro epidérmico encontrado en el lugar, por intermedio del fichero “monodactilar”, selección de huellas separadas de los malhechores especialistas de ciertos delitos.

El dibujo de las crestas papilares no es alterado por la enfermedad, con excepción de la lepra, y solo desaparece con la putrefacción. Cualquiera que sea el método utilizado, a menudo se encuentran las mismas formas, que pueden clasificarse en cuatro categorías:

• Los arcos. Los dibujos están constituidos por crestas mas o menos curvas, en forma de arcos superpuestos que van de un borde al otro del dedo. En general, en los arcos, no hay deltas. La curvatura de las crestas esta mas o menos acentuada, siendo axial o lateral el punto máximo de la curvatura.

• Las presillas. Las crestas papilares afectan la forma de asas o presillas internas

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