Duda E Inteligencia

... Estas son conclusiones e hipótesis a las que solo los hombres libres de mente pueden llegar. Los dogmáticos encadenados al fanatismo, con su consiguiente sacralización intransigente de aspectos de la realidad, jamás podrán alcanzarlas, ni siquiera contemplarlas. Automáticamente desechan las posibilidades de un mundo lleno de significados circunvalatorios, para encerrarse en su dogma o ideología excluyente, obviando cualquier cosmovisión.

Como Noam Chomsky dijo: “la forma inteligente de mantener a la población pasiva y obediente es limitando el espectro de opiniones políticamente correctas, pero alentando acalorados debates dentro de los límites del espectro”.

Yo establezco una conexión con lo que Jorge Luis Borges dijo una vez: “la duda es el sinónimo de la inteligencia”.

Si en nuestro mundo interior que, al igual que el universo, se halla en constante expansión, nosotros nunca cambiamos o admitimos la posibilidad del cambio (mediante la duda), entonces retrocederemos.

“La mente que se abre a una nueva idea nunca volverá a su tamaño original” concluyó Albert Einstein.

Supongo que todos estamos de acuerdo en cierto medida con estos “neo-aforismos”. Por lo que una conclusión evidente sería la siguiente:

Los humanos (hombres y mujeres) cuya actividad intelectual es incesante (en términos de cantidad, no necesariamente de “calidad”), reflexionando, lo que implica actualizar constantemente su pasado (que en el fondo es el pasado de la historia de la humanidad), están cambiando de opinión. Existe una subyacente pero veraz dicha en este trabajo intelectual que no hay que desdeñar.

Un tipo de dicha que las personas estúpidas no podrán, nuevamente, alcanzar.

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