¿De qué hablamos cuando hablamos de feminismo?
Enviado por Humberto Acosta • 13 de Agosto de 2019 • Ensayo • 1.172 Palabras (5 Páginas) • 122 Visitas
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¿De qué hablamos cuando hablamos de feminismo?
Quizás hay que empezar a explicar de qué hablamos cuando hablamos de igualdad.
Imaginemos que los casos de violencia machista son producto de la misma sociedad que no termina de aceptar que una mujer gane más que un hombre y pueda ser mismo tiempo atractiva e inteligente, o trabajadora y madre.
Cuando hablamos de feminismo nos referimos a la igualdad de sexos, y por más que a mucha gente le cueste entender, no se trata de competir contra los hombres ni de pretender ganar una guerra de estereotipos. Debe quedar claro que se está haciendo política desde una postura ética. Política porque es el arte de negociar.
Lo que hoy cuesta aun creer en que el patriarcado legitima la discriminación hacia la mujer en base por cuestiones sexistas y además esta idea no es cosa simplemente del pasado, sino que sigue funcionando en la cabeza de muchos, expandiéndose hacia la política, lo cultural, etc.
Por más modernidad en la que muchas veces creemos estar inmersos, las actitudes machistas siguen dando mucho que hablar, de manera más o menos consciente y no solo por parte de los hombres. Sin dejar de lado las diferentes formas y grados de violencia que son producto de la misma sociedad que no termina de aceptar que una mujer pueda pararse en el mismo peldaño de la escalera que un hombre.
Desde pequeños se nos enseña a diferenciarnos, el rosa para las chicas, el celeste para los chicos; Qué usar, qué decir, cómo vestir, cómo expresarnos, etc.
Y si nos remontamos más atrás, el rol de la mujer siempre estuvo relegado, incluso a la hora de votar para poder elegir nuestros representantes, el derecho a la educación, etc.
Hoy en día, esta ideología ha evolucionado y se centra sobre todo en la posición de la mujer en la sociedad: ya se en la familia, su relación con la pareja o en su faceta laboral. Ha evolucionado a conceptos más abstractos y complejos en donde ella se replantea su imagen ante la sociedad en general.
Tras la Revolución Francesa, como toda revolución requiere de un cambio, en Europa y en Norte América, se inicia el Feminismo. Este movimiento social fue una de las manifestaciones históricas más significativas de la lucha emprendida por las mujeres para conseguir sus derechos y crear su propia identidad y lugar en la sociedad y por ende en la historia.
Por más difícil que sea hablar de una identidad femenina, todas las mujeres saben que existen ciertas actividades o experiencias que parecen ser solo destinadas a ellas y de eso están cansadas.
Junto con esta corriente se aliaron otros movimientos, como el LGBT son las siglas que identifican a las palabras lesbiana, gay, bisexual y transgénero, que se conformó por la lucha de los derechos de igualdad para estas comunidades sexuales minoritarias.
Con ellos se introduce la idea y el concepto de que mujer no solo es quien nace con un cuerpo biológico femenino, sino que también es la persona cuyo pensamiento, forma de vida e identidad es mujer.
El feminismo busca la igualdad, sí, pero ésa es unas de las consecuencias de la lucha. Para ello, lo que pretende, no es ni más ni menos que conseguir la liberación de la mujer, y ese lugar de poder es vital para esa liberación. Aunque esto es lo verdaderamente primordial en el feminismo, y lo que muchos parecen no entender. Y no muchos hombres (e incluso mujeres) están de acuerdo con la consecución de estos elementos.
El empoderamiento consiste en la toma de poder por parte de quienes no lo tienen, y si no lo tienen es porque les fue arrebatado. Pero, ¿quiénes sostienen el poder que le ha sido negado a las mujeres simplemente por su género? Los hombres.
Suena muy bien decir en público que quieres que todos seamos iguales, pero no estaría de más entender antes qué va a suponerte esa igualdad, qué conlleva. Y lo que trae de la mano dicha igualdad es la pérdida de tus privilegios en favor de las oprimidas. Porque para que se den relaciones de poder que generen una situación de desigualdad, una parte debe estar arriba y la otra parte abajo: si se decide buscar la igualdad se está aceptando que un género bajará muchos escalones en su posición social para que el opuesto la suba. Simplemente porque los actuales privilegios existen en menor medida para as mujeres. El famoso “sexo débil”.
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