EL MATRIMONIO
Enviado por carambino • 30 de Septiembre de 2012 • 1.320 Palabras (6 Páginas) • 292 Visitas
EL MATRIMONIO
¿Eres feliz?
En cierta ocasión durante un seminario para matrimonios, le preguntaron a una mujer:
- ¿Te hace feliz tu esposo?, ¿Verdaderamente te hace feliz?.
En ese momento el esposo levantó ligeramente el cuello en señal de seguridad, sabía que su esposa diría que sí¬, pues ella jamás se había quejado durante su matrimonio.
Sin embargo, la esposa respondió con un rotundo…
- No, no me hace feliz…
Y ante el asombro del marido, continuó…
- No me hace feliz, ¡Yo soy feliz!
El que yo sea feliz o no,no depende de él, sino de mí.
Yo soy la única persona de quien depende mi felicidad.
Yo determino ser feliz en cada situación y en cada momento de mi vida, púes si mi felicidad dependiera de alguna persona, cosa o circunstancia sobre la faz de esta Tierra, yo estaría en serios problemas.
Todo lo que existe en esta vida, cambia continuamente; el ser humano, las riquezas, mi cuerpo, el clima, los placeres, etc.
Y así podría decir una lista interminable.
A través de toda mi vida he aprendido algo; decido ser feliz y lo demás lo llamo… amar, perdonar, ayudar, comprender, aceptar, escuchar, consolar.
Lo llamo ‘experiencias’.
Hay gente que dice:
‘No puedo ser feliz porque estoy enfermo, porque no tengo dinero, porque hace mucho calor; porque alguien me insultó; porque alguien ha dejado de amarme; porque alguien no me valoró…’
Pero lo que no sabes es que PUEDES SER FELIZ; aunque estés enfermo, aunque haga calor, aunque no tengas dinero; aunque alguien te haya insultado; aunque alguien no te ame o no te haya valorado.
SER FELIZ ES UNA ACTITUD ANTE LA VIDA, QUE CADA UNO DECIDE.
Por siempre juntos…
Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux, que una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Azul, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu.
- Nos amamos… – empezó el joven.
- Y nos vamos a casar… – dijo ella.
- Y nos queremos tanto que tenemos miedo, queremos un hechizo, un conjuro, o un talismán. Algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos, que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar la muerte.
- Por favor, – repitieron – ¿hay algo que podamos hacer?
El viejo los miró y se emocionó al verlos tan jóvenes, tan enamorados.y tan anhelantes esperando su palabra…
- Hay algo, – dijo el viejo – pero no sé… es una tarea muy difícil y sacrificada.
Nube Azul… – dijo el brujo – ¿ves el monte al norte de nuestra aldea?. Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos, deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de luna llena. ¿Comprendiste?.
Y tú, Toro Bravo – siguió el brujo – deberás escalar la montaña del trueno. Cuando llegues a la cima, encontrarás la más brava de todas las águilas, y solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí, viva, el mismo día en que vendrá Nube Azul. ¡Salgan ahora!.
- Los jóvenes se abrazaron con ternura y luego partieron a cumplir la misión encomendada, ella hacia el norte y él hacia el sur.
El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con las bolsas que contenían las aves solicitadas.
El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas.
Eran verdaderamente hermosos ejemplares.
- Y ahora ¿qué haremos?, – preguntó el joven – ¿los mataremos y beberemos el honor de su sangre?.
- No – dijo el viejo.
- ¿Los cocinaremos y comeremos su carne? – propuso la joven.
- No – repitió el viejo – Harán lo que les digo: tomen las aves y átenlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero. Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres…
- El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron
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