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El 23 de junio pasado se ha celebrado el referéndum en el que los británicos han votado el abandono de la Unión Europea


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2016  •  Documentos de Investigación  •  3.846 Palabras (16 Páginas)  •  120 Visitas

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El 23 de junio pasado se ha celebrado el referéndum en el que los británicos han votado el abandono de la Unión Europea. La votación ha dado resultado positivo entre la gente, en detrimento de lo que el resto de Europa había pensado. La palabra “Brexit”, que combina el inglés “exit”, salida, y “Britain”, Inglaterra, empezó a ser utilizada al principio del 2013 por el primer ministro británico, David Cameron, quien había acogido las solicitudes de sus colegas de partido y de los de UKIP, el partido por la independencia del Reino Unido, considerando que, desde la última, en el año 1975, muchas cosas han cambiado en Europa. Su primer objetivo fue el de combatir la superpotencia de la Unión Europea, pidiendo entonces más derechos, más protección comercial y monetaria para el Reino Unido, hasta ese momento desfavorecido ya que no era miembro de la unión monetaria. Los votantes del referéndum fueron los británicos mayores de 18 años, los ciudadanos irlandeses de la Commonwealth residentes en el Reino Unido, y los británicos que viven en el extranjero desde hace menos de 15 años. La decisión que ha provocado el divorcio con Europa ha obtenido cerca del 52% de los votos y al final implica la salida del Reino Unido de la Unión Europea después de 43 años. Con la salida, David Cameron dejò su trabajo como primer ministro y fue reemplazado por Theresa May, que empezó a aplicar el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, con el cual empieza la salida efectiva del país de la eurozona.

Las consecuencias del Brexit son múltiples diferentes y han afectado no solamente en Reino Unido sino a toda la Unión Europea, con una especial relevancia al caso español. Las más palpables van a dañar a los británicos que viven en el Reino Unido y también a los que viven en el resto de la Unión Europea. Además de las derivaciones sociales y políticas que aumentan la incertidumbre en el País, como por ejemplo el vacío de poder y el déficit democrático, la fragmentación política y la oposición, muchos son también los problemas relacionados con su territorialidad, con un número siempre más alto de regiones que piden la independencia del país para quedarse en la Unión.

Antes de la votación muchas agencias de rating y el mismo Fondo Monetario Internacional, además de organizaciones como el mismo Banco de Inglaterra y el presidente estadounidense Barack Obama, amonestaron los posibles riesgos y se alinearon contra la salida inglesa. Una vez ocurrido, el acontecimiento ha estado integrado en el top 5 de los posibles escenarios catastróficos por los mercados por el periódico Economist. El Gobierno británico también hizo unas estimaciones sobre una posible salida de Reino Unido de la Unión Europea que, a corto plazo, supondría una contracción del PIB británico de entre el 3,6% y el 6%. El 11 de julio, el comisario europeo Pierre Moscovici hizo una estimación del impacto de la salida de Reino Unido que suponía una contracción del PIB del conjunto de la UE de entre un 0,2% y 0,5% (El País). La OCDE ya publicó, tres meses antes del referéndum, un Informe de Política Económica (el número 16) titulado Las consecuencias económicas del Brexit: una decisión impositiva, que indico cosas interesantes. En primer lugar, el artículo indica cómo “desde que Reino Unido entró en la UE en 1973, su  PIB por habitante se ha duplicado, superando el de otros países de habla inglesa no miembros de la UE”. Con la decisión de abandonar la Unión, el Reino Unido perdería su acceso a muchos mercados y organizaciones, como por ejemplo “pesaría ser miembro de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y de sus reglas, teniendo que pagar aranceles elevados y otras barreras para poder acceder al mercado único, especialmente en los servicios financieros, además de tener que negociar sus relaciones comerciales con sus otros 162 miembros, lo que llevaría mucho tiempo”. Por otro lado, muchas cosas van a cambiar también cerca de la circulación de personas y la inmigración en general, en cuanto que “la inmigración ha representado la mitad del crecimiento británico desde 2005, con la creación de dos millones de empleos y reducir la libertad de movimiento de trabajadores en Reino Unido será muy caro para su economía”. Así como la mayoria de los economistas se había esperado, la primera consecuencia interesa la libra, que se ha desplomado a mínimos históricos. Después de la comunicación de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, la libra esterlina ha caído a el nivel más bajo desde 1985. Según el Informe de la OCDE, “la salida de la UE generaría un choque