El papel del docente en la actualidad.

El papel del maestro en el actual contexto.

La profesión docente lleva impresa una práctica docente y en el que según mi parecer, la reputación de esta práctica ha sido decadencia de una sociedad mal informada, de políticas educativas equivocas y de un cuerpo docente conformista e irresponsable, poco reflexivo y crítico de su práctica, aunque estas van a ser el motivo de que se vea al profesor o profesora como los únicos responsables del fracaso escolar, esta falta de reconocimiento de su práctica, que solo la explico yo, como una falta de vocación esencial, puesto que sin vocación es imposible entregarse de manera total en el perfeccionismo de su práctica día con día, siendo esta la única manera probable de eliminar la mala reputación del cuerpo docente.

El papel del maestro hoy en día sigue siendo tan importante como lo fue hace tantos cientos de años, aunque el avance tecnológico y el progreso que ha transformado la vida de todos los seres humanos también debió transformar el trabajo del maestro, mas sin embargo, estamos en el siglo XXI y las cosas no han cambiado mucho que digamos en cuanto a su práctica educativa, hablo  entonces de que la tecnología se suma a esta lista interminable de factores que constituyen la buena o mala práctica educativa, menciono tanto sobre la práctica educativa pero, ¿Qué es en realidad  la práctica educativa?

No es simplemente práctica educativa, emplear técnicas de enseñanza dentro del aula, va más allá, es una práctica social, y por lo tanto de relaciones, relaciones entre maestro, alumno, directivos y padres de familia. El convivir diario entre maestro-alumno genera una relación fuerte y que muchas veces determina el logro de los objetivos que se han trazado, o puede a su vez ser el colapso de los mismos. El alumno está sujeto a un contexto, a un ambiente que lo forma, moldea su forma de pensar y de actuar, de ver la vida, de vivirla, y el maestro por el otro lado es un sujeto con vida personal que forma su conducta y le dan un conjunto de valores propios que se manifiestan si o si dentro de su quehacer educativo. Maestro-alumno, implica la presencia de padres de familia, que de igual forma constituyen un papel importantísimo dentro de este sistema educativo, un padre de familia que cuestiona el rendimiento escolar del niño, que exige buenos resultados y espera del profesor todo para que el alumno se desenvuelva de manera favorable. Por otro lado los ideales de la institución que determinan junto con las políticas educativas el modo de enseñanza que el profesor debe impartir, a los que debe acatarse sin poder hacer nada más.

Si hablamos entonces de que la práctica docente es un panorama que incluye no solo al profesor como único actor si no a un conjunto de personas, no me parece oportuno realizar un juicio de valor culpándolo únicamente a el de ser el responsable de que en este momento la profesión este por los suelos.

La desvalorización de la docencia es algo que no se dio de la noche a la mañana, todo lleva un proceso, en años atrás, el ser docente representaba mucho respeto y reconocimiento, hoy en día la situación se ha vuelto tan contraria que nadie quiere serlo, es aquí donde creo que la sociedad está mal informada, porque atribuimos un fracaso sin ponernos a pensar que ser padre y madre es ser un “educador natural” y un profesor es “un educador profesional”, ambos en conjunto son quienes forman a las nuevas generaciones, encomendamos a los maestros la obligación de educarles buenos hábitos, de enseñarles valores y principios, cuando es en el hogar en donde debiera educárseles bajo la buena ética. Criticamos al profesor de mal profesor si nuestros hijos tienen un rendimiento escolar poco optimo, pero la culpa muchas veces no es del profesor, no depende del desempeño del maestro, existen factores como la poca motivación escolar de parte del padre de familia para su hijo, pero de manera significativa es su contexto, el que incluye su estado económico, social o cultural. Un niño que sufre de carencias, de malos tratos, de pocas posibilidades para desarrollarse, difícilmente logra un buen desempeño y esto  no lo ven los padres, quienes no se cansan de atacar y reprochar al maestro o en muchos de los casos a sus propios hijos.

Es justamente aquí donde las reformas educativas juegan un papel que ante la sociedad mal informada hacen parecer al docente aún más malo de lo que ya se piensa, unas reformas educativas que se imponen sin haber estudiado en profundidad las necesidades que realmente requiere la educación en México, nos juzgan a todos como iguales, como si todos tuviésemos los mismos medios e ingresos para desarrollarnos y como si la escuela en la montaña fuera la misma en las grandes ciudades, hemos sido testigos de que las escuelas no cuentan con todos los servicios de aquellas escuelas de las que habla el gobierno, de donde se exige lo que difícilmente puede lograrse, no tanto por falta de ganas, aunque claro está, que también son necesarias, sino porque muchas veces no existe la cantidad de maestros necesarios, no existe buena infraestructura, no hay libros de texto, material didáctico, en fin tantos obstáculos que no dependen del profesor.

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