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Economia rural en Bolivia


Enviado por   •  25 de Mayo de 2023  •  Ensayo  •  3.530 Palabras (15 Páginas)  •  110 Visitas

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ECONOMIA RURAL EN BOLIVIA

Antonio Edgar Moreno Valdivia, sociólogo, docente e investigador

Universidad Mayor de San Andrés

Carlos Marx plantea que la separación radical del productor directo de sus medios de producción constituye la base del sistema capitalista que posibilita a la fuerza de trabajo y a los medios de producción convertirse en mercancías. Sin embargo, aclara que históricamente esta separación no fue pacífica y voluntaria sino que fue resultado del robo a mano armada, la violencia, el saqueo, el despojo de las tierras comunales, la promulgación de las llamadas leyes sanguinarias y del accionar del Estado despótico que hizo posible el desarrollo de dicho proceso que implica dos fases: Por un lado, la separación del trabajador o productor directo de los medios de producción y, por otro lado, la acumulación de capitales en manos de unos cuantos para la posterior inversión productiva y la reproducción ampliada del capital.  

En el caso latinoamericano, en general y en particular en el caso boliviano, externa e internamente se observa solamente el desarrollo de la primera fase, es decir, la fase del despojo violento y no se llega a la segunda fase que implica la acumulación del capital industrial.

En Bolivia, la apropiación y la parcelación de la tierra de las tierras comunales no fue pacífica. Al contrario, ambos procesos de expoliación se desarrollan  mediante el robo, el saqueo, la usura, el uso de la violencia armada y la aplicación de una suerte de "leyes sanguinarias". Es decir, el saqueo a la propiedad indígena fue promovida por pequeños grupos minoritarios privilegiados con la colaboración estrecha del Estado.

En 1842, en el gobierno de José Ballivian, se promulga la “Ley de Enfiteusis” que desconoce el derecho propietario de la tierra por parte de las comunidades indígenas. Asimismo, determina que la tierra es propiedad del Estado y a la vez establece que los indígenas solo poseían la tierra en usufructo pagando un tributo por la producción obtenida.

En el año de 1861, en el gobierno de José María Acha, a través de la nueva Constitución, se reactivan los decretos liberales de Bolívar y se promulga la propiedad individual de la tierra a cambio de la propiedad colectiva. Esta nueva norma legal establece la repartición individual de las tierras baldías o sobrantes, sin considerar que dentro de la organización comunal estas tierras eran de propiedad comunal, en consecuencia, los terrenos libres debían ser vendidos mediante una subasta pública.

El 20 de marzo de 1866, en el gobierno de Mariano Melgarejo, se establece a través de un Decreto Supremo que en un lapso de 60 días los indígenas están obligados a recabar sus títulos de propiedad pagando entre 25 y 100 bolivianos y de no efectuarse este monto económico la norma establece que las tierras serán subastadas. Posteriormente, este decreto será revalidado mediante Ley de 28 de septiembre de 1868 que ratifica la obligación de los indios a pagar un impuesto para consolidar la propiedad individual de la tierra y a renunciar a cualquier forma de propiedad colectiva. En caso contrario, se procedería al remate público de los “ex-terrenos comunales”.

El 5 de octubre de 1874, durante el gobierno de Tomas Frías se promulga la Ley de Ex/vinculación, que da continuidad al proceso de usurpación de la propiedad comunal, obligando a los indígenas a consolidar su propiedad particular, eliminado la propiedad colectiva y estableciendo las bases legales para que las tierras comunales sean vendidas a particulares. Al respecto, el Artículo 4°, establece que los demás terrenos que no se hallen poseídos por los indígenas, se declaran sobrantes y como tales pertenecientes al Estado.

Estas disposiciones legales, las ventas sin previo aviso de remate, las adjudicaciones ilegales, las cotizaciones falsas de los terrenos, las ejecuciones antes del plazo estipulado y las usurpaciones violentas, fueron las “armas legales” que utilizo el Estado para desarrollar el proceso de usurpación de la tierra de comunidad en beneficio de las clases dominantes que con el transcurso del tiempo se llegan a convertir en los “señores de la tierra. Este proceso de expoliación de tierras de comunidad a través del Estado que se profundiza en el periodo conservador, 1880 y 1889, continúa como mecanismo de acumulación originaria del capital durante el periodo liberal, entre los años 1900 y 1920.

Pero al margen de estas disposiciones jurídicas también se despojó “a tiros” las tierras de mayor productividad de las comunidades indígenas y a través de la violencia se sentó las bases del moderno latifundio boliviano. Al respecto, Ramiro Condarco, en su obra "Zarate el Temible Willca", relata que en 1869 el General Antezana, sicario al servicio del presidente Melgarejo, asesinó en el departamento de Potosí a más de 600 indios, años más tarde, el mismo Antezana, en el departamento de La Paz, eliminó a más de 200 indios. En otra expedición punitiva ocurrida en el año 1870, en el mismo departamento, se exterminó despiadada y salvajemente a más de 2.000 indios.  

Pese a la concentración de factores económicos como la tierra y la fuerza de trabajo en manos privadas no se desarrolla un proceso de acumulación de capitales. En otras palabras, pese a existir las condiciones objetivas y subjetivas para la emergencia de una burguesía nacional o si se quiere nacionalista, la rosca y la casta gamonal solamente se conforma en desarrollar una “oligarquía feudal/minera” que desempeña el papel de la ausente burguesía. En opinión de René Zabaleta Mercado está "oligarquía birlocha" no sirvió ni siquiera como oligarquía, pues aprisionada en su propia sensualidad, adormecida en su falta de sentido de la historia, no se sintió capaz de generar riquezas, acumularlas, invertirlas, crear un mercado interno y así ingresar al compás del mundo y la humanidad.

Debido a estos factores estructurales y coyunturales, entre otros, no se desarrolla en el país la segunda fase de la acumulación originaria, pues si bien la casta gamonal acumula enormes riquezas a través de la estafa, la violencia y la usura no fue capaz de invertir productivamente parte de esta riqueza y, de este modo, desarrollar el sector más dinámico de la economía, la industria.

Marx señala que la renta en trabajo, especie y dinero implica una relación de explotación basada en la propiedad privada de los medios de producción y que, en el capitalismo, capitalista y el terrateniente son dos personas distintas. En función de esta directriz analítica señalar que en la época republicana el terrateniente latifundista y el capitalista son la misma persona que se apropia y beneficia de la renta tanto absoluta como diferencial. Esto supone que el propietario terrateniente o gamonal se embolsa la renta en virtud del solo hecho de su título de posesión sobre la tierra y la utiliza como objeto de explotación. En correspondencia con esta realidad, lo único que le interesa al gamonal es la renta libre, liquida, constante y cada vez más elevada que produce el trabajo gratuito del indio aprisionado en su propia tierra.

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