El océano y sus recursos IX. La pesca

                         El océano y sus recursos IX. La pesca

Titulo: El océano y sus recursos IX. La pesca

Autor: Juan Luis Cifuentes Lemus, Pilar Torres-García y Marcela Frías M.

ISBN: 968-16-5978-3

Editorial: Fondo de Cultura Económica

Colección: La Ciencia para Todos

Género: Informativo

Paginas: 180

Año de publicación: 2000

El ser humano ha atravesado la frontera del océano, una de las muchas razones es  la alimentación ya que muchas de las especies que viven en el océano son ricas en proteínas. La pesca comenzó cuando iniciaron los primeros viajes a través de los océanos, la pesca a lo largo de los años esta ha aumentado más y más, uno de los registros más recientes fue en 1994 con 117 425 000 toneladas en un barco gigante, muchas de estas especies tienen alta demanda como lo es: el cangrejo rojo, langostilla, etc.

Se estima que en el mundo existen más o menos 40 mil especies dejando así al pescador con intriga de algo nuevo. Muchos de los animales marinos de los que captura el hombre miden normalmente de 3 a 5 centímetros de largo y a partir de antecedentes de tamaño llegando hasta la ballena azul. Los mamíferos marinos están clasificados en dos tipos: pescados y mariscos. Los pescados están representados por peces cartilaginosos, como los tiburones y las rayas, y peces de esqueleto óseo, como sardina, arenque, salmón, etc. Y los mariscos son todos aquellos animales marinos invertebrados, principalmente crustáceos y moluscos comestibles como lo son los moluscos, ostra, ostión, mejillón, etc. Al inicio de la industria estos se comercializaban frescos o en diversas formas tradicionales de preservación, tales como salmuera, desecado, saldo y curado; en algunos países se maneja normalmente de las formas tradicionales con un 80% y con un 7% ya que no es económico para las empresas. Las nuevas industrias descubrieron la congelación, que fue un método radical ya que los alimentos se preservan más y mejor y es muy económico. Las pesquería

 de atún, sardina y camarón son las únicas en México que se pueden considerar industrializadas, el resto de la actividad descansa en la operación de las flotas ribereñas. Los registros de las capturas aún cuando pueden sugerir un estado aproximado de la pesca, son poco precisos en cuanto a la situación particular de la explotación de recursos (especies) individuales. Esto se debe a que los sistemas de colecta de información de las pesquerías ribereñas tienen que confrontar la gran dispersión de la flota y con las características un tanto inciertas pero propias de la actividad. No obstante, esta información, debidamente interpretada, puede utilizarse como un indicador de la evolución de las pesquerías hasta no contar con información suficientemente detallada que permita otro tipo de análisis.

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