El Vacío

El Vacío

El miedo, la inseguridad y la angustia aparecen casualmente en la época en que podemos acceder y conseguirlo todo, o casi todo. La satisfacción nunca fue tan inmediata, a un sólo clic y varias cuotas y aún así, en la era incontenible y triunfante de la sociedad de consumo, el deseo y la decepción van de la mano.

Aquellos ideales de otras épocas, sueños de libertad, vidas con sentidos reales, nombres que quedaron en la historia, ¿Nosotros estaremos en ella también? ¿Realmente estamos construyendo algo más que cadenas de facebook y grandes armarios de ropa?

Hoy nos olvidamos de ser, por aparentar y tratar de encajar en una sociedad que selecciona el mayor estrato y la última moda ¿Y dónde queda todo lo demás? ¿Es que pensar y sentir ya está tan obsoleto? La tecnología nos ha absorbido por completo, nos hemos vuelto tan dependientes que un día sin msn o sin blackberry es una tortura, hoy nos cuesta mantener la cabeza en alto por un celular, mañana nos costará sostener una conversación cara a cara por más de un minuto. Alguna vez escuché que pronto seríamos seres de hojalata y que en vez de sangre correría aceite por nuestras venas, me pareció bastante exagerada la comparación, hoy me parece muy realista.

Poco a poco nos convertimos en la marioneta perfecta, vivimos para cumplir las expectativas del mundo y para olvidar las nuestras, nos camuflamos como uno más y nos entregamos a la inercia de estar vivos porque si y no marcar la diferencia, pues nos dedicamos a imitar, a automatizar nuestras funciones como el mundo dicta que sean. Repetimos, aceptamos, pero ¿Cuestionamos, creamos?

La felicidad actual se reduce al placer inmediato de momentos efímeros que se desvanecen dejando una sonrisa hipócrita que espera que todo esté bien, cuando no hemos hecho el mínimo esfuerzo para que así sea, y es tarde cuando descubrimos que nuestro empeño en comprar la vida no era suficiente, en cambio sólo bastaba vivirla, a cada instante, dejando huella en cada mom

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ento y siendo dignos de ser recordados por algo más que la tierra que algún día reposará sobre nosotros.

Hoy la felicidad está en vía de extinción y el vacío existencial es el mayor síntoma de ello. ¿Podremos recuperar el sentido o seguiremos siendo tan solo títeres?

Por: Valentina Zuluaga Puerta ...

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