‘’El presente es de ustedes, pero el futuro por lo que tanto he trabajado, me pertenece’’.

pa‘’El presente es de ustedes, pero el futuro por lo que tanto he trabajado, me pertenece’’.

Una historia sin duda muy interesante. Muchas veces escucharás hablar de Larry Page (cofundador de Google) o de Steve Wozniak (cofundador de Apple) o quizá también de Enzo Ferrari (diseñador de los autos que llevan su nombre) ¿y qué son todos ellos? La respuesta es: Ingenieros. Pero, ¿Qué pasaría si te dijera que existe un ingeniero muy importante en nuestra historia que no es nombrado comúnmente? Ese es el caso del gran Nikola Tesla.

Nikola Tesla nació en 1856 en una ciudad croata. Fue el hijo de un sacerdote de la Iglesia Ortodoxa Serbia.

Desde su infancia Nikola Tesla parecía ser un niño prodigio, su materia favorita en la escuela fueron las matemáticas, no necesitaba de ningún tipo de ayuda de una hoja o un pizarrón, el era capaz de realizar procedimientos en su mente.

Nikola también tenía una excelente capacidad de memorizar, lo que lo llevo a conocer varios idiomas externos al suyo, además de realizar pequeños dispositivos mecánicos.

El sueño del joven desde muy pequeño fue ser un ingeniero, por lo que su vida fue dedicada al estudio, lo que lo llevo a distintas enfermedades de las cuales se recuperaba una y otra vez. Su padre le recomendó muchas veces ingresar en el sacerdocio, donde su salud se mantendría estable, pero él se negó completamente a esto, siguiendo así sus sueños.

En el año de 1873 Tesla sufrió de una cólera que lo llevó casi hasta la muerte, su padre preocupado por él, le prometió que si se recuperaba de la cólera que le estaba afectando se podría inscribir y realizar los estudios en ingeniería que tanto anhelaba.

Al salir de la cólera, en 1875 se traslado a Austria para estudiar ingeniería eléctrica. Su ingenio fue tanto que, decidió innovar en el ámbito de las corrientes, pues decía que las corrientes alternas podrían funcionar mejor en un motor que las corrientes continuas, esto lo llevó a conseguir un puesto de trabajo en la compañía Edison Continental en Paris.

Tras por fin comprobar que sus máquinas con corriente alterna funcionaban en 1883, decidió mostrar su trabajo a los directores de la compañía, los cuales no les dieron mérito alguno y Tesla, indignado, renunció.

En 1884 recibió un llamado de Charles Batchelor, en ese entonces socio de Edison, por lo que partió a Nueva York al aceptar el trabajo que se le estaba dando.

Tesla estaba convencido en que su el sistema de corrientes continuas en los generadores de Edison podían mejorarse con la corriente alterna de Tesla, aparte de que podría hacerse más económico y práctico, dicho esto, Edison le propuso pagar la suma de cincuenta mil dólares si lograba mejorar su sistema. En 1885 Tesla logró lo que había prometido y al hacer esto, Edison se negó a pagar la suma que se le había dicho a Tesla, en cambio, le subió su salario  a 18 dólares mensuales, Nikola no lo acepto y renunció.

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