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El Estado es una forma de organización política


Enviado por   •  11 de Junio de 2018  •  Trabajo  •  2.009 Palabras (9 Páginas)  •  301 Visitas

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El Estado es una forma de organización política producto de relaciones de poder de grupos sociales a lo largo del tiempo. El Estado no surge en forma natural o espontánea, su conformación y sus características  están ligadas a factores históricos, políticos, económicos y culturales.

     A partir del siglo XVIII se fue desarrollando en Europa un tipo de ordenamiento político y social denominado Estado-nación. Esta forma de organización adquirió rasgos más precisos a medida que avanzaban los procesos de transformación económica y política  que caracterizaron a la Revolución Industrial y la Revolución Francesa.

A medida que estallaban conflictos relacionados con los modos de organización feudal, se fue originando el Estado moderno. Desde el siglo XIII, una serie de transformaciones políticas, culturales y económicas benefició la integración de los señores feudales en un Estado territorial institucional.

Los cambios se concretaron en la separación de la religión de los asuntos político-económicos, que antes pertenecían a la misma esfera. En el aspecto económico se produjo la expansión de la actividad comercial, que impulsó la unificación de territorios poco comunicados entre sí. Además, se produjo un resurgimiento de las ciudades por la expansión del comercio. Este desarrollo se debió a la producción de mercancías y a los grupos sociales que llevaron esta tarea adelante: el estamento de artesanos productores y mercaderes que acumularon importantes riquezas. Este grupo, al vivir en la ciudad o burgo, fue denominado burguesía.  En ese contexto, se produjo la centralización del poder político, que tenía como objetivo lograr la unidad del territorio, eliminar los conflictos internos y prevenir en forma organizada las agresiones externas.

Según el filósofo alemán Max Weber, el Estado es una forma de organización política de actividad continuada siempre que sus instituciones puedan sostener con éxito el monopolio legítimo de la coacción física para mantener el orden en vigencia. Weber pone el acento en la coacción entendida como el ejercicio de la violencia física por parte de un grupo sobre los demás en forma exclusiva. De esta manera el resto de la sociedad consiente y legitíma el uso monopólico por parte de dicho grupo. A su vez, Weber reconoce la existencia de formaciones estatales en distintas sociedades y épocas históricas. También otorga un rasgo o característica definitoria para el Estado: el ejercicio de la violencia legítima, como fundamento de la lógica de su presencia y su actuación.

Para comprender el surgimiento de los Estados modernos es necesario caracterizar el funcionamiento del sistema feudal, así como la crisis que afectó a su economía y a la sociedad de la época.

Del feudalismo al surgimiento de los Estados modernos

La sociedad feudal se basa en el feudo: una porción de tierra sometida a la autoridad de un señor. El grupo de los señores integrado por guerreros y religiosos, explotaba a la población campesina mediante el trabajo en condición de servidumbre.

Los siervos estaban obligados a pagar distintos tipos de tributos a su señor. De allí, el señor extraía los recursos necesarios para subsistir y ejercer funciones que hoy consideramos propias del Estado, como la administración de justicia, el cobro de impuestos o el reclutamiento militar.

En la sociedad feudal también existía un vínculo entre los señores, denominado lazo feudovasallático. Este vínculo estaba compuesto por dos elementos: el vasallaje y el feudo.

El vasallo se encomendaba al señor a quien le juraba fidelidad auxilio militar y económico. A cambio, el vasallo recibía la entrega de las tierras de un feudo con campesinos para trabajarlas, y la promesa de ayuda y protección de su señor en caso de necesidad. Es decir que el vínculo que se establecía entre el señor su vasallo era recíproco, pero desigual. Los señores que se encontraban mejor posicionados en la escala jerárquica disponían de mayor poder económico y militar y contaban con un número mayor de vasallos a su servicio.

La sociedad feudal estaba estructurada como una monarquía descentralizada de forma tal que el rey tenía un título real, pero este título no significaba que tuviera más poder que  los grandes señores de la nobleza, es decir que era un poder nominal. Por eso se decía que el rey no era más que “el primero entre los pares”. Este poder nominal hacia que el rey siempre necesitara del consejo y el apoyo de sus pares los grandes nobles del reino.

La Iglesia

La Iglesia católica fue una institución central de la Edad Media, tanto en el ámbito rural como en el urbano. Sus monasterios y catedrales eran los lugares de reunión de los cristianos, pero además, cumplían la función de conservar la cultura escrita, fundar instituciones educativas como las universidades, e intervenir en la vida social para inculcar los valores de la fe cristiana.

También la Iglesia funcionaba dentro de la lógica feudal, ya que tenía a disposición tierras, vasallos y siervos. Su grupo dirigente, formado por obispos, cardenales y abades, llevaba el estilo de vida de la nobleza laica. De hecho, era la única institución que se planteaba como universal, con presencia física en todo el continente europeo y que como representante de Dios en la tierra pretendía la supremacía religiosa y política sobre todos los sectores laicos. Esta pretensión de subordinar espiritual y políticamente a todos los monarcas y señores fue la base de los conflictos entre la Iglesia y la monarquía.

La crisis del feudalismo

La crisis feudal afectó a la totalidad de la estructura social. Poco a poco, la nobleza laica y religiosa comenzó a perder su poder y sus privilegios.

A su vez, vio disminuir la capacidad de dominación sobre la población campesina y la recaudación de los tributos con los cuales sostenía su economía.

Esta crisis produjo la reorganización de las relaciones feudovasalláticas, de modo que las antiguas atribuciones señoriales fueron absorbidas, concentradas y depositadas en el rey.

 Este proceso histórico tuvo una duración diferente según las regiones e incluyó importantes crisis entre los sectores de la nobleza que se enfrentaron para dirimir el derecho a ejercer los poderes concentrados. Como resultado los señores y sus vasallos perdieron algunas atribuciones tradicionales, por ejemplo, organizar la fuerza militar o impartir justicia en su territorio y debieron aceptar que estas funciones quedaran en manos del monarca. El rey recibió a cambio garantías para sus derechos económicos sobre los siervos.

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