ENSAYO VIOLENCIA SEXUAL EN EL CONFLICTO ARMADO
Enviado por monicarr • 11 de Noviembre de 2016 • Ensayo • 1.794 Palabras (8 Páginas) • 401 Visitas
INOCENTES QUE VIVEN EN UN MUNDO DE SILENCIO…
MÓNICA RODRÍGUEZ RONCANCIO*
“…en cuanto al tema de la violencia sexual, yo personalmente (…)podría decir que sí es una política digamos que tacita, porque ellos (los comandantes paramilitares) no daban una orden directa, la política no era “violen a las mujeres”, (…)pero el mismo comportamiento que asumían los comandantes, la forma que trataban a las mujeres (…) hacían que los otros (dijeran)-¡ah…pero el comandante la trata a ella así…la dedica a la prostitución y se la lleva y todo y la masacra, yo también hago lo mismo con las otras mujeres!- entonces es como algo que es un patrón que es fluido y asimilado (…) por toda la estructura del grupo…lo otro es que en las incursiones cuando decían –vayan y tómense los pueblos” o “vamos hacer incursión en tal parte”, pues era: tómense el pueblo, hagan lo que quieran” y considero yo que (decir) “lo que quieran” era una forma de demostrar poder … asechando a las mujeres, que eran consideradas discriminadas y consideradas como menos importantes, pues con esos roles ancestrales y patriarcales (…)[1]
(Entrevista a funcionario judicial, 20 de marzo de 2009)
Para dar inicio al tema de la violencia sexual dentro del conflicto armado, vale la pena tener claro qué se entiende por violencia sexual, y a su vez cómo está tipificado en nuestro Código Penal Colombiano. La definición que nos da la Organización Mundial de la Salud, sobre violencia es: “el uso intensional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones. La naturaleza de estos actos violentos las clasifica como física, sexual y psíquica.[2]
Para la Organizacion Panamericana de la Salud, la definición consiste en: “la violencia sexual abarca el sexo bajo coacción de cualquier tipo incluyendo el uso de la fuerza física, las tentativas de obtener sexo bajo coacción, la agresión a órganos sexuales, el acoso incluyendo la humillación sexual, el matrimonio o cohabitación forzados incluyendo a menores, la prostitución forzada y comercialización de mujeres, el aborto forzado, la denegación del derecho a hacer uso de la anticoncepción o adoptar medidas de protección contra enfermedades, así como también los actos de violencia que afecten a la integridad sexual de las mujeres como la mutilación sexual femenina y las inspecciones para comprobar la virginidad”.[3]
Para nuestro código Penal Colombiano, el delito de violencia sexual se encuentra tipificado bajo el título de “delitos contra la libertad, integridad y formación sexuales”[4], de esta forma sanciona conductas de acceso carnal violento, acto sexual violento, acceso carnal o abusivo en persona puesta en incapacidad de resistir y los actos sexuales abusivos.
Ahora bien, teniendo claros los conceptos es importante tener en cuenta el impacto en las mujeres en su condición de vulnerabilidad dentro de la sociedad; por esta razón, hablar de estos hechos, hablar de violencia sexual dentro del conflicto armado, está al mismo nivel de otros delitos como el homicidio y que muchas veces su silencio contribuye a situaciones de impunidad y frustración al no ser castigados en muchos casos.
¿Qué finalidad tienen los grupos armados o grupos violentos o al margen de la ley para violar sexualmente a las personas, si el propósito del conflicto armado es el poder y no la satisfacción sexual? o ¿será qué este delito es un arma de guerra en este conflicto? ¿Por qué las mujeres tienen que representar ese papel de víctimas, y por qué en muchos casos no se ha denunciado?
Cada Estado es garante por la violación de Derechos Humanos en situaciones de normalidad, pero en casos de conflicto armado, entra a operar el llamado Derecho Internacional Humanitario o Derecho de los conflictos armados, que es el cuerpo de normas internacionales de origen convencional o consuetudinario que, por razones y especiales propósitos de humanidad, buscan proteger los bienes y personas que pueden ser afectados por el conflicto y limitar el derecho de los combatientes a elegir sus métodos y medios de guerra. Es de resaltar que las guerras tienen sus reglas y deben respetarse.
De este modo, si el objetivo del conflicto es debilitar al enemigo, existe la posibilidad de tener las reglas claras: se prohíbe de manera general los ataques a las poblaciones no combatientes y en forma específica las ejecuciones fuera de la justicia, las torturas, los tratos crueles, las mutilaciones.[5]
Sin embargo, a pesar de tener claras las reglas, los conflictos armados en Colombia y en cualquier parte del mundo ponen en el centro de su eje violento a la población civil, y de esa suerte permiten que los pobladores sean sujetos pasivos de las conductas de opresión, en la medida que la población más vulnerable se vea sometida, mayor poder ejercerá ese grupo armado en el conflicto.
Lastimosamente esos agentes de poder desarrollan acciones que atentan contra la dignidad humana, y el dominio del cuerpo del adversario o de las personas que éste protege, haciendo que estas acciones se conviertan en un arma de guerra. Su eficacia como instrumento de terror colectivo e individual de manera simultánea, explica en parte su presencia en un elevado número de contextos afectados por la violencia armada y política.
Frente a los cuestionamientos emitidos, debemos aclarar que la violencia sexual, se constituye en un delito de lesa humanidad poco reconocido; y es entendible, pues las víctimas de estos vejámenes, en algunos casos prefieren callar y aparentar haber olvidado, con tal de intentar reconstruir la vida.
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