EL HOMBRE Y LA SOCIEDAD POLÍTICA
Enviado por Camilla Sánchez Arata • 14 de Mayo de 2016 • Documentos de Investigación • 6.928 Palabras (28 Páginas) • 589 Visitas
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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO
Presentado por:
Sánchez Arata Guiliana Camilla
Profesor:
Belleza Castellares Luis
CAÑETE - PERÚ
2014
EL HOMBRE Y LA SOCIEDAD
POLÍTICA
TABLA DE CONTENIDO
CARÁTULA
DEDICATORIA
1. Introducción
- Caracterización del tema.
1 Revisión de la Literatura
Marco Teórico y Conceptual
2.1.El Hombre y la Sociedad Política
2.2. Los Fundamentos De La Vida humana.
2.3. La Sociedad
2.4.El proceso de la vida.
2.5. La cultura.
2.6. La civilización.
2.7. El progreso.
2.8Las castas.
2.9. Los estamentos.
2.10. Las clases.
2.11. El status.
-2.12.Los roles.
3. La Tipología Social
3.1.Las sociedades prepolíticas.
3.2. Las sociedades políticas.
3.3. Las sociedades políticas iniciales.
3.4. La sociedad política estatal.
3.5. La definición del concepto de Estado.
3.6. Las formas de institucionalización histórica del Estado.
3.7. El principio de continuidad estatal.
3.8. La extinción estatal.
3.9. La naturaleza del Estado.
3.10. El estudio del Estado.
4. Referencias Bibliográficas
Introducción
Caracterización del tema
El hombre es capaz de crear la sociedad política, debido a que los pensadores humanistas ven a la humanidad como un todo, formada por individuos unidos entre sí y extendiendo el orden de la razón a las comunidades humanas, intentando crear un estado justo.
Según Pomponazzi (1520): “Toda la especie humana es como un único cuerpo compuesto de diferentes miembros y dotados también de funciones distintas, no obstante ordenadas para común provecho del género humano”
En esta comunidad humana, los descubrimientos científicos y técnicos eran patrimonio de toda la humanidad, como dirá Bacon, el científico y el filósofo no debe esforzarse por mejorar su país, sino para fundar y extender el imperio del género humano. Campanella (1616) aspira a una República Universal y defiende la no utilización de la fuerza, sino la razón haciendo ver las ventajas de esta forma de vida a los otros pueblos, solo entiende la violencia para defender la libertad propia o para liberar a un pueblo tiranizado si este lo pide, y en todo caso “debe lucharse, no para exterminar a los vencidos, sino para hacerlos mejores”
Todos los pensadores renacentistas coincidieron en que la sociedad política era una creación de la comunidad humana, y por tanto echa para ella, pero evidentemente no se pusieron de acuerdo en cómo llevar esto a la práctica de forma que se pudiera crecer en progreso y libertad.
La mayoría, como Bruno (1592), fue defensora de la nueva burguesía, sostuvieron que el progreso con el que el hombre va liberándose del medio natural, se debe al ingenio, sagacidad y esfuerzo de las personas, de los que depende su fortuna. Esta visión de la sociedad era claro que provocaría desigualdades, pero no eran importantes, ya que lo importante era el bien común, este mal es un pago para poder progresar.
Sin embargo los pensadores utópicos del Renacimiento, como Campanella (1616), defendieron un modelo de sociedad distinto, formado por seres iguales y libres, donde lo más útil a la sociedad fuese al mismo tiempo lo mejor para el individuo. En la Ciudad del Sol, sostiene que todos los hombres serán iguales en el trabajo, sin esclavos ni siervos, e iguales también en el disfrute de los bienes. El hombre no tiene que correr tras las cosas para enriquecerse quedando esclavizado por ellas, sino que deben gozar con su propio trabajo y disponer de tiempo libre para sus actividades más personales.
Dedicado a todas las personas que luchan
cada día por un Estado mejor y a mi patria.
2.1 EL HOMBRE Y LA SOCIEDAD POLÍTICA
Según lo que expresó Aristóteles (1943). ‘’aquella esencia por la cual los seres poseen en sí mismos y en cuanto tales, los principios que animan su obrar’’. Por ser, de manera connatural, el hombre tiene dignidad’’. Se sabe que el hombre teniendo la unidad corporal, siendo racional y a la vez espiritual; posee una gran naturaleza única, excepcional de las demás. La dignidad es la categoría objetiva de un ser humano que reclama, ante sí y ante otros, estima, custodia y realización; de allí que aspire a la plasmación de sus propósitos y anhelos más íntimos.
El ser humano tiene como características esenciales y fundamentales el concebirse como un fin en sí mismo y el poder realizarse plenamente como persona. Este posee dignidad no por libre determinación, si no por serle connatural a su esencia creada.
Hobbes (1651) ‘’Un hombre libre es aquel que, teniendo fuerza y talento para hacer una cosa, no encuentra trabas a su voluntad’’.
De allí que Wojtyła (1980) expusiese que ‘’Hay que afirmar al hombre por él mismo, y no por ningún otro motivo o razón, sin […] sin subterfugios, sin otro pretexto y por la sola razón por sí mismo’’.
Este respecto a la persona humana en sí, obliga a la consagración de dos reglas básicas:
- La sociedad y el Estado existen para el ser humano
- La sociedad y el Estado encuentran su justificación organizacional a través de la defensa del ser humano y búsqueda de su promoción y bienestar.
Para Platón (400) la sociedad es el medio de vida "natural" del ser humano. Si atendemos a las características de la vida humana, en efecto, podremos observar que el ser humano no es autosuficiente, ni en cuanto a la producción de bienes materiales necesarios para su supervivencia, ni en cuanto a los aspectos morales y espirituales que hacen de la vida del ser humano algo propiamente humano. Las tendencias que inclinan al ser humano al amor, a la amistad, a la convivencia en general, son tendencias naturales, por lo que no tendría sentido pensar que el medio, necesariamente social, en el que se desarrollan, fuera algo no-natural. Por lo demás, forma parte de las convicciones sociales, firmemente asentadas en la época, la idea de que la vida del hombre se identifica, de alguna manera, con su vida social. El predominio de la ciudad-estado como forma de organización de la vida social en Grecia fortalecía el predominio de la vida comunal, hasta el punto de que difícilmente se podría concebir la vida del hombre manteniéndose ajena al Estado; no obstante, esa tendencia debía ser compatible con el individualismo que también se manifiesta en la vida y en las tradiciones culturales griegas.
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