financiero a su economía, produciendo una fuerte depreciación de la libra frente a las principales monedas. En 2020, estos efectos reducirían en tres puntos porcentuales el PIB de Reino Unido con un coste equivalente de 2.200 libras por familia, reduciendo el PIB de la Unión en un punto porcentual. En 2030, el PIB británico sería un 5% menor y su riqueza neta un 4% menor que permaneciendo en la Unión.” Oxford Economics muestra que la recesión que va a provocar su salida de la UE tendrá un tamaño de dos tercios de la que ya provocó la crisis financiera global. Como cada manual de economía enseña, la depreciación de una moneda tiene consecuencias deducidas sobre la inflación, que llevará a un aumento generalizado de los precios y punto crucial a un gasto mayor de parte de los consumidores y a un ahorro más bajo. Más dinero gastados para adquirir bienes importados, en efecto, equivale a menos dinero ahorrados por inversiones y adquisiciones de bienes producidas en el propio país, en un círculo vicioso potencialmente sin fin. Según un estudio de la Fundación Bertelsmann, una empresa alemana de medios de comunicación, el Brexit podría costarles a los contribuyentes a inglés acerca de 313 mil millones de euro con el PIB en contracción del 14% en el arco de 12 años. Al mismo tiempo, por el Reino Unido significaba el fin de los gastos que verter a la Unión, consistentes sólo en el 0,5% del PIB. En efecto, la pertenencia al Área Económica Europea conlleva aceptar tres requisitos: una contribución financiera neta a la UE, para conseguir una mayor cohesión económica y financiera, una aceptación neta de inmigrantes de la UE y adoptar la ley de la UE (Economia, el Pais). Al salir Reino Unido de la UE, los bancos británicos, sean los ya establecidos en el país o en otros países miembros, tendrían que obtener otra licencia añadida, del supervisor nacional de cada estado miembro del AEE, para poder ofrecer sus servicios bancarios y financieros, en cada uno de los países. Además, necesitaría otra licencia más para poder ofrecer servicios financieros a través de las fronteras y, lógicamente, lo mismo le ocurriría a los bancos de la AEE para ofrecer sus servicios en Reino Unido. Con la salida de la Unión, el sector financiero podría perder un 5% y podría engordar en el caso en cuyo muchos de los institutos financieros con base a Londres decidieron desplazar sus sedes en las capitales financieras del Eurozona.

Por supuesto, después de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, el país va a ser excluido de los mercados europeos, sobre todo de los acuerdos comerciales. Además, se espera que ocurra un efecto negativo sobre el crecimiento económico del país que pues dará como resultado una disminución en el comercio y la inversión. Después de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, su déficit comercial ha aumentado, y al mismo tiempo, como explicado antes, la inflación ha aumentado. Según el Fondo Monetario Internacional, “en el corto plazo, la incertidumbre generada por navegar en un proceso de salida complicado y no probado podría ser perjudicial para la inversión, el consumo y el empleo”. De toda manera, otras fuentes como el Banco de Inglaterra calculan que las consecuencias económicas a largo plazo del Brexit reducirán los ingresos anuales de los hogares de circa 5.000 dólares. Ya que el Reino Unido es uno de los mayores miembros de la Unión Europea, su salida va a provocar daños reales en el resto de un continente que aún se está recuperando después la última crisi financera. Los datos inmediatos después de la salida británica nos dicen que la decisión de abandonar la Unión determina para nuestro continente una pérdida seca de 17% del PIB y de 12% de su población. La incertidumbre sobre los resultados económicos europeo esta considerable en diferentes circunstancias: en primer lugar, la estabilidad del comercio y de los investimentos está en duda después de la salida. En verdad, la misma idea que está detrás del mercado común es la de la especialización de cada país por la reducción de las barreras al intercambio. La teoría de la ventaja comparativa, uno de los conceptos básicos del comercio internacional, revela que los países se especializan en la producción de bienes en que son más eficientes en comparación con los demás y cuya fabricación pide un costo más bajo, y importan los productos en que son más ineficaces. Cada vez que nos alejamos de esta previsión, nos acercamos automáticamente en el que es normalmente llamado “second best”, es decir el condicionamiento de las expectativas de los investigadores que provocan pérdidas a todos los participantes de la zona euro. El comercio internacional es solo uno de los sectores en que se verán alteraciones entre las relaciones de los países. Algunos de los ejemplos que enseñan como el Brexit afectará la concordancia de la zona europea interesan la difesa, ya como el contingente británico no va a formar parte del ejército europeo con su séptima división, sus comandos, o su parachute regiment. También va a cambiar el mundo más entendido y más junto a la población: lo de las comidas, del deportes, del cinema, cuye salas para madurar un crédito de impuesta cerca del 7% tienen que poner en la cartelera películas europeas. Solo para enseñar un ejemplo, el programa Media de la Comunidad Europea ofrece subsidios a los que compran y distribuyen películas producidas en uno de los Países europeos, dinero que todavía no se podrá destinar al Reino Unido.  