Diálogos De La Habana

En septiembre de 2012 el presidente de la republica de Colombia Juan Manuel Santos Calderón confirmo las sospechas que muchos tenían sobre un acercamiento para entablar unos diálogos de paz con el grupo guerrillero de las Farc, para la gran mayoría una excelente noticia, para otra minoría algo deplorable, lo cierto es que el conflicto armado en Colombia debe acabar de alguna manera y no existe opción más acertada que los actuales diálogos de paz, sin embargo es un camino difícil de recorrer, es un conflicto que dejará heridas imborrables en un país marcado por muchas situaciones igualmente complejas, pero ¿qué tan dispuestos estamos a perdonar y a ceder parte de nuestros intereses para lograr el bienestar de nuestro país? Es triste tener que afirmar que muchos no lo están y jamás lo estarán; mas allá de todo esto se hace necesario recordar las razones para dar inicio a este conflicto, una historia injusta, cargada de errores que parecen no tener solución.

Colombia ha sido un país de terratenientes y latifundistas que desde tiempos inmemoriales han tratado de proteger sus intereses a cualquier precio; nuestros gobiernos han desarrollado políticas realmente aberrantes que solo han perjudicado al humilde campesino y lo han obligado a perder su tierra, ha sido un gobierno corrupto, ineficiente, incapaz de redistribuir la riqueza y hacer de este un país más justo; no en vano han surgido grupos subversivos que al sentir el abandono de su gobierno se alzaron en armas para recuperar las tierras que legítimamente deberían pertenecerles, pero cabe la duda de si los grupos subversivos han manejado las cosas como debieron haberlo hecho o si simplemente han sido un actor mas que ha derramado sangre sin lograr objetivos claros, hoy tras casi 50 años del surgimiento de las Farc puedo decir que muchas veces los grupos como las Farc sí sembraron terror en el país, se desviaron de su rumbo y afectaron directamente a quienes decían defender, a los campesinos, generando en muchas ocasiones su desplazamiento, un fenómeno deprimente que expulsa a los campesinos y los obliga a emigrar a las ciudades y formar los conocidos cinturones de miseria.

Las guerrillas se expandieron y cometieron errores imperdonables, así, como si fuera poco los grandes terratenientes para no verse afectados por los avances guerrilleros y también sintiéndose abandonados por el gobierno crean los grupos paramilitares dedicados al exterminio de guerrilleros, una salida aparentemente justa para defenderse, pero no, lejos de ello los paramilitares se convirtieron en grupos ultraderechistas que pretendieron acabar con todas la ideas de izquierda que hubiesen en el país, también lo hicieron a cualquier costo, afectando sin ninguna piedad a campesinos inocentes acusándolos de ser colaboradores de la guerrilla, es decir también desviándose de su rumbo y cometiendo errores iguales o peores que los de las mismas guerrillas y algo que resulta

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