El hábito Es más Fuerte Que La Razón

Cuando una persona está acostumbrada a ducharse de manera diaria y por diferentes motivos rompe esa rutina, aquel individuo se siente incómodo y más sucio que una persona que no se ducha diariamente.

Este hecho, se debe a que ese sujeto ya tiene un hábito. El hábito es una acción que se realiza de forma continua durante un periodo de tiempo, haciéndose así algo natural para él, tal y como queda demostrado en el ejemplo señalado anteriormente.

Es por esto que el hábito predomina por sobre la razón. La razón es la capacidad de demostrar el por qué se apoya algo o se realizan ciertas acciones, vale decir, es un acto reflexivo que nos ayuda a tomar decisiones. Sin embargo ¿Qué sucede con la racionalidad de la persona? ¿El ser humano se sigue cuestionando la motivación de sus acciones cuando se vive periódicamente con un hábito?

Un ejemplo más esclarecedor que verifica que la razón es desechada ante el hábito es la situación de las mujeres que son maltratadas por sus parejas, ya que el hombre quien ejerce la violencia deja de cuestionarse el por qué está dañando a su mujer, además de preguntarse si está bien o mal lo que está haciendo y cuales son las consecuencias que dichas acciones producirán. Y aun cuando se arrepiente y posteriormente se disculpa de sus actos, vuelve a violentarla, viendo este camino como la única manera de enfrentarse a los problemas que tiene con su esposa, porque ya está acostumbrado a ese tipo método.

Por eso, este ensayo tratará de responder los cuestionamientos ya planteados y así comprobar que la cita “El hábito es más fuerte que la razón” es verídica.

Uno de los motivos por el cual el hábito prevalece ante la razón, es porque este se convierte en un acto automático. El ser humano es un animal que luego de un tiempo ejecutadas repetidas actividades, las sigue efectuando como si fuesen un sistema mecánico debido a que la persona se acostumbra a realizar dicha acción con regularidad y cree que tiene justificaciones para hacerlas. El individuo en cuestión, al contemplar la situación o acción que realizará, se da cuenta que desde su propio punto de vista todas las circunstancias le presentan las opciones de una forma clara, transformando estas justificaciones en respaldos que le ayudaran a defenderse y no sentirse vulnerable. La búsqueda de excusas sobre sus obras, se va haciendo normal, es decir, la razón también se va volviendo un hábito. Esto se hace presente en las relaciones de infidelidad, cuando quienes cometen dicha traición están conscientes de que perpetran actos inmorales y a pesar de eso, siguen practicándolos porque se han acostumbrado a la sensación de peligro, y asimismo creen que poseen buenas excusas para ejecutarlas, como cuando sienten que el cariño ya no es recíproco o por el contrario sus sentimientos son más fuertes hacia su amante, pero incluso de esta forma no se atreven a abandonar a su pareja, porque ya se han habituado a su presencia.

Otras de las razones en la cual se ve comprobada que el fin práctico y lógico caen ante la fuerza de algo a lo que se está habituado, es porque el ser humano se deja llevar por las sensaciones y emociones que le produce el realizar ciertas actividades, dejando de lado si estas labores tienen un fin positivo o negativo y los efectos que provocarán. En otros términos, a una persona le son más atrayentes las huellas que dejan ciertas situaciones, relaciones o acciones a las cuales se ha ido acostumbrando, porque al romper ese hábito significaría que no podría sentirlas, algo que le desagradaría. Por lo cual, las interrogaciones sobre si lo que está haciendo está bien o mal, no se llevan acabo, ya que en esta batalla se borra cualquier sentido de reflexión. Dichas características se ven manifestadas en aspectos históricos, por ejemplo la corrida de San Fermín, la cual se efectúa anualmente en la ciudad española Pamplona, donde los

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