Enfrentando los abusos sexuales en pleno Siglo XXI

Enfrentando los abusos sexuales en pleno Siglo XXI

Año 2018, los avances tecnológicos y científicos nos sorprenden cada día más, la información está al alcance de todos a una velocidad ultrasónica. En contraste, en tema de abusos sexuales seguimos enfrentando una sociedad primitiva y frívola ante este flagelo, donde quien lo ha sufrido ha preferido callar sus vivencias.

Las cifras de abusos sexuales aumentan de forma dramática, como muestra referente, solo en España, el 18% de mujeres dice sentir miedo de agresión de su pareja, sin contar con aquellos datos nunca revelados por falta de denuncias, amenazas y puntualmente por educación social inexistente en nuestros países.

En Colombia, según las encuestas DANE, el 7.5% de niños menores a 13 años, ya ha tenido relaciones; el 9.4% ha sufrido manoseo sin consentimiento; el 8.9% ha sido forzado a tener sexo y 3.5% ha tenido alguna gratificación por tener contactos sexuales. Ante estas escalofriantes estadísticas, como es que no estamos incluyendo la educación sexual en nuestros sistemas educativos? Porque la sociedad se escandaliza ante la idea de entrevistas para conocer datos y tomar medidas resolutivas que lleven a educar desde temprana edad?

Pero, ya se van viendo avances, es importante que se tome como ejemplo avances en países como Francia y Estonia, que en su sistema escolar incluyen entre 30-40 horas de educación sexual, con temas inclusivos que abarcan desde las funciones naturales y biológicas hasta las enfermedades de transmisión sexual. En estos países se ha estado dando énfasis a que los estudiantes se lleven como lección sus futuras acciones, sobre relaciones de pareja, violencia de género, diversidad y respeto a su cuerpo y al de los demás, en resumen, conocer sus propios riesgos y por supuesto los limites.

Posiciones de firmeza de personajes como el Papa Francisco, quien ha sido contundente denunciando públicamente las posiciones de abuso en la Iglesia Católica han sentado un precedente. Los movimientos en Hollywood de actrices que han decidido denunciar los abusos sexuales denominado #metoo , demuestran que estamos despertando y reaccionando ante tan destructivo daño emocional a las víctimas de abuso sexual. Se ha comenzado a romper el silencio con este tema y esto traerá soluciones. Si  la sociedad misma está trabajando en diversidad, inclusión, biomedicina, el resto debe empezar a emprender acciones orientadas a brindar educación sexual completa e integral que no deje espacios a dudas, que oriente y de respuestas claras a los jóvenes educandos para convertirlos en adultos empoderados. La educación sexual trae conocimiento y poder-  esto se reflejará en futuros miembros de la sociedad responsables que dan la importancia a la educación sexual y a incluirla en los currículos educativos.

Tener educación sexual no es una solución única a los múltiples problemas de abusos, trastornos, entre otros, que derivan en individuos que impactan en todos sus radios de acción, ni tampoco significa que se eliminaran dichos problemas. Pero hay esperanza. Podemos decir que, aunque la tecnología y la ciencia avanzan velozmente en materia de educación sexual estamos despertando y reconociendo la necesidad de hablar de ella.

Todo avance y desarrollo nace de la creatividad de un individuo, todo mal lo ejecuta un individuo, pero todos esfuerzos en conjunto para aprender y hablar de educación sexual salvan vidas y restauran corazones destrozados.

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