Discurso Discriminación

Me parece increíble la ola de indignación a nivel mundial que está causando la muerte de George Floyd en Estados Unidos, es increíble ver la cantidad de personas que han compartido imágenes y han utilizado sus plataformas sociales para darle visibilidad a la injusticia que ha sacudido a este país en las últimas semanas.

Sin embargo, creo que el acto de compartir fotos y noticias no funciona para absolutamente nada si lo hacemos sólo por convivir, por unirnos al trending topic del momento, sin reflexionar y sin llevar a cabo un juicio interno crítico y objetivo de cómo nuestras acciones, pensamientos o palabras han podido, en algún momento, llevar a cabo situaciones o acciones similares en nuestro entorno cercano, si existe una incoherencia entre lo que compartimos en nuestras redes sociales y lo que ignoramos (o queremos ignorar) en las calles de nuestro propio país.

En México el racismo y el clasismo son realidades sociales tan características de nuestro querido país hasta que se nos olvidan, lo hemos normalizado tanto, tantísimo que ya hasta lo ignoramos, que ya no nos enfurece cuando suceden, y que, desafortunadamente, estoy segura que todos los mexicanos en algún punto lo hemos fomentado.

El “naco”, “indio”, “prieto”, “pobre”, “criada”, y un largo etcétera de adjetivos de este tipo, son desafortunadamente el “I CAN’T BREATHE” que lleva bastantes años asfixiando a millones de personas en México, queramos verlo o no.

Creo realmente que la gran mayoría de mis amigos en redes sociales compartimos y expresamos nuestra opinión desde un lugar sumamente privilegiado. Y a mi parecer, este privilegio tiene que forzosamente venir acompañado de una responsabilidad social, y si no es asi, estamos reamente echando ese privilegio a la basura o peor aún, lo estamos utilizando para dejar existir una realidad social que nos hunde y nos asfixia a todos como mexicanos.

Compartamos e indignémonos por la muerte de George Floyd, pero que no se nos olvide y dejemos de ignorar que en México hay miles que han sido y siguen siendo asfixiados por el racismo y el clasismo que ocurre diariamente en nuestras calles y en nuestros hogares.

Hay que sumarnos a los hashtags, firmemos peticiones, etiquetemos a todos nuestros amigos, pero hay que asegurarnos tambien de que nuestras palabras y nuestras acciones no sean la misma rodilla que mata a millones en este país. Si no, compartir en redes y llenar nuestras stories de fotos y noticias, no sirve de absolutamente nada.

Que lo quemen todo en nuestros países hasta que algo cambie, pero que no se nos olvide que lo primero que se tiene que encender son estos prejuicios que a diario hacemos y que afectan a otros cuando lo hacemos “sin querer”, si no, todo este fuego no habrá servido de nada.

México can’t breathe, y desde hace bastante tiempo. ¿Vamos a ser la rodilla que sigue asfixiando? ¿O vamos a ser

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