FORMACION DE EMPRENDEDORES

1. INTRODUCCIÓN

La formación de emprendedores en el ámbito de la universidad es de

importancia estratégica para el desarrollo argentino, y particularmente en

localidades del interior del país, al tiempo que obedece a una respuesta

específica para una necesidad puntual de los estudiantes y graduados

universitarios, quienes ven afectadas sus perspectivas laborales frente los

cambios producidos en el mercado de trabajo.

El emprendedorismo universitario está más íntimamente vinculado a la

innovación que el originado en otros ámbitos. Existen estudios que indican que

las empresas formadas por universitarios son más dinámicas, mejor calificadas y

aportan diversificación e innovación al tejido productivo1

. En tal sentido se

justificaría desde el punto de vista social la promoción de estos grupos para la

generación de emprendimientos, dado que existirían economías externas, que de

otro modo no lograrían niveles adecuados.

Pero hasta aquí se trataría de una justificación de la importancia del

emprendedorismo universitario basada solamente en un punto de vista

socioeconómico. Sin embargo la formación de emprendedores tiene también una

importancia individual insoslayable, centrada en la propia persona del estudiante

universitario. Independientemente de la vocación empresaria de los estudiantes,

cada vez son más las empresas que se orientan hacia sistemas de retribución

basados en el rendimiento. La retribución variable es más apropiada para los

empleados que poseen competencias emprendedoras, lo que implica una mayor

responsabilidad y riesgo adicional.

La Universidad Pública en Argentina cuenta con más de 1.200.000

estudiantes. Las universidades privadas reunen algo menos de 200.000, es decir

poco más del 15 %. En consecuencia. el grueso de la población universitaria

argentina se encuentra en las universidades públicas, a pesar que la preparación

que éstas brindan en relación a la temática del emprendedorismo, en términos

relativos, es claramente inferior.

1

Postigo, Kantis, Federico y Tamborín (2002)

3 2. EFECTOS DEL CAPITAL SOCIAL EN LOS EMPRENDEDORES

Considerando los aportes en materia de capacitación, una primera etapa en la

formación de emprendedores subrayaba la importancia de las características

individuales, centrada en la persona del emprendedor. Más tarde se reconoció el

fundamental rol de los grupos humanos y las relaciones que se producen entre

ellos, para la generación de redes (networking)2

, lo que contribuye al desarrollo

del denominado capital social, el cual puede ser entendido como los recursos

actuales y potenciales que se obtienen a partir del conocimiento de otros, siendo

parte de una red social, o simplemente siendo conocido por sus integrantes y

teniendo una buena reputación3

.

Las redes permiten a las empresas nacientes acceder a recursos que

necesitan pero no poseen y adquirir nuevos conocimientos4

. La habilidad para

desenvolverse efectivamente en las redes claramente depende de habilidades

sociales que bien pueden desarrollarse, como por ejemplo la percepción social,

la impresión que se causa en los demás, la adaptabilidad, persuasión en

influencia. Pero estas cualidades deben poder ser aplicadas sobre un conjunto

de personas a las que primeramente hay que tener acceso para ser puestas en

práctica.

2

Ronstad (1985)

3

Baron y Markan (2000)

4

Ireland, Hitt, Camp y Sexton (2001)

4 3. UNIVERSIDADES PUBLICAS Y PRIVADAS: CONTEXTOS DISTINTOS

Existen estudios que señalan que la orientación de una persona hacia la

actividad empresaria depende en gran medida de la percepción que se tenga de

esta actividad como una opción más de carrera. Esta percepción estaría

fuertemente influenciada por la visión familiares y de pares5

. Cualquier acción

que modificara esta percepción podría incrementar la tasa de empresarialidad en

los jóvenes adultos.

La idea central es entonces que el entorno social al que están expuestos los

estudiantes universitarios puede modificar la vocación emprendedora y este

entorno es en general diferente según se trate de universidades públicas o

privadas. Por ejemplo, el caso de la Universidad de San Andrés puede ser

clarificador. Los participantes de la cátedra de Entrepreneurship de esa

universidad provienen de un entorno familiar en el cual el 35 % de los padres y el

15 % de las madres son empresarios, al tiempo que el 70 % dice tener algún

empresario en su familia. Cuando se comparan esas características con

estudiantes de universidades públicas del interior del país, las diferencias pueden

ser significativas. Un reciente estudio en la Facultad Regional Bahía Blanca de la

Universidad Tecnológica Nacional, en el que se encuestaron unos seiscientos

estudiantes de grado, muestra que si bien un elevado porcentaje de los

estudiantes de esa Facultad está considerando iniciar próximamente algún

emprendimiento, el número de los consultados que contara con alguno de sus

padres con una ocupación independiente es más bajo y se aproxima al 25 %,

una parte de los cuales son trabajadores liberales que no podrían ser calificados

como empresarios.

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