El crimen organizado: dentro y fuera del gobierno

El crimen organizado: dentro y fuera del gobierno

“Estos grupos existen porque el Estado lo permite. La debilidad del Estado es la que permite el accionar de los grupos de la delincuencia organizada, y no la delincuencia organizada la que debilita al Estado.”  Samuel González Ruiz, doctor en Filosofía Analítica y Teoría General del Derecho por la Universita degli studi de Bologna, Italia, fundador de la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada de la Procuraduría General de México, y experto de alto nivel en la Oficina para las Drogas y el Delito de las Naciones Unidas, en Viena, Austria.

El crimen organizado no es una realidad solo de México, es una realidad de Latinoamérica, principalmente Colombia, Guatemala y México.

El crimen organizado, y su estrecha relación con el gobierno, ya sea a base de corrupciones o amenazas, han llevado a nuestros países a un modus operandi deplorable, nos ha llevado a unas condiciones de vida de miedo y pánico, de inseguridad y represalias. El crimen organizado no solo es narcotráfico, también hay secuestros y extorsiones, hay ventas de armas y de personas, hay muestras públicas del horror que se vive en nuestro país, como si de algo de orgullo se tratase. Esto ha sobrepasado todo tipo de frontera legal, la cooptación del estado y del gobierno nos han hecho ver la sangre y cuerpos en las calles como algo del día a día, como si estuviéramos inmersos en un filme de Tarantino.

Todo esto no es solo violencia y drogas, también, y primordialmente, es dinero, dinero sucio sin valor utilitario en la legalidad, así que por ende necesitan de términos o instancias legales para poder lavar ese dinero y poderlo usar, necesitan empresas, dependencias de gobierno, necesitan del estado para poder subsistir estas grandes mafias. Y así es como se infiltran en el gobierno, por mandatarios corruptos, por políticos elegidos por ellos mismos, por jefes de estado avariciosos, por partidos políticos financiados por ellos mismos, así logran cooptar al estado, así hacen del estado una gran empresa con beneficios monetarios para ellos, y sumado a la guerra del poder que existe en todo México entre los distintos carteles, zetas y organizaciones criminales legales o ilegales se obtiene una gran masacre social, cultural y económica para el pueblo.

Distintas soluciones se pueden proponer, pero muy pocas las que estamos dispuestos a aceptar. No queremos hablar y que seamos callados con balas colocadas en el cráneo por quienes se supone deberían protegernos, no queremos trabajar 14 horas y ganar para apenas sobrevivir. Los problemas principales de México se basan en la poca patria que nos queda, preferimos girar la cabeza y ver lo que ocurre en otros lugares del mundo a solucionar nuestros grandes problemas a grandes rasgos, el pueblo mexicano jamás se ha callado, pero tampoco ha actuado, no por no querer mejorar, sino por miedo a perder la vida por una bandera o una nación, es entendible, nadie quiere más otro 2 de octubre en Tlatelolco ni mucho menos otros 43 desaparecidos en Ayotzinapa, sin tener en cuenta las incontables victimas aún sin descifrar, ni el exterminio cultural por parte del ejército en regiones indígenas.

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