El periodista necesario en el siglo 21

EL PERIODISMO NECESARIO EN ESTE SIGLO XXI

Douglas Guerrero

31 de Octubre de 2018

Esta es un visión personal, que quisiera contar en primera persona, como un periodista, que ha batallado en los medios, desde hace 40 años, que se inició al lado de hombres que buscaban la verdad, que no vendían noticias, que buscaban siempre informar, y usaban las técnicas de la profesión para exponerlas a un público siempre ávido de noticias, en forma de noticia.

Finalizaban entonces los años 70 del pasado siglo, cuando nos incorporamos al mundo de los medios y el periodismo, por allá, en el edificio Ciclón, en la carrera 9 con calle 9, de San Cristóbal donde funcionara alguna vez Radio Táchira. Buenos recuerdos. Cuando la búsqueda de la noticia, era el resultado de una investigación, luego de la pauta propuesta por el Jefe de Redacción o de Información. Cuando la búsqueda de la verdad era una lucha, que podía enjuiciar incluso a presidentes, como ocurriera con Richard Nixon y su Watergate, en los Estados Unidos, o con Carlos Andrés Pérez y el Sierra Nevada en Venezuela.

Era la época en que el tubazo era un premio al buen periodismo, porque la opinión pública, o sea los usuarios de los medios, significaban la razón de ser, era la piedra filosofal de la profesión. Hacer periodismo era asistir cada día a la escuela de la verdad, era invertir el tiempo escudriñando la realidad, incluso sacrificando la seguridad y para algunos hasta la vida, y siempre sacrificando a la familia. Era ser apóstoles de la verdad. Debíamos buscar fuentes confiables, resguardarlas, certificando los datos y su veracidad. No bastaban documentos, o testigos, y la contrastación de la presunta verdad ante la contraparte. Era el compromiso.

La ética y el comportamiento deontológico suponían el principio básico de cualquier reportero y ser reportero representaba la característica medular del periodista.

El Código de Ética del Periodista Venezolano, no fue otra cosa, que la compilación de un comportamiento de nuestros periodistas, luego narrado en forma de artículos.

Un periodista no podía ser tal, si no era reportero, sin importar si ese periodista era el director de un medio, o el productor de un programa informativo; si el periodista era docente universitario, o el moderador de un programa de opinión en radio o televisión; ya fueras un dirigente gremial, o el relacionista público de alguien o de una empresa; u ocuparas algún otro rol relacionado con el ser periodista, lo cierto y elemental es que todos los periodistas estábamos siempre tras una verdad, cual reporteros, para luego comunicarla en el formato que fuera posible o requerido, con la estructura de noticia, crónica, entrevista, reportaje o alguna expresión experimental, diferente a la aprendida en la universidad, en la sala de redacción o de edición, dependiendo del medio.

Hablar entonces de ser reportero, era lo normal. Era lo propio. Era ser periodista.

Pero han pasado casi cuatro décadas desde aquellos momentos; la pasión romántica del periodismo, se ha trasformado por las exigencias del inmediatismo tecnológico y hoy la comunicación y el mercado dictan las pautas, redefiniendo los conceptos de periodismo, donde presuntamente no cabe la investigación y la noticia como mercancía supera la razón de la verdad y hasta el medio, que en su momento fuera trocado en sí, como mensaje, con sus particularidades, hoy pierde su esencia y personalidad, para transformarse en una especie de franquicia noticiosa, que cumple una función específica en el sistema hegemónico.

Ya lo había advertido nuestro sabio maestro del periodismo, el doctor Héctor Mujica, en los días de la fundación de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad de Los Andes -eran los 80- cuando nos describía el Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación (NOMIC), generado tras el debate que componía la hegemonía informativa y comunicacional de los países del llamado primer mundo, los cuales dominaban mediante sus agencias de información, noticias, o mercancías informativas, de manera unidireccional, el espacio periodístico y comunicacional, definiendo un claro desequilibrio informativo, que era francamente entendido como una forma imperial de nuevo cuño, para las intensiones colonizadoras de las grandes potencias, siempre expoliadoras del mundo en desarrollo.(Mujica, 1982)

Así empezó a quedar para el recuerdo ese periodismo de novela, ese periodismo apasionado, de héroes anónimos, amantes de la paz y catalizadores de la felicidad para los pueblos, tras la difusión de una verdad en contexto, formadora de conocimiento y liberadora de la ignota realidad escondida en la ignorancia.

Y es que mientras esto ocurría, se gestaba el nacimiento de la primera computadora portátil, y en paralelo, en el mundo académico el ARPANET, crecía para dar origen al internet que hoy controla incluso industrias, vehículos y hasta los hogares en que vivimos. Estaba haciendo implosión: la revolución tecnológica, que aún nos arropa. (Romero, 2018)

Con el desarrollo de internet, y la aparición de medios de origen digital, se redefine el rol y la responsabilidad del periodista haciéndose difusa en un superávit de datos confusos, que antes de informar, alimentan la incertidumbre, para nutrir el mar de las especulaciones, parecía entonces que para hacer periodismo, no sería necesario investigar, lo importante ya es algo diferente a informar, es algo extraño al hacer periodístico.

EL PERIODISTA DE HOY: UNA MUTACIÓN DE LA GLOBALIZACIÓN

El periodista descrito en los párrafos anteriores, amante de la información, buscador irremediable de la verdad, o de las verdades que se puedan conseguir, ya no es el profesional que buscan en las empresas mediáticas, pues no cabe en su objetivo fundamental; empresas que están signadas por la economía financiera y especulativa, donde la verdad y la mentira se dan la mano, para confundirse en un profundo mar multimedia. Los medios y sus propietarios necesitaban otro oficiante. (Suárez, 1999)

Y es que los medios cambiaron, ya no sólo son un cártel global. La fórmula mundializada de noticiarios, responden al formato CNN, a los que han tenido que someterse: el reino británico de la BBC y el ahora Skynews de la misma Gran Bretaña, la red Al Jazeera del mundo árabe, la euroasiática Rusia Today y hasta nuestra latinoamericana Telesur. Noticiarios donde un presentador o ancla, mediante informes cortos, que van de noventa a doscientos cuarenta segundos, al mejor estilo de lo impuesto como modelo, por el ya desaparecido Walter Cronkite, en la cadena noticiosa estadounidense CBS.

Esa es la Fórmula en que se modelan las informaciones y los informativos, un paquete franquiciado de noticias, al que de igual manera se acogen hasta las pequeñas televisoras

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