Ensayo derechos de los animales

CRUELTY FREE

No hace mucho tiempo, en las redes sociales se habló de un tema polémico que su práctica no es nueva, pero su discusión y análisis, actualmente ha sido sujeto de innumerables debates: el maltrato en el testeo en animales.

Profundizando un poco más, el testeo en animales son procesos de pruebas o experimentos que se realizan a estos seres vivos con tal de comprobar y evaluar la seguridad de productos cosméticos para el ser humano, observando si obtiene alguna reacción química en el cuerpo, y, de no ser así, se garantizan resultados exitosos dando inicio a la comercialización del producto.

Durante este proceso suelen darse test que mayormente son extremadamente dolorosos (además de riesgosos) durante años, los cuales llegan a un punto, donde tienen que acabar con la vida de estos sujetos de pruebas para evitar que sigan padeciendo en un futuro. Los principales animales afectados son conejos, perros, ratas y cobayos (cuyos).

Por tales razones, se han ideado miles de maneras para poder modificar dichos procedimientos, intentando utilizar estudios epidemiológicos, ensayos clínicos o hasta en autopsias, con la intención de eliminar pruebas que sometan a los animales a situaciones dolorosas o peligrosas y así promover uniformemente en consumo de productos Cruelty Free, es decir, productos libres de crueldad animal.

Pero, si esta es una práctica muy antigua ¿por qué apenas se habla de ello? Un detonante fue un video en internet donde se da a conocer un corto animado en stop motion escrito y dirigido por Spencer Susser para la campaña Humane Society, donde retratan la vida de un conejo llamado Ralph que muestra un día casual de trabajo siendo sujeto de prueba para el testeo de animales, el mensaje es sencillo y claro, pensar sobre el uso y consumo en productos cosméticos y de higiene, ya que la demanda y consumo de estos, generan sufrimiento y dolor a gran cantidad de animales.

Lo que buscaba el video era generar empatía en la sociedad, es decir, intentar sentir y compartir los sentimientos que padece cualquier animal que es sujeto de prueba. Los comentarios no se hicieron esperar, tanto aludiendo al maltrato como a no escandalizar una actividad diaria, ya que es solo un conejo.  

Dicho video no fue el único en crear polémica, antes de éste, se filtró otra reproducción más cruel, realizado por la misma ONG (Humane Society), que, a diferencia del otro filme, en esta se presenta la información de una manera más cruda, una chica de nombre Jaqueline Trade siendo sometida como conejillo de indias a diez horas de experimentos que normalmente se realizan en un laboratorio en testeo en animales, escuchándose gritos y llantos de miedo y desesperación en una ventana del Lush Regent Street en Londres.

Ambos videos representan la misma situación, pero con personajes distintos; aun así, la reacción social fue indiferente y antipática. La falta de empatía que reflejamos desde hace tiempo como sociedad es preocupante, la indiferencia social es muy común, ya que se prefiere omitir situaciones en lugar de enfrentar y hacer algo para cambiarlo. Aunque el testeo de animales en algunos países es considerado ilegal, en la gran mayoría, dichas pruebas son legalmente aprobadas con fines comerciales y consumistas.

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