FUNCIONES SOCIALES DE LA HISTORIA

Toda disciplina tiene su relación de ser y la historia, como ciencia social tratando de eludir e interpretar los acontecimientos pasados de la humanidad, no puede escapar a la pregunta: ¿cuál es la función social de la historia? También dicho  en otras palabras ¿Cuál es su aporte a la sociedad? Los términos de función social de la historia, sino varias que se complementan y se justifican entre sí, este ensayo se construyó en base a la lecturas de obras vistas en clase, referencias personales, discusiones con colegas e investigaciones de textos de historiadores mencionados en pie de página.

Debemos empezar a definir la historia como tal, término que se presta a diversas interpretaciones. La historia es un término lleno de ambigüedad. Se refiere tanto al desarrollo de las cosas naturales- la arqueología- y la geología suponen historia una historia – como al desarrollo de las causas sociales. Cuando hablamos de función social de la historia nos referimos a la operación analítica consistente en dar cuentas de los procesos temporales que viven las sociedades  

La historia nos transporta Y nos puede explicar la evolución de una ciencia desde sus inicios como el suceso de los acontecimientos humanos que construyen , forjan y conforman una sociedad , la historia nos transporta a los tiempos transcurridos y nos acerca a las tareas que nuestros antecesores le asignaron al rescate del pasado, advertimos que las funciones de la historia han sido variadas.

Se puede observar  que buena parte de esas tareas se concentró en dotar a los grupos humanos de identidad, cohesión y sentido colectivo. Desde los tiempos remotos los seres que habitaron el territorio se escudaron en el recuerdo para combatir el paso del tiempo que en ocasiones es destructivo- cambiante sobre las fundaciones humanas.

Dotar a un pueblo de un pasado común y fundar en ese origen remoto una identidad colectiva, es quizá la más antigua y la más constante función social de la historia, dando así, lo que aconteció en el transcurso del tiempo, con cambios dentro y fuera de ese ciclo social. Para Marc Bloch, el espectáculo de las actividades humanas que constituye el objeto de la historia está hecho para seducir la imaginación de los hombres, sobre todo cuando gracias a su alejamiento en el tiempo o el espacio, su despliegue se atavía con las seducciones de lo extraño. Estas características explican el atractivo tan grande que tiene el relato histórico y su audiencia vasta, continuamente renovada. Atrae al común de la gente y al curioso porque el relato histórico los transporta al misterioso lugar de los orígenes.

Al tender un puente entre el pasado distante y el presente incierto, el relato histórico establece una relación de parentesco con los antepasados próximos y lejanos, y un sentimiento de continuidad en el interior del grupo, el pueblo o la nación. Al dar cuenta de las épocas aciagas o de los años de gloria, o al rememorar los esfuerzos realizados por la comunidad para defender el territorio y hacerlo suyo, crea lazos de solidaridad y una relación íntima entre los miembros del grupo, el espacio habitado y el proyecto de convivir unidos, es necesario contemplar todos esos rasgos dentro de una sociedad para llegar a relacionarse no solamente en ese círculo si no que se podría desenvolver en otros como un ente no extraño. Es por ello que para tejer solidaridades asentadas en orígenes comunes; para legitimar la posesión de un territorio; para afirmar identidades arraigadas en viejas tradiciones; para sancionar el poder establecido; para respaldar con el prestigio del pasado vindicaciones del presente; para fundamentar en un pasado compartido la aspiración de construir una nación; o para darle sustento a proyectos disparados hacia la incertidumbre del futuro.

 En todos esos casos la función de la historia es la de dotar de identidad a la diversidad de seres humanos que formaban la tribu, el pueblo, la patria o la nación. La recuperación del pasado tiene por fin crear valores sociales compartidos, infundir la idea de que el grupo o la nación tuvieron un origen común, inculcar la convicción de que la similitud de orígenes le otorgaba cohesión a los diversos miembros del conjunto social para enfrentar las dificultades del presente y confianza para asumir los retos del porvenir.

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