¿De Quien Son Los Vendedores Ambulantes?
Enviado por DaniTo19 • 14 de Octubre de 2014 • 963 Palabras (4 Páginas) • 442 Visitas
CUMPLIR CON LA LEY O SOBREVIVIR.
Los vendedores ambulantes día a día luchando por sobrevivir recorren las mismas calles polvorientas y sucias inundadas de posibles compradores caminando a toda prisa mientras ignoran el mundo a su alrededor. Se mezclan con la multitud ofreciendo como pueden lo que llevan a la mano, en algunas ocasiones incluso persiguiendo a alguien que les parece va a colaborarles en lo que ellos llaman bajar la bandera, o sea la primera venta del día. Podría decirse que este es un trabajo independiente en el que los ingresos son según lo vendido aunque no es tan sencillo como suena porque de esto depende la calidad de vida de una persona o incluso de toda una familia y porque trabajar por fuera de lo establecido por la ley también tiene su precio, uno que ellos conocen muy bien.
Mientras inicia un nuevo día todos regresan a su rutina, puede verse en el recorrido por cualquier ciudad de Colombia y el mundo que se vive la venta ambulante, en cada esquina de las zonas más populares y concurridas o zonas céntricas. Quienes cuentan con menos recursos tratan de sobrevivir vendiendo cualquier insumo o accesorio. En esta forma de empleo no existen reglas establecidas legítimamente, lo único que se percibe en el ambiente es el respeto entre los mismos vendedores que conociendo la difícil situación hacen uso de aquel conocido refrán “Entre bomberos no nos pisamos las mangueras”, aunque esto no siempre llega a cumplirse porque sobrevivir es la meta.
Usando como ejemplo la gran cantidad de vendedores de alimentos puede decirse que en el recorrido por estas mismas calles de la ciudad se observa que las normas de buenas prácticas de manufactura de las que deben hacer uso todos los comerciantes no se respetan en un gran porcentaje. La correcta manipulación de los alimentos como el uso de gorros, guantes, antibacteriales, el proceso de limpieza y desinfección son nulos. Pero quien puede pensar en eso con el estomago vacio, las cosas no llegan solas, hay que trabajar muy duro para tener algo de comida, al menos lo necesario.
Para la sociedad estas humildes personas son como sombras y para otros ya hacen parte de la calle como un monumento más, claro que sin ningún homenaje. Nadie piensa en ellos, nadie sufre por ellos porque a ninguno le importan, cada quien vive para sí mismo y para su familia. Mientras el mundo continúa su camino hacia la brutal caída en el egoísmo y el consumismo al que hacen invitación las grandes empresas, dueñas y señoras de la ciudad, de la voluntad y el dinero de las personas, que terminan apilándolos organizadamente en una vida de rebaño, todos tienen lo mismo, todos quieren los mismo, todos compran lo mismo y ni siquiera se dan cuenta o no quieren hacerlo porque ignorar lo que pasa es una salida mucho más fácil.
No sólo la gente finge no verlos sino que el gobierno hace exactamente lo mismo, los doctores encargados de dirigir el país tienen
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