Economía solidaria

ECONOMÍA SOLIDARIA

Las crisis cada vez más profundas, el desempleo, la exclusión, el hambre, el cambio climático… nos demuestra que la fórmula de la economía capitalista tiene poco de mágica y que es necesario y urgente encontrar fórmulas alternativas.

Una de ellas es la Economía Solidaria, cuyos componentes son seis principios básicos:

• La equidad. Todas las personas se reconocen como iguales en dignidad, derechos y posibilidades, asumiendo y respetando las diferencias existentes entre ellas.
• El trabajo. Es mucho más que un empleo o una ocupación, remunerada o no, para la producción de bienes y servicios para la sociedad. Debe permitir el desarrollo de las capacidades de todas las personas.
• La sostenibilidad ambiental. Todas las actividades están asociadas con la naturaleza y por ello, las alianzas con ella y el reconocimiento de sus derechos es prioritario
• La cooperación. Se basa en una práctica participativa y democrática que a su vez fomenta el aprendizaje y el trabajo cooperativo, la generación de redes y mercados sociales que funcionan con criterios éticos, ecológicos, democráticos y solidarios.
• El carácter no lucrativo. El balance de las empresas tiene en cuenta el impacto de la actividad en el entorno, en las personas y en el medio ambiente
• El compromiso con el entorno que se traduce en la cooperación con otras organizaciones y redes como camino para que experiencias solidarias concretas puedan generar un modelo socioeconómico alternativo.

La economía solidaria rompe con los conceptos de la economía capitalista: el modelo productivista y de permanente crecimiento, y la acumulación del capital por encima del desarrollo de las personas.

Se pretende cambiar radicalmente el sistema de prioridades de la economía capitalista cuyo fin principal es la maximización de los beneficios, y donde las personas, al igual que las comunidades o el medio ambiente son meros medios supeditados a la consecución de esos fines.

Por el contrario, la Economía Solidaria, propone que la actividad económica debe ser siempre un medio y no un fin al servicio de las personas, poniendo los procesos de la sostenibilidad de la vida en el centro, no sólo de la esfera económica, sino también, de los sistemas sociales y políticos. Sus empresas ponen en valor a las personas por encima del capital. Sus posibles beneficios se reinvierten en la creación de más empleos, en la mejora de la estructura técnica o en el apoyo a nuevos emprendimientos sociales. Son empresas que priorizan la participación y la actividad cooperativa, el establecimiento de escalas salariales justas y proporcionales, la transparencia y auditoría social y la sostenibilidad medioambiental y social. Y prestan especial atención al empleo de personas en situación o riesgo de exclusión social

La Economía Solidaria incide especialmente en la educación y la sensibilización ciudadana, en la transformación de consciencias y actitudes.

Frente al consumismo y la publicidad agresiva, promueve el llamado Consumo Responsable: un consumo ético, ecológico y solidario que favorezca, por ejemplo, el consumo de productos locales.

Desde la Economía Solidaria se apuesta por un modelo de Banca Ética que consiste en captar ahorro para poder prestarlo e impulsar determinados tipos de proyectos de carácter y de un impacto social alto, transformador, ofreciendo instrumentos de ahorro e inversión responsables y transparentes.

Dentro del movimiento de la Economía Solidaria hay organizaciones que impulsan el llamado Comercio Justo. Mediante el acceso de los productos de las comunidades del sur a nuestros mercados, ellos consiguen desarrollarse y luchar contra su pobreza y contra las desigualdades. Denuncia las prácticas injustas que hay en el comercio internacional. Se base en los siguientes principios: condiciones laborales y salariales justas para los productores, igualdad entre el hombre y la mujer, está prohibida la explotación infantil y además tiene que haber un funcionamiento democrático en las comunidades productoras

LAS DECISIONES COTIDIANAS DE CONSUIDORES Y CONSUMIDORAS PUEDEN CONTRIBUIR AL CAMBIO DE LAS REGLAS DE LA PRODUCCIÓN Y EL CONSUMO.

EN LA MEDIDA QUE LAS PERSONAS TOMAMOS CONCIENCIA DE LA SITUACIÓN EN LA QUE ESTAMOS Y ACTUAMOS EN CONSECUENCIA, TOMANDO NUESTRAS DECISIONES DE CONSUMO, ESTAMOS CREANDO LA SOCIEDAD QUE QUEREMOS PARA LAS GENERACIONES FUTURAS.

LA ECONOMÍA CIRCULAR, LA NUEVA ECONOMÍA

Austria es uno de los países que lidera el reciclaje a nivel europeo y nivel mundial abanderando el modelo de economía circular.

A la Economía Circular se la conoce como la revolución industrial del siglo XXI.

Frente a un modelo de economía lineal basado en extraer, producir, usar y tirar, este nuevo sistema económico implica reducir, reparar, reutilizar y reciclar los recursos. En un sistema circular donde nada se pierde, todo se transforma y todo se aprovecha. El reciclaje es fundamental en el nuevo modelo, pero la clave es el diseño: los productos se diseñan de tal manera que los materiales se puedan reutilizar.

Un diseño ecológico que:

-        parte de tantos materiales reciclados como sea posible,

-        tenga un bajo impacto ambiental,

-        modifique la cadena de producción para poder desmontar con facilidad los productos y repararlos y

-        una vez que dejen de funcionar sus componentes se puedan separar con facilidad para maximizar el reciclaje.

Todo se transforma, nada se pierde, todo se aprovecha.

•        Planta incineradora de Spittlelau (Viena): mayor empresa austriaca de energía que proporciona un tercio de la energía y el agua caliente que consume cada día la ciudad quemando basura.

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