EL OCTAVO HABITO
Enviado por avillalpa • 4 de Enero de 2012 • 1.628 Palabras (7 Páginas) • 4.440 Visitas
Introducción
Desde muy temprana edad, cuando comenzamos a tener el uso de la razón, soñamos con destacarnos en los diferentes campos que ofrece la vida, perspectiva que deseamos desde niños, pero cuando llega el momento de defendernos por si solos en la vida, nos bloqueamos porque la realidad resulta ser totalmente diferente para muchos. Ya que no logramos resolver nuestros paradigmas no llegamos a ser buenos lideres ya que solo aspiramos a un cargo en una empresa, pero mas que esto debemos alcanzar una posición de mentalidad y de actitud, debemos estar dispuestos a los cambios que se van realizando en cada faceta de nuestras vidas, no solo para lograr alcanzar todo lo que deseamos en nuestra infancia sino aun mucho mas, y no que estos pensamientos se queden solo como sueños de niños.
Hoy en día los escenarios son más dinámicos, sometidos constantemente a cambios, a innovaciones, a turbulencias, en donde las alianzas son figuras determinantes en la apertura por conquistar nuevos mercados.
En este artículo se presenta que la inteligencia emocional es dos veces más importante que las destrezas técnicas o el coeficiente intelectual para determinar el desempeño de la alta gerencia.
Stephen Covey se propone en su obra enseñar un paradigma básico, que las personas son personas completas: cuerpo, mente corazón y espíritu.
No debemos dejar pasar esta obra como lo es el Octavo hábito, que nos enseña características altamente competitivas acerca de cómo encontrar nuestra propia voz escuchando a los demás, que actualmente nos encontramos en escenarios que necesitamos saber interpretar y contar con los conocimientos modernos que actualmente la ciencia administrativa nos proporciona, además de ser verdaderos estrategas, innovadores, creativos, comprometidos con nuestra responsabilidad social y sobre todo saber manejar eficientemente los recursos con que contamos, sin descuidar uno de los más potenciales como es el capital humano, que desafortunadamente en nuestro medio se ha desperdiciado considerablemente.
El Octavo Hábito no significa añadir otro hábito a los siete que habían sido planteados con anterioridad. Significa aplicarle una nueva dimensión a los Siete hábitos de la gente altamente exitosa, que mejora el desempeño de cada uno de ellos.
La gente tiene elecciones conscientes o inconscientemente la gente decide cuánto de sí mismos darán a su trabajo, dependiendo de cómo son tratados y de sus oportunidades para usar las cuatro partes de su naturaleza. En la ola de la información y conocimiento, sólo uno que es respetado como persona hace una de las tres elecciones superiores: cooperar con entusiasmo, comprometerse sinceramente o crear apasionadamente.
Descubrir nuestra voz
En las esferas de la empresa, el gobierno, la educación, la familia y, más importante aún, en la esfera personal, decenas de millones de personas han mejorado espectacularmente su vida y sus organizaciones aplicando los principios del clásico de Stephen R. Covey.
Pero el mundo es un lugar que ha cambiado mucho. Los retos y la complejidad a los que todos nos enfrentamos en nuestras relaciones, nuestra familia, nuestra vida profesional y nuestra comunidad son de una magnitud totalmente nueva.
Ser efectivos como individuos y como organizaciones ya no es una opción: sobrevivir en el mundo de hoy lo exige.
Nuestro principal desafío en el mundo de hoy es éste: hallar nuestra voz e inspirar a los demás para que hallen la suya. Es lo que Covey llama el octavo hábito. De la misma forma que Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva nos ayudó a centrarnos en la efectividad, El octavo hábito nos muestra el camino hacia la grandeza.
La capacidad para entender nuestra libertad para elegir nos abre la puerta a cuatro habilidades o inteligencias:
1. Mente (IQ) es la inteligencia mental (aprender): Mucha gente la considera la inteligencia por excelencia. Sin embargo es una opinión muy limitante.
2. Cuerpo (PQ) es la inteligencia corporal (vivir): Este tipo de inteligencia es normalmente descartado, pues no tiene relación con la conciencia. No es necesario pensar para respirar o para que nuestro corazón lata. Sin embargo, esta inteligencia responde constantemente al ambiente para mantenernos saludables, libres de infecciones, etc.
3. Corazón (EQ) es la inteligencia emocional (amar): Para poder comunicarnos bien con los demás, es preciso que seamos diligentes, sensibles y empáticos. Una persona con un EQ alto sabe qué decir y cuándo decirlo; cómo sentirse y cómo expresar dichos sentimientos. Según ciertos estudios, el EQ es un factor que influye más en nuestro éxito que el IQ.
4. Espíritu o Alma (SQ) es la inteligencia espiritual (dejar un legado): Esta es la inteligencia más importante, pues dirige las actividades de las otras tres. Nuestro interés por darle sentido a las cosas y por fijarnos objetivos desarrolla nuestro SQ.
La mayor expresión
Para encontrar nuestra voz, es preciso entrar en contacto con los cuatro elementos que forman a una persona: mente, cuerpo, corazón y espíritu.
Normalmente, las personas exitosas logran elevar cada una de dichas inteligencias a su mayor expresión:
1. Mente = Visión: cuando la mente está completamente desarrollada, logramos visión, es decir, la habilidad de identificar el mayor potencial
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