Despedida

Durante los años que pasamos en estas aulas, hemos tenido recuerdos inolvidables, vimos poco a poco el desarrollo de nuestros cuerpos para llegar a la adultez biológica, pero también como nuestra mente se ha ido convirtiendo en arcilla que apenas está siendo mojada para llevarla al moldeamiento de la vida y al descubrimiento de nuestra verdadera vocación.

El llegar a este día y graduarnos de la secundaria, nos hace pensar en un mar de posibilidades en las que podemos servir a la sociedad en un futuro, a través de estas palabras de despedida de graduación, queremos decir que tenemos esperanza en un futuro donde los seres humanos olvidaran sus barreras y se unirán en sociedad para hacer que el conocimiento sea un medio de construcción para un futuro mejor para las nuevas generaciones, para poder ayudar a que con la educación el ser humano pueda cambiar esquemas, prejuicios y sobre todo que nos veamos como hermanos.

Hoy nos despedimos del colegio para iniciar una nueva etapa. La experiencia

vivida en estos tres años nos llena de entusiasmo para seguir fuera del

mismo. Ya que aquí comprendimos el verdadero significado de la amistad, la

unión, la solidaridad, la alegría y la confianza.

A lo largo del tiempo, Dios pone en nuestro camino a diversas personas que

son difíciles de olvidar por que han dejado una huella importante en nuestro

corazón, al acompañarnos en un instante de nuestra vida, sin embargo no

podemos quedarnos siempre junto a ellos pero por muy corto que haya sido el

tiempo que se compartió, nos dejan una parte de ellos que siempre estará

presente para ayudarnos a crecer.

Esta graduación es el resultado del esfuerzo de nuestros padres, hermanos,

maestros, asistentes y sores, cada uno de ellos se encargo de sembrar en

nosotros conocimientos y valores que permanecerán en nosotros.

Por eso a nombre de los alumnos de esta generación les damos nuestro

agradecimiento:

En primer lugar hacia Dios por permitir conocerlo a través de ustedes y

ponerlos en nuestro camino.

A nuestros padres y hermanos, por impulsarnos y darnos su apoyo a pesar de

las dificultades económicas y familiares. Siempre están con nosotros.

A Claudia y a Gaby, nuestras asistentes: por estar al pendiente de nosotros

en cada situación, tener la palabra de aliento en el momento preciso, por

sus consejos, apoyo, sabiduría, cooperación, sentido del humor y gran

amistad que surgió.

A las sores por contribuir en nuestra formación en la fe, inculcarnos el

amor a María y hacernos vivir la EJS.

A los maestros y directivos; por brindarnos sus conocimientos, prepararnos

académicamente, por compartir su experiencia,

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