Otro ejemplo cubre el sector de transporte: por un lado, si hasta el dia de la votación el diseño de los vuelos, así como la reglamentación y la gestión del espacio aéreo fueran armonizados en toda la Unión Europea, según HSBC, el coloso bancario británico, con la salida británica los precios entre el sector aéreo subieron muchísimo. Además, según la International Air Transport Association, el número total de pasajeros británicos va a bajar del 3-5% entre el 2020, después de la expectativa de la recesión en respuesta a la caída de la libra esterlina. Por otro lado, Gran Bretaña es el cuarto país más importante en Europa para el número de automóviles productos, más que 1,6 millones en el 2015, después de Alemania, Francia y España. Es inútil subrayar el papel que este compartimiento juega para las exportaciones, así como para el empleo (160 miles personas trabajan en la industria de automóviles) y el contributo general a la economía local (15,5 miles de millones). Posiblemente, con la decisión de abandonar la Unión, las fábricas se cerraron y se transferirán a otros países miembros de la Unión. Tal vez uno de los aspectos que no van a mutar el lo de la inmigración, como el Reino Unido, así como otros países europeos, ya eligió el “opting out” negándose a participar a la política europea común en materia de migraciones. Después de cuatro meses de la fecha del referéndum, no solamente han cambiado las predicciones económicas consecuencias del abandono, sino también las reacciones de los principales líderes europeos, que solo hace un mes se han encontrado para discutir sobre el futuro de Europa sin Reino Unido. En la reunión de Ventotene de este verano, Italia Francia y Germania parecieron por nada asustados por la salida del Reino Unido como leader de la Unión, enseñando como al final la Unión está todavía viva, con o sin los británicos. En la junta los paises habian programado de verse otra vez en Bratislava para discutir seguir arguyendo los principales problemas europeos actuales, como la inmigración, el terrorismo internacional, el balance. El 16 de Septiembre pasado ha ocurrido la primera reunión europea de 27 países, sin el Reino Unido, programada expresamente para encaminar una línea económica común post Brexit, cuya realización es esperada para marzo 2017, fecha de la firma de los Tratados de Roma de 1957. Los principales países europeos han sido profundamente separados no solamente cerca de la línea económica y financiera, sino también cerca de la inmigración y de los refugiados, de la unión monetaria y bancaria, y de las reglas de disciplina de balance.  A este respecto, parece desaparecido el buen humor de los presidentes de gobierno de agosto, y además la idea de expertos y estudiantes lleva a reflexiones muy negativas sobre el famoso futuro del continente. Dos importantes pensadores de hoy, Sigmar Gabriel y Joseph Stiglitz, piensan que el Brexit es la primera llamada de atención que va a llevar al fin de la experiencia europea. Sigmar Gabriel, vicecanciller de Alemania, así como ministro de la economía, considera la salida del Reino Unido de la Unión Europea como un ejemplo que muchos países van a seguir, llevando a matar la Unión misma. Más que sobre el punto de vista económico, el Brexit resultará muy peligroso para el futuro de la Unión sobre todo psicológicamente, convirtiéndose en un precedente político que los países difícilmente podrán manejar. Por otro lado Joseph Stiglitz, economista y experto de política monetaria, ha declarado como la causa del fin de la Unión Europea va a ser el caso italiano y su referéndum constitucional programado por diciembre. Después del Brexit en la reciente ola de consensos a los partidos nacionalistas y euroescépticos, si las instituciones comunitarias seguirán iguales y si las premisas del principio no será mantenida, la Unión Europea va a improder desde adentro. El motivo principal es el que el Brexit está resultando muy lejos de la previsión catastrófica del principio, enseñando como un país puede ser fuerte también afuera de la eurozona, esto porque el mercado común no está bien gobernado y porque las instituciones de Bruselas no pueden satisfacer las reales necesidades de los ciudadanos europeos. Según el premio nobel, Italia, país más en riesgo de la eurozona, a raíz del Reino Unido, será empujada a salir de la moneda única y de la Europa, cosa que va a hacer la mayoría de los países.

