EL CORRAL DE LA INFANCIA. MÉXICO. MONTES G. (2001)
Enviado por lovelety • 10 de Noviembre de 2019 • Resumen • 476 Palabras (2 Páginas) • 181 Visitas
EL CORRAL DE LA INFANCIA. MÉXICO. MONTES G. (2001)
Realidad y fantasía o cómo se construye el corral de la infancia.
El ataque se hace en nombre de la verdad, de la fidelidad a lo real, de lo sensato y razonable. Para Rousseu determina que intervenir en la literatura en la esmeradísima educación de su Emilio que formula que la psicología positivista es la fantasía no sólo es insensata, también puede resultar nociva.
La fantasía es peligrosa, la fantasía está bajo sospecha porque está fuera de control, nunca se sabe bien adónde lleva.
¿Qué es literatura infantil? Literatura es un universo de palabras con ciertas reglas de juego propias; un universo de palabras que nombra al universo de los referentes del mismo modo como cada una de las palabras que lo forman
La palabra “infantil” pesa mucho, más que la literatura. Ya que es una situación comunicativa tan dispareja: el discurso que un adulto le dirige a un niño, lo que alguien que “ya creció” y “sabe más” “le dice a alguien que” “está creciendo” y “sabe menos”, no pude dejar de ser sensible a este desnivel.
Una cosa es declamar la infancia y otra muy diferente tratar con niños. Solo cuando franqueemos nuestra relación con ellos podremos franquearnos con su literatura.
A partir del siglo XVIII, se empezó a hablar de la infancia, ya que tiempo atrás los niños recibían, en forma indiscriminada, los mensajes que se cruzaban entre los grandes (incluidos cuentos sanguinarios, truculentos y feroces), cuando se empezó a tomar en cuenta a los niños surgió: una habitación especial para ellos, la industria del juguete, el jardín de infantes, muebles diminutos, ropa apropiada, la literatura deliberada, etc.
Con el tiempo se fue sabiendo más acerca de los niños, su evolución, sus etapas, sus necesidades, su psicología. Fue la época de oro de los pedagogos. La sensatez y el control avanzaban. Era la época de los juguetes didácticos y también de una literatura que al autor le gustaba llamar “de corral”: dentro de la infancia.
Con el tiempo se elaboraron reglas muy claras acerca de cómo tenía que ser un cuento para niños. En pocas palabras tenía que ser sencillo y absolutamente comprensible tenía que ser dirigido claramente a cierta edad y responder a los intereses rigurosamente establecidos para ella.
Fue en esa época de creciente control sobre la infancia cuando empezó a cobrar fuerza la idea de que la fantasía podía ser peligrosa.
Resulta curioso, pero los mismos que proponían una literatura realista solían suponer que los niños Vivian en un mundo de ensoñaciones, e poco contacto con el mundo real.
El ingreso de la realidad histórica al mundo infantil resulta siempre escandalosa. Para hacerse potable, la realidad deberá desrealizarse cuidadosamente, despojándola de todo conflicto. Los libros escolares han sido un modelo de ese mecanismo: héroes, villanos, relaciones sociales emblemáticas y fiestas patrias.
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