El papel del trabajador social en el ámbito de violencia y conflicto en Colombia

4.  el papel del trabajador social en el ámbito de violencia y conflicto en Colombia

El conflicto armado en Colombia es un enfrentamiento prolongado, dinámico y cambiante, el cual dentro de sus principales víctimas son la población civil colombiana, que de manera individual o colectiva han sufrido crímenes como desapariciones forzadas, tortura, asesinatos, desplazamiento forzado, violaciones, abusos, esclavitud sexual, tortura, entre muchos otros que provocan a los afectados daños físicos y psicológicos los cuales violan los códigos de los derechos humanos.

Como trabajador social, se debe conocer las herramientas de intervención en víctimas de violencia y conflicto, así como las políticas públicas para el desarrollo y la protección de estas, de forma que se pueda asegurar el bienestar y su incorporación en una vida civil sana.

La tarea del trabajador social es primero determinar la manera en que está afectada la víctima de forma individual y colectiva, entendiéndose este como su grupo familiar y comunitario, de manera que esto permita el reconocimiento de las consecuencias transformadoras negativas sobre su estilo de vida, reconociendo el impacto de su situación. 

Por consiguiente  con estos elementos el trabajador social, debe formular un plan que incluya de manera objetiva y estructurada, la reparación de las problemáticas determinadas en el reconocimiento de la situación, de manera que, este plan debe estructurarse en torno a un marco de políticas públicas, tales como la ley de víctimas .ley 1448 del 2011, que dicta: ““medidas de atención, asistencia y reparación integral a las víctimas del conflicto armado interno y entre otras disposiciones”, a su vez guiados por ejes metodológicos de la profesión del trabajo social, que incluyen el proceso de acompañamiento y el control, para que se permita una recuperación de sus daños psicosociales .

Teniendo en cuenta la responsabilidad como trabajadores sociales, se debe asumir una posición, proteccionista de las víctimas, dejando a un lado el reconocimiento del plan como una actividad meramente solucionadora de problemas, se debe incurrir en la regulación y fortalecimiento de los tejidos sociales, promoviendo el cambio y el desarrollo social, la cohesión, el empoderamiento y liberación de las víctimas.

De manera que, para concluir, el rol del trabajador social en el ámbito de violencia y conflicto debe asumirse desde una mirada ética más allá del asistencialismo, debe regirse por el diagnóstico, la acción social basada en políticas públicas, teorías y metodologías propias de la profesión ejecutadas de una manera correcta, ya de que de no ser valoradas con anterioridad estas acciones pueden provocar cambios negativos o empeorar la problemática de la víctima.

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