Aunque el Brexit va a afectar toda Europa y su economía, uno de los países que es destinado a resultar más afectado por la salida de Gran Bretaña es España. El periodico Internacional Business Times intituló uno de sus articulos inmediatamente despues del Brexit “Efecto Brexit: ahora el pais que esta temblando por las repercusiones de las elecciones del 23¬¬ de junio es España”. Según los analitos, muchas son las problemáticas que afectan a España después de la salida del Reino Unido, “ya que repercutirá en los flujos comerciales entre ambos países y en la rentabilidad de las inversiones españolas en la isla, al tiempo que supondrá mayores costes regulatorios para los bancos y empresas españoles, una renegociación del acceso de sus respectivos ciudadanos a los servicios y un precedente de riesgo para el desafío independentista de Cataluña” (Expansión). Sobre todo, la primera mutación perjudica la circulación de las personas entre los dos países y el turismo para la península ibérica. Para España, el turismo internacional representa un 6% del PIB, y el 1,3% de esta cifra seria turismo británico, que podría ser reducido mucho por la caída de la libra. Otras consecuencias más importantes interesan la balanza comercial española, desde que el 7% de las exportaciones de bienes españoles tienen Reino Unido como destino. Al final, los británicos son los extranjeros que más viviendas compran en el territorio español. Sin embargo, en el largo plazo también hay muchas consecuencias, y la más evidente será la imposición del permiso de trabajo para los expatriados españoles allí ubicados (casi 200.000 españoles residen en el Reino Unido) así como en la llegada de personas desde Europa. Un estudio de la London School of Economics advierte de que el efecto del Brexit para Reino Unido será de entre el 6,5% y el 9,5% de su PIB, parecido a la crisis financiera de los años 2008-2010. España es el país en que las consecuencias del Brexit se vendran mas simplemente porque es el país con el mayor número de ciudadanos británicos después de Gran Bretaña. Además, según el Ministerio de Empleo, más de 200 miles de británicos son registradas como residentes permanentes que antes del Brexit no necesitaban de ningún visto, ya como estaban en la Unión Europea, para no contar expatriados británicos que viven en España, principalmente en ciudades como Málaga, Alicante o las Islas Baleares, que todavía no resultan registrado. Objeto más delicado del debate es lo de Gibraltar, una propiedad británica de ultramar cuya soberanía nacional es todavía peleada entre Londres y Madrid. No obstante el 95% de los ciudadanos de Gibraltar han pedido quedarse en Europa, después del Brexit España quiere pedir la co-soberanía en el territorio británico en España con el ministro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo que ha declarado como la votación ha completamente cambiado las perspectivas sobre el futuro de la península.

