El espiritu Reseña

                                                                    ESPIRITU

La noche del  2 de Noviembre del año 1974, en el antiguo barrio Laprida, los chicos recorrían las calles pidiendo dulces como se acostumbraba realizar cada año en la misma fecha. Cerca de la media noche un hombre llamado Carlos Kin, quien vivía a poca distancia del panteón del pueblo, escuchó que tocaban a su puerta...

-Don Carlos ¿Tiene dulces?

-Marianito, ¿Qué andas haciendo a esta hora por la calle? Le contestaba Don Carlos.

Aquel hombre le dio dulces al chico, y éste le pidió más dulces para llevarle a un niño que estaba encerrado en una casa sobre la misma calle, a cuatro casas de distancia.

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-¡Mentiroso en esa casa no vive nadie! Le respondía Don Carlos.
-Se lo juro Don Carlos, a todos los chicos que pasan por allí, desde la ventana, les dice que quiere salir. Y para que no esté triste le voy a llevar algunos dulces.

Carlos recordó que hace años en esa vieja casa de adobe, había sido descubierto el cadáver de un niño de 8 años, que había sido encerrado en un cuarto si puerta alguna y abandonado misteriosamente allí por sus padres, quienes huyeron de la casa sin que nadie se diera cuenta.

Don Carlos le dijo a Marianito que se volviera a su casa con sus padres, que él mismo le llevaría dulces a aquel niño.

Carlos salió y lentamente se acercó a la ventana de aquella casa abandonada. De pronto, entre las sombras descubrió a un pálido niño quién le gritó:
-¡Déjame salir! ¡Déjame salir!
Sorprendido Don Carlos le preguntó:
-¿Qué haces ahí?
Y nuevamente gritó aquel niño:
-¡Ábrame! ¡Ábrame!
Y preguntó nuevamente:
-¿Quién eres?

Los ojos de aquel niño se pusieron en blanco y comenzaron a brillar intensamente. Llorando sangre a través de ellos, las ventanas se cerraron lentamente mientras aquel ser seguía gritando:
-¡Ábrame! ¡Ábrame! ¡Ábrame!

FIN.

                                                     Maira Álzaga

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