ECONOMIA. Economía feminista

Como se mencionó al principio de este apartado, la economía Feminista ha buscado comprenderse de distintas teorías y postulados. Entre los cuales se forman criterios que nos ayudan a conocer su trayectoria histórica.

1. Economía

1. Definición

El origen etimológico del vocablo economía es una expresión que proviene del latín «economía», y este a su vez, del griego «oikos» que significa  casa y «nomos» que significa  administración (administración de una casa). El título «oikonomikos», de la obra de Jenofonte (430-355 a. de J.C.), se considera la primera contribución global a la formación de la ciencia económica

La economía es una ciencia social que estudia la forma de administrar los recursos disponibles para satisfacer las necesidades humanas. Analiza el comportamiento, las decisiones y las acciones de los humanos, es decir, estudia como las personas, empresas y gobiernos toman decisiones relacionadas con la producción, distribución y consumo. (Sevilla, 2015)

Tradicionalmente conoce que la economía apareció como ciencia después de la  publicación de la obra de Adam Smith (1723-1790) intitulada “La riqueza de las Naciones” (1776), este filósofo, considerado como el padre de la ciencia económica y sus ideas son el fundamento de la economía moderna ya que “defiende el principio de división del trabajo y libertad de comercio. Smith pensaba que la satisfacción del propio interés individual, limitado por el de los demás, es el mejor medio para conseguir el mayor beneficio para el mayor número de gente. Sin embargo, Smith apoyó la intervención del Estado en materia de justicia, educación, salud y todas aquellas empresas que la iniciativa privada fuese incapaz de abordar” (GARBAN).

Bajo las definiciones mencionadas anteriormente se puede interpretar  a la economía como la necesidad de analizar al ser humano en un aspecto socioeconómico con el fin de satisfacer las necesidades que se suscitan diariamente y bajo el objeto de formular interrogantes adecuadas sobre la realidad. De esta manera, las respuestas adecuadas permitirán tener un mejor conocimiento de la realidad objeto de estudio.

1. Economía feminista

1. Historia y Origen

Es probable que la primera mujer en desafiar el pensamiento clásico de los economistas fuera Priscilla Wakefield a fines del siglo XVIII, por no integrar en su análisis el trabajo de las mujeres y no abordar su exclusión de los trabajos con mejor remuneración. Para el siglo XIX Julie Daubié propone la existencia de un vínculo entre el orden económico y los códigos morales y civiles, el cual arremete contra las mujeres, sosteniendo la necesidad de equiparar salarios frente al mismo trabajo, de abrir nuevos campos laborales a las mujeres y de eliminar la desigualdad de derechos entre hombres y mujeres.

Uno de los derechos que se planteará con más fuerza es el del derecho al empleo, el cual se define como “El trabajo es esencial para todas las personas en la organización de la sociedad actual. Contribuye no sólo a la formación de los individuos, sino que también es necesaria para que cada uno pueda hacer frente a sus necesidades y a las de su familia, entablar y mantener” (Özden, 2008). Con el fin de proyectarse como forma de independización  de las mujeres.

Con la atención hacia la producción, al mercado, al intercambio, surgen nuevos debates desde la economía feminista. Durante la Primera Guerra Mundial emerge con fuerza la lucha por la igualdad salarial ya que las mujeres durante la guerra pasaron a sustituir  a los hombres en el mercado laboral, demostrando que su capacidad para realizar trabajos considerados por la sociedad  como masculinos.

Luego, se presentará con fuerza la búsqueda de reconocimiento de la actividad doméstica como trabajo con la idea de que el  hogar se considere como un centro productivo, en el que las mujeres administran y trabajan, y esto debe ser reconocido.

En la década de los sesenta nace a partir  del paradigma neoclásico la Nueva Economía Familiar, con Gary Becker como el más alto representante. Este dice que las familias son unidades de decisión que maximizan una función de utilidad familiar y apartir  de eso las críticas de la  economía feminista mencionaban que sería el “jefe de familia” quien añade en su función de utilidad las funciones de los demás miembros, como el representante de todos los demás. Además, lo planteado por Becker sostiene  que la especialización en trabajo de mercado o trabajo doméstico se basará en las ventajas comparativas que tengan los miembros de la familia, donde, dadas las características biológicas, las mujeres las tendrían en las tareas del hogar y los hombres en las del mercado laboral.

Para los años ochenta nace  propiamente lo cual hoy conocemos como economía feminista. Esto se verá definido por el uso generalizado a causa  de las teóricas de la categoría “género”, que tendrá relevantes repercusiones en las teorías del mercado laboral y los estudios sobre la organización del trabajo. En los noventa hasta la actualidad  se crea la Asociación Internacional de Economistas Feministas y comenzarán a proliferar los departamentos o centros de investigación dedicados a esta área.

1. Elementos centrales

La economía feminista juzga que la economía no vea las experiencias de las mujeres y destaca que las mujeres apenas son representadas en la disciplina económica.

La economía feminista examina la interrelación entre economía y género, también considera la parte no remunerada, no intermediada por el mercado, de la economía y la sociedad y examina las fuerzas motrices detrás de dicotomías comunes tales como económico-social, productivo-reproductivo, masculino-femenino, pagado-no pagado o público-privado. Además, analiza el patriarcado y el capitalismo como formas interrelacionadas de dominio. Bajo este contexto, aparecen inquietudes sobre la distribución y disposición de la propiedad, los ingresos, el poder, el conocimiento y el propio cuerpo.

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