El Proceso De La Ciencia Y Tecnologia
Enviado por • 23 de Junio de 2014 • 6.730 Palabras (27 Páginas) • 244 Visitas
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Ana Castellanos # 18 8vo “A”
San Cristóbal, ___ de Junio del 2009
Introducción
La tecnología del siglo XX se desarrolló rápidamente. Las tecnologías de comunicaciones, transporte, la difusión de la educación, el empleo del método científico y las inversiones en investigación contribuyeron al avance de la ciencia y la tecnología modernas. Algunas tecnologías como la computación se desarrollaron tan rápido como lo hicieron en parte debido a las guerras o a la amenaza de ellas, pues hubo muchos avances científicos asociados a la investigación y el desarrollo militares, como la computación electrónica. La radio, el radar y la grabación de sonido fueron tecnologías clave que allanaron el camino a la invención del teléfono, el fax y el almacenamiento magnético de datos. Las mejoras en las tecnologías energéticas y de motores también fueron enormes e incluyen el aprovechamiento de la energía nuclear, avance resultado del Proyecto Manhattan. Mediante el uso de computadores y laboratorios avanzados los científicos modernos han recombinado ADN.
Muchos sociólogos y antropólogos han creado teorías sociales concernientes a la evolución social y cultural. Algunos, como Lewis H. Morgan, Leslie White y Gerhard Lenski consideran al progreso tecnológico el factor principal de desarrollo de las civilizaciones.
Uno de los tópicos en el debate actual sobre la ciencia y la tecnología consiste en determinar que tanto han servido para configurar a las sociedades modernas y trasformar a las tradicionales. Los progresos científicos como también tecnológicos han modificado radicalmente la relación del hombre con la naturaleza y la interacción entre los seres vivos. Hoy en día la ciencia y la tecnología calan los niveles más altos en la sociedad actual.
La ciencia y la tecnología no se pueden estudiar fuera del contexto social en el que se manifiestan. Entre la ciencia y la tecnología existe un claro estado de simbiosis; en otras palabras, conviven en beneficio mutuo. Aunque el efecto de ambas actuando conjuntamente es infinitamente superior a la suma de los efectos de cada una actuando por separado.
Y, sin embargo, ante estos progresos que no podían ni siquiera imaginar las autopistas del pasado, empiezan a surgir preguntas cada vez más serias sobre el lugar que incumbe la ciencia y la tecnología en nuestra sociedad; y además con una constancia tal que no se pueden ignoras tales problemas. Leí una frase escrita por Albert Camus, la cual me llamó mucho la atención, decía lo siguiente:
"El siglo XVII fue de las matemáticas, el siglo XVIII el de las ciencias físicas, el siglo XIX el de la biología y nuestro siglo XX es el siglo del miedo".
¿Es cierto esto?, Podríamos decir que sí; ya que la ciencia y la tecnología han tenido tanto auge, tanto desarrollo que hoy en día muchos temen que la ciencia y la tecnología lleguen a destruir el mundo. Muchas personas lo ven de la siguiente manera, ¿Cuántas personas han muerto en accidentes automovilísticos?, Si la ciencia y la tecnología no los hubiesen creado no hubiesen ocurrido. Pero dejan atrás la otra cara de la moneda, ¿Cuántas personas se han salvado gracias al transporte automovilístico? ¿Cuánto tardaríamos en trasladarnos de un lugar a otro?, Si no se hubiesen desarrollados estos inventos. Lo que une a la ciencia y la tecnología con la sociedad son las necesidades y los deseos de la sociedad.
Son muchos los que consideran la ciencia como una amenaza y no solo en nuestros tiempos, sino desde hace muchos años, es el típico caso de Galileo quien fue condenado por el Papa, ya que este consideraba que su nuevo método de considerar la verdad constituía un gran desafío a la autoridad tradicional. Aunque muchos consideran que esto se debe a que la sociedad no tolera aquello sobre lo que no dispone información o simplemente que no lo puede comprender.
Hoy en día, la tecnología es parte del sistema de vida de todas las sociedades. La ciencia y la tecnología se están sumando a la voluntad social y política de las sociedades de controlar sus propios destinos, sus medios y el poder de hacerlo. La ciencia y la tecnología están proporcionando a la sociedad una amplia variedad de opciones en cuanto a lo que podría ser el destino de la humanidad.
El siglo XX
A pesar de toda la algarabía que se produjo el pasado fin de año con la supuesta conclusión del milenio, se sabe a las claras que el 31 de diciembre del presente termina este ciclo de mil años de historia del hombre. Poco antes de terminar 1999 se hicieron muchas listas, se organizaron por jerarquías los avances de la humanidad, los grandes hombres, en fin, todo lo que se quiso con tal de otorgar magnificencia al falso concluir de 10 siglos.
Pero me interesa echar una mirada a lo que pudiera ser el rasgo característico del siglo XX. Entre los avances científicos y técnicos, sin duda, hay para escoger. Desde los antibióticos hasta la televisión, pasando por la consabida computación que invade nuestras vidas hasta el último reducto y la carrera espacial y la energía atómica. En fin, sé que paso por alto muchos inventos importantes, pero puedo concluir con el ejemplo de la biogenética y sus clones escalofriantes que amenazan con cambiar la mismísima sicología del ser humano. Muchos dirán que el rasgo fundamental del siglo que termina cae en la esfera del desarrollo científico. Otros dirán que, como casi siempre ha sido, la veta predominante es el afán de hacer la guerra. Y, si de conflagraciones se trata, en este siglo tenemos las dos guerras mundiales con sus millones de muertos y, para bochorno de la especie, los horrores de la Segunda.
Ahora quiero hacer un alto para traer a colación el caso de una mancha de salmones atrapados en la red de un pescador. Los peces, viviendo a sus anchas y sin la menor sospecha de que sus vidas están amenazadas, nadan completamente identificados con la paz que la rutina de sus existencias les otorga. De pronto se ven enredados en algo incomprensible, nunca experimentado, que les impide nadar. Comienzan, con desespero, a buscar un escape de aquello que los alza sin remedio hacia la luz cegadora que siempre vieron, pero que nunca tentaron. Finalmente son alzados fuera del agua y tirados en una superficie dura. Aletean mientras agonizan por asfixia. Finalmente mueren sin saber de dónde ni por qué les llegó ese fin tan extraño.
Lo experimentado por los salmones es exactamente lo que han experimentado millones de seres humanos a lo largo de estos últimos cien años. Lo que caracteriza al siglo XX es
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