Es difícil resumir y comentar lo que el Brexit ha significado y lo que el Brexit significa en futuro para la Unión Europea y el mundo entero. A la población que economista no es, el inglés todavía menos, los datos y los gráficos sólo parecen fechas y gráficos, los números son números en todas las lenguas del mundo, pero hasta que el precio del pan en nuestros países se queda igual y los viajes a Londres siguen haciéndose, no hay esta gran diferencia. A pesar de la opinión pública asemejara muy propensa al remain, estuve en Londres justo pocos días antes del referendo y la posibilidad que Gran Bretaña saliera de Europa no fue cogida en consideración entre los habitantes de la capital, también los analistas y los economistas hablan comúnmente de grandes catástrofes económicas británicas como europeas en el caso en que el leave leave hubiera vencido. Después del referéndum, el artículo que más me ha hecho especie no fue de naturaleza económica y financiera, cuyas repercusiones también después de meses parecen a dir algo humosos y contrastantes, sino de naturaleza social. El Fatto Quotidiano, un conocido periódico italiano de actualidad, publicó un artículo dos días después del referéndum reconduciendo todo lo que fue buscado por los ciudadanos británicos en los dos días siguientes a la votación del abandono sobre internet. Según los datos de Google Trends, en efecto, las frases más buscadas por internet después del referéndum compararon a: "qué es la UE” o “què ocurre si dejamos la UE." Los datos de google también han notado un incremento del 100% de la búsqueda "conseguir un pasaporte irlandés” o "trasladarse a Gibraltar”. No quiero transformar ciertamente este trabajo económico, que yo ha costado tiempo, lectura y mucha traducción, en un mero comentario de tuit y crónica rosa, pero después de haber reconducido una sarta de datos y números que son difíciles que recordarme parece oportuno poner de la parte de la gente y las personas que han votado por un referéndum, que aunque no puede ser comparado con aquel constitucional italiano, por muchos aspectos parece, tal como aquel italiano, demasiado importante y adulto para poder ser afrontado por una ciudadanía que, estoy después de haber votado, se informa sobre las que pueden ser las consecuencias de la misma votación. Es verdad que si de democracia queremos hablar de democracia hablamos, pero si éstas son las preocupaciones británicas después del leave, quiere decir como siempre que o no ha habido bastante información, o no ha habido bastante atención de parte de los ciudadanos británicos votantes. Verdadero es que no es justo tampoco sustraer la población de una votación de tal importancia y que la concierne de cerca, con el juicio de luego leyendo datos de google, o apegándose a la ignorancia difusa sobre el argumento sobre que han sido llamados a expresarse. Los ingleses han hecho sus consideraciones y han votado. Quien conscientemente y quién no, la población ha decidido por el propio futuro. Y esta decisión, si al principio fue considerada catastrófica de la mayor parte de los economistas, ahora, después de tres meses, no parece así terrible. Por Gran Bretaña parece en cambio haber sido la vuelta en una Unión Europea que, evidentemente, de unido tuvo bien poco. Se sabe como la relación entre Reino Unido y Unión europea siempre haya sido muy particular y privilegiado con respecto del de los otros países. Aislada en su fortaleza e isla, Inglaterra siempre ha tratado de tenerse más fuera el posible de los hechos continentales, acercándose cada vez más a aquellas atlánticas con su relación especial con Estados Unidos de América, o al menos hasta que los hechos continentales no la amenazaron de cerca. Y si Inglaterra ha llamado sus ciudadanos a votar sobre un argumento tan delicado, evidentemente aquel de la unión europea es un hecho que, de veras, los amenazó de cerca. Sin embargo, mirándolo con autocrítica, hay que decir que el de Inglaterra ha estado una real toma de posición, en detrimento de lo que la mayoría pensó. Una toma de posición no tanto contra la moneda, siendo en todo caso fuera Gran Bretaña de la moneda única, pero por demás sobre una estructura europea que parece no funcionar o en todo caso no respetar los planes originarios. En una Unión en que el diktat alemán vale más que la estructura que, aunque inevitablemente jerárquica, tiene que mantener en todo caso una huella popular, Inglaterra se ha llamado fuera. Además, por el Brexit han votado los más ancianos, mientras por el remain ha prevalecido una participación juvenil y sobre todo metropolitana, que ha perdido en todo caso. Precisamente, jóvenes y ricos han votado por quedarse en la Unión. Son los jóvenes aquéllos que más que todo ha defendido el remain, hijos de la generación Erasmus, preocupados de un cierre de Gran Bretaña frente a una abertura al mundo, a la globalización de cuyo tanto se siente hablar y que con un tal énfasis siempre se ve defender. Sin embargo los que han votado por él leave son los británicos viejos, no de la ciudad sino de Inglaterra poblar, obrera, que vivió quizás antes de las grandes oleadas de globalización y a cuyo toda esta globalización no gusta tampoco mucho, y a cuyo la internacionalización del capitalismo ha puesto dramáticamente en tela de juicio sus conquistas y su status social. En conclusión, desde pequeños nos han enseñado que hace falta escuchar los más ancianos con su sabiduría y experiencia, y quizás, aquel del Brexit de ello es la prueba más evidente.

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